martes, 31 de diciembre de 2019

Mejor me callo




Me obligo a escribir y no quiero. O quiero escribir y no me lo permito. No lo sé. 

Si me dejo ir hablaría la rabia, la decepción, a ratos furia que duele de tan contenida. E iracunda.
Si me dejo ir hablaría la soledad, este espacio vacío y yermo, este abismo en el que me precipito y que sería un gélido infierno sin el ronroneo de Lucas.
Si me dejo ir hablaría la inseguridad, ésa que a ratos se viste de miedo, a ratos de tristeza, a ratos de resistente que dinamita mis cimientos y mis sueños, y me deja a la intemperie.
Si me dejo ir hablarían las heridas, y el dolor, y la miseria, y este desasosiego que me grita lo que no quiero escuchar. Y yo quiero escribir algo bello.

Me obligo a escribir porque no quiero terminar el año sintiéndome tan tonta. Tampoco sin despedirme de este 2019 tan tenso, tan disruptivo, tan destructor. 
Quiero escribir (y no me lo permito) para poner fin a todo lo que me hiere, para legislar mis límites, para que se disipe esta sombra que sigue conmigo,… Y para empezar con buen pie el 2020.

Me obligo a escribir, quiero escribir… y no puedo.
No quiero. O no me lo permito.


¡Feliz 2020 a tod@s!

domingo, 29 de diciembre de 2019

No sé


Fotografía: recreoviral.com


A veces siento que me crees tonta.


(Y otras, que piensas que soy más lista de lo que puedo llegar a ser)



viernes, 27 de diciembre de 2019

¿Importa?




Te soñé.
Soñé que nos amamos.
Mi piel sentía la tuya.
Cuerpo a cuerpo,
verso a beso.
Mis labios en tu nombre,
las manos recordando.
Te soñé...

O te imaginé. No sé.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Cueste lo que cueste




Que estas navidades seamos felices. 
Cueste lo que cueste.

Lo dice una niña en una campaña publicitaria navideña. La escucho y siento el golpe del enorme peso de ese cueste lo que cueste. Me agoto al instante. Imagino la felicidad en la cima de una empinada cuesta, o en lo alto de una escalera sin fin. 

¿No debería ser fácil la felicidad? ¿No radica acaso en eso? Son esos momentos que fluyen con soltura, que no requieren esfuerzo alguno, en los que podemos dejarnos ir, abrirnos, recibir(nos)… Confiar. Y ser.

Son esos instantes los que persigo. Cueste lo que cueste.


martes, 24 de diciembre de 2019

Tus manos virtuosas




Me sabe a poco
el tacto
de tus manos virtuosas
arrancando
el pecado de mi piel.


domingo, 22 de diciembre de 2019

Echar(te) de menos



- No es necesario perder algo para echarlo de menos.
- ¿Y eso a qué viene? ¿En qué piensas?
- En que empiezo a echarlo de menos cuando intuyo o decido perderlo.
- ¿Ya estás extrañando?
- Claro. Cada día reparo en algunos de esos detalles que añoraré... ¿Tú no?
- Supongo… Dame ejemplos.
- Las últimas veces son tan importantes como las primeras. Saber que tal vez sea la última película que vemos juntos, cada conversación que tenemos y que disfruto, tu incondicionalidad, todos esos detalles… ¡Tengo tanto que agradecerte!
- ¿Y hoy qué has empezado a echar de menos?
- Que siempre te acuerdas de traerme tabaco.

viernes, 20 de diciembre de 2019

Recorre mi tiempo


Fotografía: Chema Madoz



Recorre mi tiempo. Sin prisa, sin destino y sin itinerario. Quema los viejos mapas y explora estas horas nuevas. Vuelve a la curiosa infancia, a la osada juventud, a esa pausada madurez que lentamente fue llegando, enraizó y se quedó. Despierta los sueños dormidos en la decepción y anhélalos otra vez, en otro tren. Ven. Recorre mi tiempo.


martes, 17 de diciembre de 2019

Desgarro




Soy fluido que se disemina por este desgarro, por los surcos de los rasguños de esta vida puta que se empeña en no cortarse las uñas y en usarlas como armas. 

Soy la sangre vaciándose por este desgarro, por esta herida arada en la carne, aún por sembrar. Y por regar. Soñando primaveras.

Soy el aire filtrándose por este desgarro, por esta grieta en mi muro de carga, atravesando el polvo suspendido en el colapso. Apenas respirando.

Soy… el desgarro, el jirón desprendido de una realidad que terminó no siéndolo, un injerto que aún no prende, un mañana que nunca es hoy.

martes, 10 de diciembre de 2019

Punto de encuentro



Me cansa escudriñarme constantemente, vigilar el centro para no salirme mucho, con el tiempo justo para identificar las emociones que me visitan, me tambalean, me revuelven… y salirme rápido para volver a este punto de encuentro donde convergen todas las sensaciones, las más peregrinas ideas. Bulle el cuerpo, arde el alma, no hay consuelo ni calma salvo en este espacio que tanto me agota sostener. 

Llega el miedo a no poder, verme pequeña, casi ínfima, el vértigo del abismo, vislumbrar la devastación, desvalida. Y la derrota.

Llega la tristeza, de una mano con la pérdida y de la otra con la frustración. Y me lastra, me arrastra. Me aprieta el pecho y me posee, frágil.

Llega el desencanto bailando un tango con la soledad, con la música tan baja que ya ni se oye. Sólo el roce de las suelas con la madera.

Llega a ratos el entusiasmo, la curiosidad infantil preparada para explorar, la ilusión de lo que está por construir, la alegría de un nacimiento.

Llega a raptarme la angustia, que apenas puedo escuchar por el ruido de los latidos y de mis pulmones exigiendo aire, ahogados.

Llega el orgullo por atreverme, la gratitud a esta inconsciencia con que me lanzo a un desafío, acostumbrada a ponerle pecho a mis decisiones. Aunque duelan.

Y como llegan, las saludo y las echo. Necesito volver al centro, a este punto de encuentro donde me hallo. 

No me puedo permitir perderme. 
No ahora.

domingo, 8 de diciembre de 2019

Tregua


Fotografía: Chema Madoz


En el fragor de la guerra
un instante de tregua
tiene sabor a paz.

Y la paladeo
aún sabiéndola engaño.

Opción b:

La paladeo
sabiéndola engaño.
Un espejismo

viernes, 6 de diciembre de 2019

No lo supe


Fotografía: Fabiola Mascayano O´Ryan
La mujer de la fotografía no es la mujer del relato


Y la culpa no era mía
Ni de dónde estaba
Ni de cómo vestía

Fabiola se emocionó al corear ese “Y la culpa no era mía, ni de dónde estaba, ni de cómo vestía”, ese himno que cruzó el planeta como un relámpago haciendo sentir la tormenta que ya está encima. Aún no se explicaba cómo se había dejado convencer por la Cata, su nieta regalona. Allí estaba, vestida de negro con pañuelo rojo al cuello, y una cinta para cubrirse los ojos, en medio de otras miles de mujeres junto al Estadio Nacional. El lugar no le era indiferente. Ni a ella ni a ninguna de las mujeres que gritaban a su alrededor y que superaban cierta edad.

El caso es que estaba ahí y se dejó llevar. Podía sentir la energía de miles de historias diferentes de cómo ser acosada, violentada, violada... entrelazándose en una única voz multiverso. No era sonido, era vibración, era luz y fuerza colándose por su piel, y era latido sembrándose en la tierra, era el eco de un deseo y una exigencia. Y ese grito fue tan ensordecedor como el silencio que sostuvo de regreso a casa. Estaba ya en su cuarto cuando pudo hablar.

- Gracias, Cata. 
- Gracias a ti, abuela. Me sentí, me siento muy orgullosa de ti. Fue muy choro ir contigo.
- Catita… me has hecho el mejor regalo de mi vida.
- ¿Por qué?
- Porque hasta hoy no lo supe.
- …
- Siempre intenté ser una mujer dispuesta a perseguir la felicidad. Y eso siempre trae costos, momentos de absoluta infelicidad… Una vez que te permites sentir, lo sientes todo… Me tocó vivir la época en que no podíamos expresar nuestros deseos sin represalias. Siempre intenté elegir la libertad y eso a menudo se malinterpretó. Nunca hasta hoy había podido perdonarme. En realidad no tenía que perdonarme, y no lo supe hasta hoy… Porque la culpa no era mía, ni de dónde estaba, ni de cómo vestía… 

miércoles, 4 de diciembre de 2019

El poncho



Podría hacerte un poncho de sueños. Soy buena tejiéndolos. 
Punto del derecho, para el castillo en el aire. 
Punto del revés, para trazar un plan be. 
Ochos y arabescos, para incluir tus ojos y mis ganas de besarlos. 
Hace un rato que te habría besado. 
Pero prefiero mirarte, en la distancia, memorizando tus medidas.

Podría tejerte un poncho de sueños.
Y tirar de la lana para desnudarte después.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Tres deseos (y 3)


Sírvete un trozo

Deseo la brisa marina recordándome que tengo rostro. Y disfrutarlo.
Deseo el tacto de la tierra enraizándome los pies. Y sosteniendo mis pasos.
Deseo el frío océano despertando mi ser atlántica. Y a la niña que saltaba las olas.
Deseo la Luna llena iluminando la música, celta, en la playa. Y la buena compañía.
Deseo la confianza plena que consiente el desnudo de mis palabras. Y hablar sin miedo.
Deseo la certeza de estar en lo correcto. Y la tranquilidad para aceptar los errores.
Deseo la ternura necesaria para calmar las heridas que cause. Y sanar las mías.
Deseo la ilusión en el espejo cada mañana. Y reconocerme en ese reflejo.
Deseo el descanso para construir nuevos sueños. Y la fuerza para perseguirlos.
Deseo la seguridad necesaria para enfrentar los miedos. Y dejarme acompañar en ellos.
Deseo la electricidad de la caricia en mi piel. Y la consciencia del tacto enamorado.
Deseo ese beso que me borra la memoria. Y graba, a fuego, la eternidad del instante.
Deseo la sonrisa cómplice y la mirada que comprende, acepta y acompaña. Y sonreír también.
Deseo…

- ¡Venga, Laura! ¡Vuelve aquí! Decídete y elige tres deseos, que la tarta se va a llenar de cera.
- ¿Sólo tres? No puedo decidirme. ¡Es tanto el deseo!


Si quieres saber de dónde viene esta historia:


sábado, 30 de noviembre de 2019

Sólo un día




Dame un día. Sólo uno más.

(Pero dámelo a diario)


jueves, 28 de noviembre de 2019

3. Y desaparecí



…hay gente que se muere de ganas de vivir.
Carlos Varela (Sí, de nuevo)

Me volví arma y casi me mato
creyendo que nacía de nuevo.

Confundí la noche con el útero
abrigado y era oscuro cadalso.

No era placenta la fría humedad
que calaba mis sueños, sino foso.

Creyendo que nacía de nuevo
me volví quimera y desaparecí.

martes, 26 de noviembre de 2019

2. Hilos que cortar




Porque me vi cara de marioneta, 
supe que había hilos que cortar.

Y me volví tijera, 
me volví cuchillo.
Me volví el filo de la guadaña.

Me volví lo que no era, 
me volví lo que jamás sería.
Me volví muerte vestida de vida.

Porque supe que había hilos que cortar,
me volví arma y casi me mato.


lunes, 25 de noviembre de 2019

1. Cara de marioneta


Imagen: Alba Garrido Gómez


Porque me vi cara de marioneta, nacieron dos historias distintas, según el grado de intimidad.

Sí, definitivamente me visteis cara de marioneta. Creísteis que era de madera y me la rajasteis para poder manejar mis labios a vuestro antojo. 

Sí, definitivamente me viste cara de marioneta. Creíste que era de madera y me la rajaste para poder manejar mis labios a tu antojo.

Metisteis vuestras manos hasta lo más profundo de mí y con ella aprisionasteis mi garganta para callarme o para hacerme hablar. Y de paso me ahogabais.

Metiste tu mano hasta lo más profundo de mí y con ella aprisionaste mi garganta para callarme o para hacerme hablar. Y de paso me ahogabas.

Os gustaban mis mofletes resaltados. Eran señal de que sonreía y os confiabais. Complacencia y descuido. Hallabais el abono perfecto para manejar mis hilos.

Te gustaban mis mofletes resaltados. Eran señal de que sonreía y te confiabas. Complacencia y descuido. Hallabas el abono perfecto para manejar mis hilos.



Porque me vi cara de marioneta, 
nacieron dos historias distintas. 

Porque me vi cara de marioneta, 
supe que había hilos que cortar.


sábado, 23 de noviembre de 2019

Simplemente profundo




En lo profundo 
de lo simple me pierdo.
Y me confundo.

De nuevo olvido:
Lo que sí es profundo
es siempre simple.

Y me hundo más.
Más profundo.
Simplemente.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Calma


Fotografía: "Áncora", de Juncal Cacho Balanz


¡Qué sería de mí sin estos momentos de cierta calma!

Permitir el encuentro. 
El reencuentro.
Rebajar la tensión. 
Acompañar y dejarse acompañar. 
Volver a respirar. 
Dejar que el aire entre. Profundo.
Y retenerlo. 
Alistándome para el siguiente pozo, 
para el siguiente golpe.
Así es el preámbulo
de este caos necesario.
Inevitable…

Es tan leve la caricia que preciso para sobrevivir.


El último verso nació reclamando, exigiendo, ser poema por sí mismo. 
Y se convirtió en un breve, que publiqué como “Preciso” el pasado 6 de noviembre. (Para controlar sus humos fue acompañado de un subverso). 
Este poema es, por tanto, de la misma fecha, ligeramente retocado ayer.
Quien escribe es mi instinto (¿o será la intuición? A menudo los confundo)

martes, 19 de noviembre de 2019

El primer beso -1




Beso: Contacto o presión que se hace con los labios 
sobre una persona o una cosa, contrayéndolos y separándolos, 
en señal de amor, afecto, deseo, saludo, respeto, etc.


Tan grande y tan torpe. Pusiste en la radio del coche el cassette con la música que yo sabía que habías grabado para seducir a las chicas. Éramos amigos y me contabas ese tipo de cosas. Al parar ante mi portal, habías apagado el motor y girado el cuerpo hacia mí. Supe que no pensabas despedirte todavía. La cinta que elegiste lo confirmó.

- Buen cambio de música, jajaja. Apenas se notó…
- ¿Y por qué no?

Seguiste contando algo de lo que veníamos hablando, que no recuerdo qué era, pero sí sé que me encantaba escucharte. Me sentía a gusto a tu lado. 

En algún momento pestañeaste de manera más marcada. Me di cuenta de que estabas muy cerca, y que por eso pude percibirlo. Y por eso también pestañeabas. Puse mi mano en tu cuello. La llenabas. No te abarcaba y me encantaba esa sensación. Aún te siento en la palma de mi mano.

Me gustaron tus besos porque en ellos derrochabas una ternura desconocida e infinita. Suaves. Largos. Tus ojos cerrados seguían parpadeando, como si estuvieras enfocando a saber qué sueño lejano. 

Y probaste suerte.

- ¿Me invitas a un vaso de leche?

Tengo muchos primeros besos. 
Tantos como personas a las que he besado alguna vez.
Y otros tantos que todavía no he dado.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Y volver... (Décimo aniversario)


Recupero la primera imagen que publiqué en este blog


Me voy derramando por mis dedos.
Y no sé cómo ponerle freno...

Sin haberlo planificado, esta semana que empecé el martes publiqué todos los días. Porque tocaba cumplir con la promesa que me hice; porque me estimula, me inspiro y lo disfruto; porque lo necesité para amortiguar algún golpe en mi impalpable alma; porque no pude evitarlo… Y resulta que esta semana termina con una fecha que me alegra.

Hace hoy diez años que publiqué “Vamos a explorar” en el parto de este blog. Nació después de un embarazo azaroso en lo personal, y lo hacía para cumplir con una promesa que me hacía; porque me estimulaba, me inspiraba y lo disfrutaba; porque lo necesitaba para amortiguar algún golpe en mi alma, algo más valiente entonces; porque no pude evitarlo. No tenía ni idea de dónde me metía, de todo lo que es esta aventura. Ni idea del impacto, enorme, que tendría en mí. 

Diez años y me sigue moviendo lo mismo cuando entro a éste mi cajón desastre. Esta minúscula caja en la que me encierro noches en vela para ir conociendo mis distintas caras, mis distintas pieles, mis distintos afectos… a mí. Es un diván, el confesionario, una alcoba desordenada, es el prado en el que recostarme y dibujar con las nubes castillos en el aire. Para habitarlos, claro.

Diez años, con altibajos y lagunas, buscándome, perdiéndome y encontrándome en otros. En vosotros. 

Algunos estáis desde el principio. Y sentiros aquí tantas historias después es indispensable para seguir. Fuimos encontrándonos y desencontrándonos. Profundizándonos también. Fuimos develando algunos misterios y juntos creamos otros. Y seguimos aquí. Os siento refugio.

Otros fuisteis sumándoos por el camino, los más, este último año. Como yo, que llegué siendo otra sin dejar de ser la misma. Descubriros, encontraros ha sido puro mimo (regaloneo) para el corazón. A rostro descubierto o no, os mostráis y descubro el sentido de vivir. El milagro de encontrarnos. 

Diez años, y a ratos sigue siendo difícil. No sé hacerlo sin ponerme entera, sin exponerme entera. A veces duele, a veces cuesta. A veces tienta… a veces he publicado la despedida para acabar volviendo un par de días después. Como he vuelto durante estos diez años una y otra vez.

O no.

sábado, 16 de noviembre de 2019

Cada vez más íntima





Me voy derramando por mis dedos. 

Y no sé cómo ponerle freno.


viernes, 15 de noviembre de 2019

Júrame





Júrame que en la próxima vida volveremos a coincidir. 
Júrame que en la próxima vida no perderemos el tiempo.
Júrame que la próxima vida la haremos distinta, no porque reniegue de ésta sino por probarlo todo contigo.

Júrame que en la próxima vida pondremos más atención.
Júrame que en la próxima vida nos recordaremos mejor.
Júrame que en la próxima vida no habremos olvidado. Nos reconoceremos...
…a tiempo.

Júrame que habrá próxima vida...


jueves, 14 de noviembre de 2019

La penúltima gota




Lánguida me precipito en esta súbita desolación

(Me desgarra el obtuso intento de aferrarme en la confusión)


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Cuando el deseo duerme


Fotografía: Veselin Malinov

Duermes. Yo no puedo. O tal vez simplemente no quiera. Te sé y te pienso. Como sé que piensas que ya no me gustas, que me estoy alejando, que tal vez sea el principio del fin. Y el final del principio.

Duermes. Quizás me sueñas. Tal vez no.  Agradezco este silencio que nos une. La cuna en la que me basta con ser. Y respiro lentamente tu nombre. Te susurro.  Este latido que se produce no puede callar.

Duermes. Hace rato que quisiera besarte. Sé que piensas que no te deseo, porque esta tristeza no me permite manifestártelo. Pero aún paladeo el sabor del recuerdo, la certeza de que es en tu cuerpo donde quiero quedarme. 

Duermes. Y yo te extraño.
Cuando el deseo duerme…

martes, 12 de noviembre de 2019

Hasta que la muerte nos separe



Es mucho tiempo
esperar a la muerte
cuando no vives.

Poco o mucho,
es lo que disponemos 
antes de morir.

Maldita vida.
Que se pierde olvidada
en un invierno.

Bendita vida.
Que sensual nos evoca
la primavera.

domingo, 10 de noviembre de 2019

Fue... Lo es




Fue rockero. Lo es. De los primeros y ya le pilló grande. Siempre vivió como quiso, o lo más cerca que pudo. Eso tuvo sus costos, algunos elevados, pero la agradable sensación de haber envejecido, rápido, con la conciencia tranquila.

Fue amante. Lo es. Intenso y a menudo breve. Entregado con la intensidad de saber que el amor no es eterno y hay que aprovecharlo, y el desprendimiento de acostumbrarse a las rupturas, a lo efímero, a que todo placer tiene su cuota de dolor.

Fue un buen tipo. Lo es. Consciente de que lo mejor que podemos descubrir en la vida son personas; con otros nos damos forma y sentido. Consciente de que el bien llama al bien, así como de que a veces responde el mal. Y todo depende de cómo lo miremos.

Fue un niño. Lo es. Aprendiendo a caminar a cada nuevo paso, con las cicatrices de múltiples caídas sabiendo que repetiría sus pasos, y con las heridas aún abiertas de los pasos que hubiera dado diferentes. Siempre aprendiendo.

Fue… Todavía es.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Déjate querer



- Te enfadaste cuando me quejé de que no me habías llamado y decidiste no hacerlo más. No me agradó, no te voy a mentir. 
- ¿De qué hablas?
- Déjame contarte… Me dolió tu silencio y me enfadé. No sé reaccionar de otro modo. Y luego te fui echando de menos, cada vez más.
- Yo también te he echado de menos. A menudo cuando estábamos juntos…
- Espera, déjame terminar, por favor… Me había acostumbrado a que siempre estuvieras pendiente y no me había parado a pensar que seguramente no sabes recibir porque tú siempre estás dando y …
- Nooo… Pero si tú también me das…

Sonríen los ojos de Fernando cuando ve que de nuevo Laura interrumpe. Sonríe también su boca, mientras se acerca para callarla, del único modo que puede hacerlo. Retoma por un solo instante la palabra.

- Shhhhh… déjate querer. 

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Preciso




Es tan leve la caricia que preciso para sobrevivir

(Si es en el punto preciso)


martes, 5 de noviembre de 2019

No te lo digo (cuando te pienso)


Fotografía: piercarlolava.blogspot.com

No te lo digo, pero pienso en cómo te estarás sintiendo. ¿Sientes la pérdida? ¿Cómo la vives? ¿Cómo convives con el silencio que engorda entre nosotros ocupando el aire que nos separa y parte de nuestro espacio? Nada deseo más que tu bienestar. Porque lo mereces. Porque te corresponde.

No te lo digo, pero pienso en cómo sería si fuera diferente. Imagino si fuera fácil quererse, conocerse, acompañarse, aceptarse… y seguir amándose. Cómo sería si fuésemos cien veces más valientes y cómo, si fuéramos cien veces más cobardes. Pienso en infinitas formas de vivirnos. Todas valen. Todas son posibles.

No te lo digo, pero pienso en que es fácil estar contigo. Los desencuentros no empañan la dicha de saberte. Ser vulnerable se convierte en un placer. Sentirme cuidada y vista. Sentir tu deseo de compartirnos. Sentir las ganas de hacerlo…

No te lo digo, pero en todo lo que pienso estás.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Inmersión



Sufro la lentitud de este desgarro. 
Este aire que se escapa. Y se agota.
Me siento.
Y aparece la palabra inmersión.
Se queda.
La busco. Inmersión:
·  1. Introducción completa de un cuerpo en un líquido.
·  2. Entrada de un astro en el cono de sombra que proyecta otro.

No sé con cuál quedarme.
¿Por qué habría de elegir?
La sombra del astro me persigue.
Me gusta la sombra.
Crecí en ella.
Ventajas de los cielos nublados.
Y con las nubes me voy. Sobre ellas.
Me distraigo.
Hago lento este desgarro que sufro.

Y vuelta a empezar…

viernes, 1 de noviembre de 2019

En silencio (desolvidarme)



En silencio me envolví. 
Volví a mí.
A desolvidarme.

En silencio me convertí.
Cerré mis ojos.
Para mirarme.

En silencio me diluyo.
Me fundo.
Me confundo.

En silencio 
al silencio confronto.
Me vence.
Me convence.

En silencio 
al silencio vuelvo.
Y en silencio me voy.

De tanto repetirla no reconozco la palabra silencio.