viernes, 16 de diciembre de 2022

Gracias, Juncal

 
Fotografía: Juncal Cacho


Desperté y vi tu fotografía. Deduje inmediatamente qué significaba. Aún sabiendo que sucedería, me impacta tu partida. Y me siento triste.

Tienes mucho que ver con este blog. Has estado presente prácticamente desde el inicio y tus comentarios me acompañaron a lo largo de estos años. Inteligentes, divertidos y con una intuición que nunca dejó de sorprenderme. Sentía que me conocías aunque nunca logramos vernos en persona. Siempre fue una promesa pendiente de cumplir.

Detectabas en mis textos las profundidades de mi alma y sutilmente lo expresabas, sin exponerme, sin descuidarme y también sin dejar pasar eso que presentías. Me hacía bien saberme escuchada, comprendida, incluso descubierta. Me acompañaste en los momentos escritos más dolorosos, te reíste y trajiste tu sentido del humor en los más livianos. Y entrabas al juego cuando mis textos sólo pretendían provocar reflexiones. Fuiste cómplice.

Como también fuiste cómplice cuando te pedí que hicieras una fotografía para la cabecera de mi blog. ¡Me encantan tus fotografías! No tuve apenas que darte indicaciones. Y tampoco quería, porque lo que me ilusionaba era tener tu arte acompañándome. Cuando me enviaste las fotos que habías hecho eran exactamente lo que yo deseaba. Los colores que yo deseaba. Y nos reímos porque incluso los objetos que elegiste reflejaban mucho de mí. Siempre me intuiste.

Tu intuición, tu sensibilidad, tu honestidad y tu sentido estético estaba presente en cada uno de tus comentarios, como lo está en tus fotografías, que generosamente siempre me permitiste usar. Con ellas quiero recordarte hoy. Con algunas de las que me cediste para acompañar mis textos y que en los últimos años me permitieron estar en contacto contigo, a través de una pasión con la que además de reflejar la belleza con la que te ibas encontrando en tus paseos también refleja tu belleza interior.

Te he admirado siempre, Juncal. Lo sigo haciendo. Te considero una mujer fuerte, valiente, sensible, intuitiva. Sé que esos valores, allá donde sea que estés viajando, te acompañarán. Te imagino mirando con ojos de asombro ese nuevo lugar y haciendo fotografías de todos esos detalles que hacen bello el espacio por el que te mueves. Tu mirada lo hace bello.

Y te deseo un buen viaje, tranquilo y en paz.


Fotografía: Juncal Cacho

viernes, 18 de noviembre de 2022

Fe de vida


Fotografía: Vassoula


- Creo que este aniversario no debería celebrarlo.
- ¿Por qué?
- Porque ya son 13 años.
- ¿Y qué?
- Da mala suerte.
- ¿Quién lo dice?
- Todo el mundo sabe que el 13 es el número de la mala suerte.
- ¿Y desde cuándo eres supersticiosa?
- No lo soy.
- ¿Entonces?
- Por si acaso. De todos modos, tampoco se notará: llevo mucho tiempo sin publicar.
- ¿Significa eso que has abandonado el blog?
- No, claro que no. Volveré. No sé cuándo, pero volveré. Sigue vivo.
- Entonces celébralo.
- ¿Y si llamo a la mala suerte?
- Yo creo que lo que da mala suerte es no celebrar.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa si no celebro?
- Que disfrutas menos la vida.
- Me has convencido. ¿Celebramos juntos?

domingo, 20 de marzo de 2022

Paz y guerra


Si quieres paz, prepárate para la guerra. Es una de las frases que más he escuchado últimamente en las noticias que vienen de Europa. De hecho, varios países anunciaron que aumentarán sus presupuestos en Defensa. Una parte de la población apela a que son necesarios más médicos, más profesores y menos tanques, y escucho a una diputada respondiendo: "Todos queremos eso, pero estamos en una situación de guerra". Qué oportuna, pensé sin pensar.

Generalmente queremos aquello de lo que carecemos, y cuando lo tenemos dejamos de valorarlo y de ser conscientes de quererlo. Es decir, para querer la paz necesitamos perderla o tener la sensación de que la perdemos. Guerras ha habido y siempre hay para comprender que la paz es frágil, pero ni siquiera Siria estuvo lo suficientemente cerca de Occidente como para provocar más inversiones en Defensa. Así que surge una guerra en un extremo de Europa, en el que sólo un país sufre la destrucción, la tragedia, la muerte... Las grandes economías sienten tocado su corazón y el deseo (de paz) ya encontró la necesidad que lo despierta y que justifica prepararse para la guerra.

Si quieres paz, prepárate para la guerra. ¿Quién creó este eslogan? ¿Qué le movió a crearlo? ¿Con qué propósito lo hizo? Sin ánimo de entrar en teorías de conspiración, me lleno de preguntas sobre cómo funcionamos, como Humanidad, ¿qué nos mueve?, ¿qué nos impide respetarnos?, ¿cuál es nuestro límite?... Cada vez que escucho la frase la imagino en un anuncio publicitario de alguna empresa armamentística si pudieran emitirse por televisión. Cada vez que la escucho pienso en la habilidad que alguien tuvo para disfrazar de pacifismo una acción completamente opuesta. Una paradoja que convence en todas las direcciones.

¿Cómo sería prepararnos para la paz?

domingo, 23 de enero de 2022

Alba

 

Ilustración: Alba Garrido Gómez 

 

Me da tanto miedo como orgullo, tanta alegría como tristeza ver la mujer en la que te has convertido. Cumples dieciséis años. Cada vez que lo pienso necesito inspirar mucho aire para abarcar y sostener todo lo que siento. 

 

Me da miedo descubrir la velocidad del tiempo. Es vértigo, más bien. Me da miedo no ser capaz de seguirle el ritmo a los nuevos tiempos, a los cambios que experimentaremos. Miedo a no saber hablarle a la mujer que eres porque sigo viendo a la niña que fuiste; miedo a sobreprotegerte o a no hacerlo cuando lo necesites. Miedo a no vencer mis egoísmos. Miedo a lo desconocido, porque como mamá también cumplo 16. 

 

Siento orgullo porque admiro la persona que eres. Inteligente, creativa, perseverante, curiosa, sufriente, honesta… podría llenar la página de calificativos. Eres luz, incluso cuando sientes que te apagas. Sé que a veces logras verte, percibirte, y que intuyes de lo que eres capaz. Y yo descanso en la confianza en tu fortaleza, sobre todo porque tienes muy a la mano tu vulnerabilidad. En ella está tu fuerza y creo que lo estás descubriendo.

 

Siento alegría, porque eres y porque estás, cerca y cercana. Porque me entregas tu confianza y es el mejor regalo que podrías darme. Entre otras cosas, porque acalla las culpas que acompañan a mi maternidad. Siento alegría porque puedo verte crecer y ser amada, por el tesoro que eres para quienes tenemos la suerte de estar a tu lado. Siento alegría por la suerte que tengo por poder ser tu madre. 

 

Me da tristeza ver la niña que tengo que soltar, porque ya no estás, aunque siempre vivirá en ti y en mis recuerdos. Dejar ir ese cuerpecito que se dormía cada tarde en mis brazos mientras te hacía escuchar una y mil veces “You´re beautiful”, de James Blunt. Tus ojos se llenan de lágrimas todavía cada vez que la escuchas. Nunca te conté, pero cada abrazo que te di y te doy me llena de amor y fuerza, y calma. De plenitud. 

 

Te amo 

 

¡Feliz cumpleaños, Alba!

 

Ilustración: Alba Garrido Gómez