jueves, 7 de noviembre de 2013

Reina mora




Había ensayado todo el día cómo bajar las escaleras de forma seductora bailándote la danza de los siete velos… Así pensaba recibirte, con un toque de cadera y un guiño por cada peldaño, con la mirada al frente como la mejor vedette y siguiendo el ritmo de la música con la más pícara de mis sonrisas.

Yo sabía que te iba a gustar. Habíamos acordado introducir más juegos en la relación y siempre te han agradado las sorpresas. Así que cuando se acercaba la hora de tu llegada, me disfracé de odalisca, me maquillé hasta casi quedar irreconocible y me situé en lo alto de la escalera esperando el sonido de tu llave entrando en la cerradura para pulsar el play e iniciar la función.

Por fin escuché tu carraspeo al otro lado de la puerta. Puse la música, adopté la pose con que más lucen mis piernas, encendí la sonrisa y doté a mi mirada de toda la profundidad y lascivia de las que fui capaz.

- Pasa, pasa. Laura se va a alegrar mucho de verte.

Nunca me avisas cuando traes visitas a casa. Tu jefe se debatía entre la risa y la vergüenza, aunque fijó su mirada en el escaso sostén con lentejuelas que cubría mis pechos.

Intenté recuperar la compostura, pero no resultaba fácil con mi apariencia. El traspiés era inevitable, así como que acabara besando las escaleras que había soñado bajar como reina mora.

La expresión del doctor que me está poniendo la escayola tampoco ayuda mucho a superar mi sensación de ridículo.

Ahora entiendo por qué los chinos dicen que trae mala suerte tener una escalera frente a la entrada de la casa.

29 comentarios:

  1. Es lo que tiene el amor ciego... que no ve más allá de lo que uno/a sueña.
    Muy bueno el post.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Que ridi por Dios...

    Eso de introducir juegos en las relaciones gastadas siempre me ha parecido patético.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Excelente relato, hay que hacerle caso a los chinos y al feng shui. Algo parecido me pasó alguna vez. Saludos.

    ResponderEliminar
  4. ¿Como se te ocurre bajar por la escalera, bailando la danza de los siete velos, habiendo encerado antes los peldaños?. No obstante, creo que al jefe le agradó la función...

    abrazo

    ResponderEliminar
  5. ¿Te parece poco excitante y sorprendente el juego? Ahora, con la escayola...¿un jueguecito de médicos? :)


    Bss

    ResponderEliminar
  6. Lo que no sabias es que tu compañero tambien planeo un juego: Un trio contigo y el jefe. Y ahora, por causa de esas escaleras no conseguira el ascenso prometido, al menos no mientras esa escayola este por ahi.


    Un beso!

    ResponderEliminar
  7. ¡Buenísimo!
    Pero que pena
    no poder conseguirlo.
    ¡Quien sabe! dicen
    que no hay mal
    que por bien no venga.


    Un beso.

    ResponderEliminar
  8. En los juegos amorosos el factor sorpresa siempre ayuda mucho, salirse de vez en cuando del guión preestablecido, pero tampoco es bueno exagerar con las representaciones. Tener detrás los decorados de la Paramount no garantiza en absoluto el final feliz del largometraje.
    ;-)

    ResponderEliminar
  9. Jajajajajaja pero qué bueno! Una situación ridícula en la que deseas que la tierra te trague.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. ja ja ja ja Hay nena, que bien me vienen estos momentitos o mejor momentazos, ja ja ja ja

    UN besote.

    ResponderEliminar
  11. Sonrío.
    Estoy convencida de que él ganaría puntos ante el jefe.
    Y que ahora con la escayola... ni te cuento la de jueguecitos y posturitas que podrán ir ideando.
    Besos, bella.

    ResponderEliminar
  12. Cuantos más nos preparamos, peor suele salir, nada como la espontaneidad. Aunque seguro que le sacará partido a esa caída ;)
    Besos, Alís.

    ResponderEliminar
  13. No tenia ni idea que para los chinos tener una escalera frente a la entrada de la casa trae mala suerte¡¡
    Sorpresa, sin duda alguna, se la llevó...Laura¡¡

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. : )

    más que reina mora, reina de los moratones
    pero nada enciende más el cariño, al menos en mi caso, que ese intento torpe de darnos gusto, que entonces creo que el chico debió morirse de otro gusto mayor que el de la ejecución perfecta, el de ver a su chica probando a sorprenderle...
    Un beso y saludos desde Jeré de la Frá

    ResponderEliminar
  15. Jajajajaja, caray, qué mal tino para llevar vivistas.

    Un besito, bella.

    ResponderEliminar
  16. A La ilusión a veces la mata quedarse a vivir en el mundo. Y las visitas inesperadas. A la gente previsible no se le pueden dar sorpresas, no sabes con quién van a aparecer en un día cualquiera. No hay nada de extraordinario en ellos, ¡No tienen fantasías!

    Besos Alis

    ResponderEliminar
  17. Miguel: Eso y que nos lleva a hacer muchas tonterías. Gracias. Un abrazo.

    Toro Salvaje: Patético y peligroso. Besos.

    Eduardo Mancilla: No me dejes así, cuenta, cuenta. Me alegra verte aquí. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Lucrecia Borgia: Yo eso no lo hago ni aunque quisiera, porque el batacazo es seguro. Menos mal que no tengo escaleras en casa. Besos.

    De barro y luz: Sorprendente sí es, pero excitante no sé yo. Besos.

    Syd: Ahí me pillaste. No contaba con eso. Me alegra verte por aquí después de tanto tiempo. Un beso.

    ResponderEliminar
  19. Marisa: Tendrá que pensar en juegos menos peligrosos. Gracias. Bicos.

    Food and Drugs: También creo que mejor no exagerar. Incluso mejor no fingir lo que no se es. También me alegro de volver a verte aquí. Bicos.

    Maria Coca: Seguro que incluso sintió que la tierra se la tragaba. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  20. Odry: Pues me alegro mucho. Besos.

    Amapola Azul: Gracias. Un abrazo también para ti. Y bienvenida.

    La Zarzamora: La escayola seguro que obliga a cambiar de postura, sí. Un besote, Eva.

    ResponderEliminar
  21. Virgi: Y con el tiempo se reirá de ella. Coincido contigo en que es mejor la espontaneidad. Besos.

    Cascarilleiro: Tampoco les gusta que el número de la casa tenga un 4. Un abrazo.

    Rafarrojas Rojas: Me gustó eso de reina de los moratones. Deduzco que eres de los que piensa que la intención basta. Un beso.

    ResponderEliminar
  22. Espérame en Siberia: ¡Cuánto tiempo! Me alegro de verte de nuevo. Un beso.

    Antonio Misas: Las visitas inesperadas a menudo son, además, inoportunas, aunque no siempre. Besos.

    ResponderEliminar
  23. Jajaja, he caído por aquí de casualidad y me quedo. Esta entrada me ha hecho mucha gracia.
    Casualmente yo acabo de escribir en mi blog sobre los días en los que estuve con escayola, no por motivos tan divertidos como el tuyo.
    Espero que lo lleves bien.

    ResponderEliminar
  24. Rita: Bienvenida. Me alegra que te haya gustado. Vuelve cuando quieras.

    ResponderEliminar
  25. Manías tontas. Lo que trae mala suerte es no avisar de las visitas.

    ResponderEliminar
  26. Bubo: Y si no da mala suerte avisar, al menos es un riesgo a ser realmente inoportuno. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  27. Liz Gallegos: Pobrecita, no te rías de ella. Al contrario, me alegra provocar tu risa. Un beso.

    ResponderEliminar