jueves, 27 de agosto de 2020
El regreso
domingo, 23 de agosto de 2020
Para Elisa
jueves, 20 de agosto de 2020
Hoja en blanco
lunes, 17 de agosto de 2020
domingo, 9 de agosto de 2020
Tu luz
- Creí que te habías puesto celoso.
- ¿Por qué creíste eso?
- Porque andabas triste y malhumorado.
- En absoluto. Me gusta que otros, como yo, también vean y se enamoren de tu luz.
(Me dices algo bonito y yo no sé cómo reaccionar. No sé recibir tu amor. No sé recibir amor. No sé recibir. En una extraña necesidad de lo que quizás considero el equilibrio, cuando me dan amor, yo me lo quito. Y respondo cualquier cosa que le reste valor a lo que tú o cualquiera me haya dicho… Me dan ganas de esconderme…).
Laura piensa esto mientras se pone a recoger los platos de la mesa. Necesita esquivar su mirada cuanto antes o dirá algo que la minimice, y quiere quedarse con esas palabras. Con pasos cortos y rápidos se dirige cabizbaja a la cocina. Y con cierto orgullo, disimula también su sonrisa.
viernes, 7 de agosto de 2020
No soy yo sin ti
Develaste cada secreto que cargaba; me alivianaste. Me fuiste desvistiendo los misterios e hilvanando otros nuevos. Me acompañaste de la mano por mis sombras y de tu asombro me alimenté. Fuiste mi espejo y me devolviste una sonrisa. Te volviste plácido lecho y tu hombro, un mar para mis lágrimas. Me escuchaste y moldeaste tus juicios para convertirlos en caricia; y acicate, cuando lo necesité. Fuiste mirada, leíste lo visible, descubriste lo oculto… Y con tus gestos lo embelleciste. Abrazaste mis temores, confiaste en mí, me lo hiciste saber y te creí. Contigo me encarno. No soy yo sin ti.
miércoles, 5 de agosto de 2020
lunes, 3 de agosto de 2020
En orden desalfabético
Zapatero y xilófago, weón veraz, un tanto silencioso, rudo, que parece orangután, ñeque… no muere llamando la keniata, joven ilusa, herida gravemente, fiel enamorada del chachachá caliente bajo Andrés.
sábado, 1 de agosto de 2020
En orden alfabético
Andrés bebía con chulesca displicencia en fondas grotescas, húmedas, inhóspitas. Jóvenes keniatas lo lloraban, mientras niños ñoños, ojerosos, pedíanle que repusiera su teatro: un vacío western, xenófobo y zafio.