domingo, 24 de agosto de 2014

Domingos y fiestas de guardar



Primero fue salir a correr (aunque correr, corría poco). Largos paseos, más largos en el tiempo que en el espacio, que le distanciaban por un rato de todo lo que lo ahogaba. Más bien, le permitían sentir cómo respiraba, pues generalmente no era ni consciente de hacerlo.

Al principio la familia lo esperaba. Cambiaron la misa de 10 por la de 11. Luego por la de 12, por la de la una y un día tuvieron que ir a la de tarde. Porque él no llegó hasta la hora de la comida. Le costó, pero aguantó. Y la familia decidió que allá él, si no quiere rezar que no rece, pero luego que no se queje.

Conquistada la mañana del domingo, comenzó a acortar los paseos. Se convirtió en normal salir a desayunar afuera. Compraba el periódico en el quiosco de la esquina (le gustaba ver que escribían su nombre a uno reservándoselo aunque siempre llegase temprano) y después encontraba libre siempre la misma mesa en la churrería de al lado. “Aquí está su chocolate mediano y sus tres churritos, don Manu”. Era Servando, el camarero, que colocaba sobre la mesa el pedido habitual mientras él se sentaba.
Luego veía por el ventanal cómo la familia pasaba por la esquina en dirección a la iglesia. Se levantaba, dejaba sobre el mostrador el precio de siempre con la propina de siempre y se iba a casa.

Mientras toda la familia estaba en misa, él se conectaba a Internet, curioseaba por aquí y por allá, coqueteaba con jóvenes y no tan jóvenes… fantaseaba más bien, sin intención de ir más allá. Al menos, sin valor. Pero el aire de libertad que respiraba le bastaba para otra semana.

Y, con suerte, se acercaba un festivo.

21 comentarios:

  1. Tantas mentiras disfrazas de amor...
    En el matrimonio y en internet.

    Besos.

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  2. Si bien tiene sabores que desconozco, algo hay en este plato cuyo regusto, al final, creo reconocer, Alis.

    Yo me entiendo

    Un beso ( + tres )

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  3. Creo que ese "aire de libertad" es justo y necesario.... El como se consigue, es para hablar largo y tendido... Besitos y cariños.

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  4. 1. cada cual en su casa y Dios en la de todos.
    2. Cambiar ostras por champagne, como misas por repique de campanas, aboca a idéntica única conclusión:
    3. Al fin, ¡viva la libertad bajo control!
    4. No cabe más

    Un abrazo

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  5. No lo termino de entender
    quizá estoy espeso
    será este calor de Madrid
    que no deja respirar bien
    a mi única neurona.

    Un abrazo fuerte.

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  6. Tal vez esté equivocada pero creo sentir en el personaje, un ser que huye de todo, un hombre deprimido que cada día se aísla más del entorno donde vive. Conozco uno y sufre por intentar estar a la par del resto y, no sé si pueda lograrlo.
    Besitos y abrazos Alis.

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  7. Agora entendo aquela expresión de "e cando será domingo para ir á misa..."

    Bicos de diario

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  8. Un pedazo de libertad bien conquistada y que haga lo que le parezca.
    Besos, Alís, ya voy regresando.

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  9. Las pequeñas rutinas van transformando las grandes. Buen relato Alis, casi que me siento identificado.

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  10. Las apariencias casi siempre engañan. Esas dobles vidas...
    Oye, se te echa de menos.

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  11. Rediós, tienes más enlaces que estrellas hay en el firmamento.

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  12. Un abrazo grande querida Alis.
    Besos
    mar

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  13. ¿Por dónde andas?
    Espero que bien, besitos.

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  14. Tenemos que conseguir en cada día un ratito de domingo.

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  15. Toro Salvaje: En el matrimonio, en internet y en todas partes. Mentiras sobran. Besos.

    Juncal: Diferentes platos pueden compartir algunos sabores. Sólo podemos reconocer lo que ya conocemos y eso es lo primero que nos llega cuando probamos algo nuevo. Yo también me entiendo (a menudo). Un beso grande.

    Idana: Sí, creo que el problema está en cómo se consigue. Aunque cada cual hace lo que sabe y puede ¿no? Besitos

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  16. PMPilar: Me gustó eso de "cambiar misas por repique de campanas". Probablemente defina bien la historia. Bienvenida.

    Cielo: Cada vez tengo más claro que un relato dice exactamente lo que el lector entiende. Si no lo entiendes, tal vez no tenga nada que decirte. No pasa nada, así que no vayas a reñir a tu única neurona por ello. ;-) Un abrazo.

    Taty Cascada: No se puede estar a la par de todos los demás. Intentarlo sólo puede traer insatisfacción. Besitos.

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  17. Chousa: Pois tes razón. Aquí sería cándo será domingo para que vaiades á misa... Bicosss

    Virgi: Lo de bien o mal conquistada no es más que un juicio, pero si le ayuda a vivir, seguramente esté bien. Un beso grande.

    Eduardo Mancilla: No imaginas qué regalo fue para mí eso de que las pequeñas rutinas van transformando las grandes. Creo que esa frase llegó en un momento muy oportuno. Gracias. Un abrazo.

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  18. Rita: Supongo que por eso son apariencias, si no serían realidades ¿no? Gracias. Me cuesta mantenerme al día en este mundo blog, pero pronto terminaré mi curso y podré retornar a cierta normalidad. Gracias por echarme de menos. Besos.

    Cabronidas Cazarnoso: Fíjate bien, verás que hay muchas más estrellas en el firmamento. Bienvenido.

    Mar: Un abrazo enorme también para ti, Mar. Gracias por estar presente.

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  19. Virgi: Gracias por tu preocupación. Estoy bien, pero muy ocupada con un curso que pronto terminaré. Eso y mis hijas me dejan poco tiempo para el blog y menos para leeros. Ansío retomar pronto mi tiempo para hacerlo. Besos.

    Bubo: No sé si eso, o tomarle el gusto a los lunes, martes... Cada día puede tener su propio regalo. Un abrazo

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  20. Otro más que sobrevive gracias al autoengaño...
    Y en el fondo... mejor que no vaya a misa, al menos en eso, no peca.

    Besazo, Alís.
    Muy bueno el relato.

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  21. A veces es más cómodo autoengañarse (o creérselo) que reconocer los verdaderos sentimientos. Gracias, Eva. Un beso grande

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