Fotografía: Martín Gallo
No creo que pueda volver a ser valiente una vez más. No tan valiente. Ahora me incomoda el vértigo, el rostro atroz que a veces adopta la incertidumbre. La adrenalina me sienta mal. Me marea. Y casi no me da risa.
Es una antigua forma de mí, que perdí en no sé qué parada del camino, la que me grita tu nombre y me tapa los ojos. Ya no soy esa forma, lo sabe e intenta poseerme. Me habla de pasión, de sueños, de volar. Mi miedo me ordena no escucharla.
No sé si quiero pagar el precio.
Jorge venía a inocularse la vida que encuentra en Lola. Ilusionado, ansioso, hambriento.
Jamás imaginó que sólo encontraría una carta.
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No creo que pueda volver a ser valiente una vez más. No tan valiente. Ahora me incomoda el vértigo, el rostro atroz que a veces adopta la incertidumbre. La adrenalina me sienta mal. Me marea. Y casi no me da risa.
Es una antigua forma de mí, que perdí en no sé qué parada del camino, la que me grita tu nombre y me tapa los ojos. Ya no soy esa forma, lo sabe e intenta poseerme. Me habla de pasión, de sueños, de volar. Mi miedo me ordena no escucharla.
Y ya no sé si quiero pagar el precio.
Lola venía a inocularse la vida que encuentra en Jorge. Ilusionada, ansiosa, hambrienta.
Jamás imaginó que sólo encontraría una carta.