viernes, 31 de diciembre de 2010

Adiós, por fin



Adiós 2010


No. No voy a hacer balance de este año que me usurpó mi libre albedrío e impuso su mal fario, llevándome de susto en susto y tambaleando la seguridad de mis cimientos. Este año falso y traidor, que se presentó con cara amable y me preñó de ilusiones para luego torturarme, lentamente.

Se estremeció la tierra y con ella todo mi mundo. No fue un temblor, fue un disparo, el pistoletazo de salida de la mayor carrera de obstáculos. Un golpe certero que instaló el miedo profundamente, casi subliminal. Y lo mantiene. Tatuado en el centro de la memoria, ésa que se activa con una ligera oscilación, el sonido de una alarma o una luz que se apaga.

Se estremeció la familia y con ella todo mi mundo. No fue un diagnóstico, fue una amenaza, una espada colgando sobre la cabeza. Ese miedo a la orfandad, al desamparo de ese abrazo reconfortante y abrigador. Y la culpa, por no estar y por la posibilidad de que mi pelea por la vida me fuera arrebatar la más importante, la que me creó. Y el miedo aún quema.

Se estremeció mi vientre y con él todo mi mundo. No fue una pérdida, fue un robo con delito de sangre, la promesa rota una y otra vez… y otra vez. Una lucha sin cuartel y sin trincheras, que me mantuvo expuesta, con el alma desnuda y los sentidos en una orgía con los sentimientos. Y continúa.


No. Claro que no voy a hacer balance. Brindaré con champán por su partida y no bailaré sobre su tumba sólo porque no pienso ir a verla.


Y a pesar de todo, pude robarle alegrías. Este blog y vosotros, entre ellas.


¡¡¡Feliz año nuevo!!!

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martes, 28 de diciembre de 2010

Tic-tac




Estallido de emociones
en la silenciosa noche.
Tic-tac Tic-tac
dice el reloj,
acérrimo enemigo matutino.

Tic-tac Tic-tac
contesta con insolencia
a la orden de silencio.

Sensaciones extrañas,
ya muy conocidas,
recorren el universo,
MI Universo,
sin pedir permiso.
Y, sin querer, se unen
al Tic-tac Tic-tac;
únicas palabras
oídas en la noche.

Tic-tac y sensaciones,
estallido de emociones,
continúan desvergonzados
por este valle,
por esta llanura
por este desierto,
vacío, sin manantial.

Asoma una gota:
STOP. No sigas.
Estás prohibida.

El humo del cigarrillo
purifica el ambiente.

Tic-tac Tic-tac.
Sigue. No para.
Desesperando sin descanso
Concentración...
...interrumpida.
No silencio. Ruido.
Tic-tac Tic-tac.



sábado, 25 de diciembre de 2010

Contar estrellas


"Noche estrellada sobre el Ródano", de Vincent Van Gogh


Buenos días, señor. Disculpe que le moleste. Sé que no nos conocemos, pero hay algo que creo que debe saber.

Dicen que si cuentas tantas estrellas como años tienes, esa noche sueñas con el verdadero amor de tu vida.

Ayer hice la prueba. Y soñé con usted.

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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Letanía de Navidad


Fotografía: Alís Gómez

Retomo este post antiguo porque hay cosas que no cambian, que se repiten de forma idéntica año tras año:


Hacia Belén va una burra, rin rin

Imposible sustraerse. Música, luces, adornos, comentarios, felicitaciones, chistes, más mendigos de temporada, aguinaldos…

Hacia Belén va una burra, rin rin

Atascos. Carreras. Sinfonía de bocinas. Malos humos al volante. Todos tenemos prisa. Todos queremos llegar primeros…

Hacia Belén va una burra, rin rin

¿No eran días de ser felices? ¿A qué vienen esas caras de agobiados?

Hacia Belén va una burra, rin rin

Espera. Búsqueda absurda. Resignación. Más colas: ahora ¡para pagar!

Hacia Belén va una burra, rin rin

Imposible caminar. Multitud de personas llenan las calles con sus cuerpos y los miles de grandes paquetes que cargan. Cuanto más grande el regalo ¿más te quieren?

Hacia Belén va una burra, rin rin

Papá Noel (aquí Viejito Pascuero) no tiene pajes, tiene pajas (entiéndase como se quiera). Jóvenes de impresión con minifalda y camisetas ajustadas de tiras que enseñan más carne que uniforme.

Hacia Belén va una burra, rin rin

Ya es mediodía. Treinta grados a la sombra. ¿Qué fue de la blanca Navidad?

Hacia Belén va una burra, rin rin

El reno Rudolph sí que es un héroe. Con esta calor, enfundado en su disfraz de felpa y jugando con niños. ¿Cuánto le pagarán?

Hacia Belén va una burra, rin rin

Creo que me contagié del espíritu navideño. En todo el día no he parado de cantar:

Hacia Belén va una burra, rin rin



PD1. Aunque la parte huraña de mi carácter se hace más presente en estas fechas, aún me queda emoción suficiente para desear que disfrutéis de las fiestas y que el próximo año venga cargado de felicidad para cada uno de vosotros.

PD2. No esperéis muchos regalos esta Nochebuena. Papá Noel se instaló en la piscina y dice que no tiene la menor intención de someterse a bruscos cambios de temperatura para andar repartiendo regalos. "Que se los compren sus padres", repite una y otra vez entre mojito y mojito.

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domingo, 19 de diciembre de 2010

Entrego




Para tu sed
entrego mi humedal.

Para tu hambre,
mi pulpa y mi sal.

Para tu deseo,
mis ganas sin bozal.

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jueves, 16 de diciembre de 2010

¿Dónde está el sujeto?


Fotografía: Rodney Smith


Irrumpió obligando a cambiar todo el texto. Reivindicaba una participación más activa en el mismo y que se reconociese su rol de protagonista único. No quería compartir créditos con nadie más. Amenazó con irse si no cumplía sus reclamos y ciertamente la historia perdía mucho brillo sin su presencia. Perdía el sentido, dejaba de ser esa historia para convertirse en otra. Y yo quería contar ésa, no una diferente.

Así pues, acatando sus exigencias modifiqué todos los predicados, ajusté las concordancias a su perfil, construí oraciones a su medida e inventé personajes secundarios sólo de su gusto. Cuando ya tuve el relato completo y comencé a releerlo para su corrección descubrí que había desaparecido, dejando un texto lleno de acciones huérfanas.

¿Alguien puede ayudarme y decirme dónde está el sujeto?

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lunes, 13 de diciembre de 2010

Así partieron



 
No hay un hogar esperando. Tampoco uno al que volver.

Así partieron, sin otra opción. Confiaban en tener un futuro, porque el presente era un mero tránsito, una huida del pasado hacia la esperanza de otra vida. De una vida, porque la que habían tenido hasta entonces no merecía ese nombre.

Sin nada que llevarse al alma como cable a tierra, con lo puesto, los recuerdos con el único respaldo de su buena memoria y como pertenencias sólo lo que cabía en sus bolsillos. Así partieron. Sin el consuelo de la añoranza, porque nada dejaban atrás que pudiera extrañarse; sólo dolor, odio y hostigamiento.

Iniciaron un viaje sin destino, sin más fortuna que los suyos, los que sobrevivieron a la barbarie, los que guardaron fuerzas para andar, los que no cayeron abatidos por la adversidad.

No hay un hogar esperando. Tampoco uno al que volver. Sólo el camino.

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jueves, 9 de diciembre de 2010

De quién es el mundo




No, no era buena conductora. Y el auto, un 4x4 de lujo y del paquete, era demasiado grande para sus escasas habilidades al volante. La mujer intentaba meter el vehículo en el espacio del aparcamiento, con esfuerzo, pero también con toda la calma del mundo, poniendo a prueba nuestra paciencia. Ya éramos como siete coches los que esperábamos a que finalizara la maniobra para poder seguir. No parecía importarle mucho, y sólo lograba rectificar unos milímetros en cada movimiento hacia delante y hacia atrás.

Imposibilitados para salir de allí, fuimos testigos de cómo un joven, que llegaba en un “citycar” desde el otro lado de la vía, aprovechó uno de sus torpes movimientos para colarse y ocupar el estacionamiento. ¡Lo que nos faltaba!

Sin perder la compostura, la mujer descendió del vehículo. Su aspecto y sus gestos parecían los de una dama. Con una educación exquisita solicitó al muchacho que saliese de ahí, que ella era la única que tenía derecho a ese espacio. Desde luego, por el tiempo que le dedicó, se lo había ganado.

- Lo siento señora, este mundo es de los vivos – le dijo el chico, bajándose de su coche y alejándose.

Ella ni lo pensó. Con el mismo aplomo, se subió de nuevo a su auto y con una destreza al volante desconocida hasta ese momento dio marcha atrás golpeando el utilitario del joven. Luego se fue, pero al pasar por su lado bajó la ventanilla y le gritó:

- No, m´hijito, este mundo es de los ricos.

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lunes, 6 de diciembre de 2010

Confío

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Ya no hay duda. Soy una bruta. ¿Cómo puedo esperar que sepas cuánto te amo si soy un erizo mostrando las púas constantemente?

Yo sabía sonreír. Sonreír de adentro, con luz, confiada y agradecida. Yo sabía ser cálida. Arropar con mis brazos, alentar con la palabra y acoger en mi silencio. Yo sabía. Y sé. ¿Pero, siento?... Claro que sí, siento con tanta intensidad que me desborda. Contenerlo más sólo puede provocar una calamidad.

Pero bueno, tampoco debo mentir. Siempre me costó entregar afecto. Quizá por eso cuando lo hago soy tan… (ufff, que cada quien elija un adjetivo). Pero sí, me cuesta la caricia diaria, desprenderme de los tequiero, exiliar los reproches y suavizar la mirada.

Por eso me pregunto cómo puedo esperar que sepas cuánto te amo. Y confío en que lo hayas descubierto porque los instantes de ternura son de entrega absoluta, porque en cada abrazo vierto todo el cariño que puedo; en cada beso, en cada caricia, en cada mimo, toda mi esencia y mis sentidos. Porque, por encima de todas mis trancas, mis manías y mis enojos, te amo con la vida.

Por eso confío.


Fotografía: Rudy Garrido
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jueves, 2 de diciembre de 2010

Tres deseos


Fotografía: Rob J. Brookson


- Hola. ¡Feliz cumpleaños! Uy, qué delgada. Te estás quedando en los huesos.
- Buenas noches. ¡Feliz cumpleaños! ¿Estás bien? Te veo un poco desmejorada.
- Hola. ¡Felicidades! Pero ¡cómo has adelgazado! ¿qué has hecho?

Uno por uno, los invitados a su fiesta la saludaron sorprendiéndose del peso que había perdido en unos meses. Es lo que tiene juntarse con los amigos una vez al año, que aprecian mejor los cambios que sus cuerpos experimentan.

La verdad es que Laura tenía un aspecto cansado. Se veía físicamente agotada, aunque su rostro irradiaba felicidad. Debía de ser cierto, porque durante toda la velada dio muestras sobradas de su buen humor. Amena al contar sus anécdotas, entusiasmada con los relatos de los demás, riéndose mucho y bien… la fiesta estaba resultando de las más divertidas que recordaban en los muchos años que llevaban conociéndose.

De pronto, las luces se apagaron y el salón se iluminó con el resplandor de las no pocas velas que cubrían la tarta.

- Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz! No olvides pedir los tres deseos… Yaaa, Laura, sopla las velas… Venga, Laura, que se van a consumir… Laura, sopla ya…

Laura se había quedado pensativa. Los invitados se miraban extrañados, sin comprender por qué su amiga tardaba tanto en apagar las velas para continuar la fiesta. Molesta con tanto apremio, ella se justificó.

- No me apuréis. Tengo que meditar bien qué pido, porque los deseos se cumplen.


Un año antes:

- Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz! No olvides pedir los tres deseos.
- Sexo, sexo y sexo. Ffiiiuuuuuu

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