Fotografía: Helmut Newton
Laura se puso sus tacones más altos. Eran parte de la pista.
Siempre jugaban a eso: Fernando sabía que había algo que celebrar porque ella
se vestía elegante y él debía buscar en su aspecto una señal de lo que festejarían.
- No sé si hoy lograré adivinar…
- Venga. Inténtalo. No es tan difícil.
- Me das pocas pistas sólo con ese vestido negro.
- Fíjate bien.
- No llevas ningún complemento, ni siquiera te has maquillado.
Y me doy cuenta ahora, porque desde que entré por esa puerta sólo puedo mirar
tus piernas…
- Estás mirando en el lugar correcto.
- ¿Las piernas?
- Sí.
- ¿Vamos a salir a bailar?
- Podríamos hacerlo, pero no se trata de eso.
- Ayúdame un poco…
- Si mis piernas fueran un número, ¿cuál serían?
- Mmmm… ¿El 11?
- ¿Ves como siempre aciertas? ¡¡Feliz aniversario!!
Mentiría si dijera que ésta es una historia sólo de amor,
aunque haya mucho. El caso es que también es de lo contrario, que no es odio. Un
día como hoy, hace once años, abrí este blog. Desde entonces él y yo mantenemos
una relación con altos y bajos, con discusiones y reconciliaciones. Con amenazas
de abandono (a veces cumplidas) y con retornos con mayor o menor fortuna.
Aunque no estamos en nuestro mejor momento, no quería dejar de celebrar su
nacimiento, porque impactó e impacta en mi vida. Y porque tengo mucho que
agradecerle. (Y él a mí)