sábado, 20 de octubre de 2018

Me confieso


Fotografía: Sarah Lawrie

Me confieso ante ti del pecado de buscarte, de hallar en tus palabras la paz de la mañana, en tus besos la fuerza que aviva mis sueños y en tu risa la alegría de iniciar un nuevo día.

Me redimo con la penitencia de tu alevoso silencio, de tus esquivas respuestas a mi locura inconsciente, de tu juego intermitente, osado y reprimido.

Y cada noche, con la inocencia renacida, vuelvo a la letanía de nuestros versos, al imán de tu sonrisa y a la fantasía de lo improbable. Entregada al misterio, a tu fuego y a mi sed.

8 comentarios:

  1. Me gustó muchísimos haberte leído de nuevo. No has perdido la mano ni la sensibilidad. Bienvenida, de regreso.

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  2. Hay pecados de los cuales uno no quiere redimirse y cuya confesión implica emocionalmente a quien los escucha.

    Precioso.

    Un beso.

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  3. Coincido con ambos, muy bello.
    No es sencillo escribir con sensibilidad, sin caer en la sensiblería.
    Beso

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  4. Qué bien escribes!!!
    Pura pasión.
    Te felicito.
    Está escrito con el corazón.

    Besos.

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  5. Y por qué no nos liberan de las penitencias ?

    Bonitas letras

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  6. Eduardo Mancilla: Muchas gracias, Eduardo. Tú no has perdido el don de animarme con tus palabras. Qué placer verte por aquí. Un beso.

    Ilduara: Así es. Incluso lo de llamarlos pecado es sólo un recurso, que no trae consigo nada de arrepentimiento. Gracias. Un beso.

    Horacio: Muchas gracias. Lo de la sensiblería, en todo caso, supongo que depende de cómo lo recibe quien lo lee ¿no? Un beso.

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  7. Toro Salvaje: En general escribo desde el corazón, y siempre lo que etiqueto como desvaríos. Nacen de la voz más íntima y de encontrar una buena inspiración. Gracias. Un beso.

    Juncal: Buena pregunta. En algunos casos, quizás las penitencias forman parte sustancial de la historia. Ésta no sería la misma sin ellas. Besitos.

    Laura: Sí, muy lindo. Me hiciste recordar una canción que me gusta: "Mi dulce pecado". Un abrazo.

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