domingo, 17 de mayo de 2020

Morriña... de min


Fotografía: Paco Canosa
 
…Nacim já velho neste banco ao sol,
e aquel que outrora fum morreu em mim,
e sinto-o como um outro
que nom herdei, pois nada tenho del… 
Ricardo Carvalho Calero

Tan lonxe e tan dentro, 
tan allea es cando tan miña fuches.

Neste solpor da vida distanciada  
das rúas que me recoñecen, 
do vento que xoga a despeitearme, 
do teu riso que é meu lar, 
afogo un pranto que non cala 
e finxo un sorriso, mentireiro e mal pintado, 
que non sabe gardar os segredos.

E afúndome agora 
nesta morriña que me di que te quero, 
nesta saudade que me di que te perdín.

.....     .....     .....

…Nací ya viejo en este banco al sol,  
y aquel que otrora fui murió en mí, 
y lo siento como otro 
que no heredé, pues nada tengo de él… 
Ricardo Carvalho Calero

Tan lejos y tan dentro, 
tan ajena eres cuando tan mía fuiste.

En este atardecer de la vida distanciada  
de las calles que me reconocen, 
del viento que juega a despeinarme, 
de tu risa que es mi hogar, 
ahogo un llanto que no calla 
y finjo una sonrisa, mentirosa y mal pintada, 
que no sabe guardar los secretos.

Y me hundo ahora 
en esta morriña que me dice que te quiero, 
en esta saudade que me dice que te perdí.
 

jueves, 14 de mayo de 2020

Con la música a otra parte


Ilustración: Davide Bonazzi 


Vibramos notas disonantes entre estas cuatro paredes y el camino que conforman nuestra partitura. Desafinamos sordos compases. Los oídos, tullidos para la música y la piel sin fuerza siquiera para ser instrumento en unas prodigiosas manos que nos toquen (por azar). 

Somos nudos con púas por desentrañar y desenmarañar en un ejercicio de paciencia que no estamos dispuestos a practicar. Nos vamos desenredando solos, con la mirada puesta en la ventana, tapiada a fuerza de reproches silenciados y enquistados, y de sueños desnutridos y agonizantes. 

Y solos vamos lamiéndonos esta capa que no es piel, sino coraza. Poco a poco, saliva y lágrimas disuelven esta espesa cubierta y destapan el indicio de unas alas. Sin saber siquiera usarlas ya vuela la imaginación, y detrás de ella las ganas. Tantas que derriban los muros. Y nos sabemos capaces.  

Abandonamos entonces la partitura y nuestro vuelo suena a gloria.
 
Y nos vamos con la música a otra parte.

Odiándonos


Fotografía: Gilbert Garcin 



Nos mantenemos en el odio 


(Porque sólo en él supimos construir un nosotros)

 

miércoles, 13 de mayo de 2020

Gallega de mi corazón


Pintura: Felipe Senén 

Aunque guardo largos tiempos de silencio, no es fácil hacerme callar. Lo sabes, porque te pasa lo mismo y porque ya temo cada vez que nos proponemos hablar un ratito. No tenemos ni idea de qué es eso y nuestras conversaciones se prolongan, sin esfuerzo, sin pretenderlo, sin saber cómo. Tres horas, cuatro… toda la noche, la tarde o la mañana y siempre con dos tiempos a la vez, con el Sol observando o escondido en distintos lugares. No importa que el paisaje sea distinto, que ya no sepamos en qué estación estamos… nos sabemos en el mismo tren, desbocado y sin conductor. ¡Y qué gracia nos hace! Conocí tu risa antes que tu voz, tu silencio inquieto antes que tu voz, incluso tu respiración antes que tu voz. Y ahora esa manía de tocarte la cabeza, esa forma de echarte para atrás, levantar las cejas y dibujar una mueca con tu boca cuando estás a punto de decir algo que quieres decir, pero que crees que quizás no deberías. Tantas cosas que callaste porque pensabas que no debías hablar… y qué necesario era. Y no callamos, siempre encontramos algo nuevo que comentar (o no tan nuevo), una anécdota que recordar, un sentimiento que explorar... No, no es fácil hacerme callar. Pero también eso sabes hacerlo. Te bastaron cuatro palabras. Las más bonitas que me has dicho. 

- Gallega de mi corazón.

martes, 12 de mayo de 2020

Lo que más me apasiona




- ¿Hoy no escribes? 
- No. 
- ¿Y eso? 
- No me apetece. 
- Pero estás publicando todos los días. 
- Lo sé, pero hoy no me apetece. 
- ¿Estás bien? 
- Mejor, imposible. 
- Te recuerdo que escribir es lo que más te apasiona. 
- Ahí tal vez te equivoques. 
- Si me equivoco yo, también lo haces tú, porque eso es lo que siempre me has dicho. 
- Cuando te lo decía era verdad. 
- ¿Estás segura de que estás bien? 
- Estoy bien. Sólo que hoy lo que me apasiona es estar contigo.
 

lunes, 11 de mayo de 2020

Léeme otra vez




Léeme otra vez. 
De punta a cabo.
Del derecho y del revés.
Hazlo en otras lenguas.
Tradúceme después.

Respira cada estrofa.
Detente en cada punto,
acarícialo con tu dedo.
Deslízalo por cada línea
hasta llegar al punto final.

Y entonces sí,
descíframe cada verso
del poema de tu piel.

domingo, 10 de mayo de 2020

La puerta abierta


Fotografía: webneel.com


- ¿Qué?
- ¿Cómo que qué?
- Sí, ¿qué haces aquí?
- ¿Me lo preguntas en serio?
- Claro. Me sorprende.
- No debiera sorprenderte que acuda a tu llamado.
- ¿Y cuándo te llamé?
- Siempre cierras la puerta y hoy la has dejado entreabierta.
- No lo he hecho a propósito… aunque sí deseaba que vinieras.
- Tu subconsciente te conoce mejor que tú.
- Y, por lo que veo, tú también me conoces mejor que yo.
- Yo sólo observo las señales. Puedes mentirte lo que quieras, pero tus gestos hablan por ti.
- Eso es lo que al mismo tiempo amo y odio de ti: que seas capaz de interpretarlos
- Dejemos eso para otro momento y centrémonos en lo importante… ¿Para qué crees que dejaste la puerta abierta?

viernes, 8 de mayo de 2020

Me colgaste el teléfono


Fotografía: León Bugaev


Me colgaste el teléfono...

Se suicidó esta conversación imposible a fuerza de negarnos a hacerla posible. Con ella se suicidaron los sueños y alguna ilusión. El deseo, con ganas de vivir todavía, quedó adherido al auricular suspendido…, pero fue desvayéndose, goteando… y evaporándose contra el suelo.

Me colgaste el teléfono. Y esta historia nos dejó, sin firmar una carta al juez, sin derramar una lágrima, sin hacer siquiera un reproche. Sacudió el inestable taburete que la sostenía y se ahogó. Ahora, muerta, oscila como un péndulo prendida al hilo telefónico.

jueves, 7 de mayo de 2020

Música en tus manos





“Tu voz suena a Satie”, dijiste

(Y me volví música en tus manos)


miércoles, 6 de mayo de 2020

Tener la razón


Fotografía: Sarah Treanor


No necesito saber que tengo la razón, me basta con saber que mi razón es tan válida como la tuya. Estoy tranquila con lo que siento y lo que pienso, aunque no sepa describirlo, porque sé que no impide que tú también lo estés con tus propios juicios y sentimientos. Eso es lo que no hemos sabido ver a tiempo. Entender que hay una realidad más allá de la que percibimos cada uno, que nos juntó. ¿O era tal vez sólo un sueño?

No necesito saber que tengo la razón, porque no importa tanto qué ocurrió sino cómo nos lo contamos. Un relato mientras sucedía y otros después, cada vez que nos recordamos. Te he visto de tantas formas diferentes que ya no sé quién eres, cuál me gusta y cuál me aleja, cuál me ama y cuál me odia, cuál me acaricia y cuál me agrede… y siempre eras tú. Y siempre era yo. 

No necesito saber que tengo la razón, porque por ti la perdería de nuevo.
No necesito saber que tengo la razón, porque esto se trata del corazón.
No necesito.
¿Tener la razón? ¿Para qué, si al tenerla pierdo?

martes, 5 de mayo de 2020

Delicada




Delicada fe
esta febril devoción
por tus abrazos.
Me condeno en ellos
y sin ellos (me) pierdo.

Delicada voz,
la penumbra silente
de tus palabras.
Me despierta tu lengua,
amanezco en tu verbo.


domingo, 3 de mayo de 2020

¡¡En martes!!


Imagen: LovmandArt


He vivido en una casa los últimos doce años de mi vida. Había olvidado lo que era escuchar los ruidos más íntimos de los vecinos. Saber si andan con zapatos o en pantuflas, enérgicos o sigilosos, si están sentados o están bailando… Los pasos cuentan muchas cosas. Había olvidado lo que es conocer sus hábitos en el baño con la complicidad de las cañerías. Ducha o baño, en la mañana o en la noche, horarios del vaciado de cisternas…

Como todavía hizo calor estos dos últimos meses, y con mucha vida aún en las terrazas, había ido conociendo los tipos de inquilinos que me rodeaban, qué conversaciones tienen... Pero hoy, ¡¡un martes!!, fuera de todo pronóstico (también debido seguramente al confinamiento), me sorpendieron unos gritos que pronto reconocí como gemidos. Debieran obligar a insonorizar las casas, hay impacto psicológico por la envidia que generan. El caso es que ni lo pensé y los acompañé, escuchándolos. 

Deduzco que son una pareja estable o que se ven a menudo, porque no repitieron y es la primera vez en al menos dos meses. Que estemos en cuarentena y con toque de queda también invita a pensarlo, porque no recibimos visitas. Si hubo preámbulo, son silenciosos. El éxtasis fue breve, en dos tiempos, y explosivo. Y si lo que escuché fue un orgasmo, ella sólo tuvo uno (al menos de esa intensidad). Ah, y se ducharon justo después.


Epílogo:

Al día siguiente hicieron arreglos en la casa. El martilleo se escuchó buena parte de la tarde. Parece que logró convencerle.

sábado, 2 de mayo de 2020

Más preguntas que respuestas


Fotografía: Alexander Khokhlov


¿Se puede hablar de Verdad cuando está sujeta a criterios?
¿Existe alguna verdad envuelta en el velo de lo subjetivo?
Si tu verdad no es la mía, ¿la convierte eso en mentira?
¿Qué es verdad o qué es mentira?
¿Qué otra cosa existirá en la vastedad que separa ambos extremos?
¿O serán lo mismo verdad y mentira?

¿Importa más la ofensa o la intención de ofender?
¿Cuándo nace la ofensa?, ¿al decirla o al escucharla?
¿Quién ofende entonces, el que dice o el que escucha?
¿Acaso te ofendo cuando escucho ofensa en tus palabras?
¿Te cuido mintiéndote o diciéndote la verdad?
¿Cuánto me pierdo de ti juzgándote, como cierto o como falso?

Desde nuestra verdad, ¿nos importa la del otro?
Si no nos importa su verdad, ¿por qué lo hacen sus mentiras?
¿Cuánta verdad dejamos de ver buscando las mentiras?
¿Y qué importa que lo que ES sea verdad o mentira?
¿Qué mentira nos separa y qué verdad nos mantiene unidos?
¿Qué verdad nos separa y qué mentira nos mantiene unidos?

Es verdad que te miento cuando digo que no me importas.
Y no miento cuando digo que me importa tu verdad.
Dejémonos de mentiras. 
Dejémonos de verdades.
Dejémonos de tonterías…

viernes, 1 de mayo de 2020

El seductor


Fotografía: Vlad Artazov


- Una vez estuve casada con un seductor.
- ¿No te asustó que lo fuera?
- Yo era tonta entonces. No sabía que lo era, lo creía enamorado.
- Ya, te hacía sentir amada…
- Me hacía sentir la más bella, la única, la deseada y esperada por siempre. Era maravillosa esa certeza.
- ¿Y dejó de hacerte sentir así?
- Él no. Siempre me trató con el mismo amor y deseo. Siempre me dijo las mismas cosas bonitas, siempre me declaró su amor.
- ¿Entonces que pasó?
- Que vi que lo que me decía a mí se lo decía a todas.