Fotografía: Giuseppe Milo
- Te amo.
Fernando abraza por la espalda su cuerpo todavía sudoroso y totalmente relajado para susurrarle a Laura esas dos palabras que ya dejaron de incomodarla.
- ¿Sabes? Cada vez que me dices que me amas siento algo dentro de mí. Es algo físico, como un viento que me recorre el estómago. No hablo de gases, sino del aleteo de mariposas…
Fernando sonríe con la aclaración de Laura, que suspira profundamente.
- Y me salen suspiros, porque el pecho se me aprieta y me falta el aire.
- Eso es porque también me amas.
La besa en la oreja y ella responde exponiendo su cuello a esos labios que la hacen sentir en la gloria.
- Qué delicioso es terminar el año contigo entre mis brazos.
- Cierto, se termina el año… ¿Con qué te quedas de él?
- Sabes que no me gusta hacer balances, inventarios, ni listas de propósitos.
Laura calla y piensa. En realidad, sabe muy poco de Fernando.
- Lo intuyo, amor, pero no lo sé. ¿Te das cuenta? Te has volcado tanto en ayudarme a aceptar y mostrar lo que siento, que no me cuentas qué sientes tú. Qué piensas, quién eres…
- Soy el que provoca ese aleteo de mariposas en tu estómago. ¿Qué más necesitas saber?
Laura cierra los ojos, sonríe y se acomoda en el abrazo de Fernando. Él le besa suavemente el cuello, acercándose a su oreja y muy bajito le susurra:
- De este año, sin dudarlo, me quedo contigo.
Fernando abraza por la espalda su cuerpo todavía sudoroso y totalmente relajado para susurrarle a Laura esas dos palabras que ya dejaron de incomodarla.
- ¿Sabes? Cada vez que me dices que me amas siento algo dentro de mí. Es algo físico, como un viento que me recorre el estómago. No hablo de gases, sino del aleteo de mariposas…
Fernando sonríe con la aclaración de Laura, que suspira profundamente.
- Y me salen suspiros, porque el pecho se me aprieta y me falta el aire.
- Eso es porque también me amas.
La besa en la oreja y ella responde exponiendo su cuello a esos labios que la hacen sentir en la gloria.
- Qué delicioso es terminar el año contigo entre mis brazos.
- Cierto, se termina el año… ¿Con qué te quedas de él?
- Sabes que no me gusta hacer balances, inventarios, ni listas de propósitos.
Laura calla y piensa. En realidad, sabe muy poco de Fernando.
- Lo intuyo, amor, pero no lo sé. ¿Te das cuenta? Te has volcado tanto en ayudarme a aceptar y mostrar lo que siento, que no me cuentas qué sientes tú. Qué piensas, quién eres…
- Soy el que provoca ese aleteo de mariposas en tu estómago. ¿Qué más necesitas saber?
Laura cierra los ojos, sonríe y se acomoda en el abrazo de Fernando. Él le besa suavemente el cuello, acercándose a su oreja y muy bajito le susurra:
- De este año, sin dudarlo, me quedo contigo.