Fotografía: Martín Gallo
No creo que pueda volver a ser valiente una vez más. No tan valiente. Ahora me incomoda el vértigo, el rostro atroz que a veces adopta la incertidumbre. La adrenalina me sienta mal. Me marea. Y casi no me da risa.
Es una antigua forma de mí, que perdí en no sé qué parada del camino, la que me grita tu nombre y me tapa los ojos. Ya no soy esa forma, lo sabe e intenta poseerme. Me habla de pasión, de sueños, de volar. Mi miedo me ordena no escucharla.
No sé si quiero pagar el precio.
Jorge venía a inocularse la vida que encuentra en Lola. Ilusionado, ansioso, hambriento.
Jamás imaginó que sólo encontraría una carta.
.......... ..........
No creo que pueda volver a ser valiente una vez más. No tan valiente. Ahora me incomoda el vértigo, el rostro atroz que a veces adopta la incertidumbre. La adrenalina me sienta mal. Me marea. Y casi no me da risa.
Es una antigua forma de mí, que perdí en no sé qué parada del camino, la que me grita tu nombre y me tapa los ojos. Ya no soy esa forma, lo sabe e intenta poseerme. Me habla de pasión, de sueños, de volar. Mi miedo me ordena no escucharla.
Y ya no sé si quiero pagar el precio.
Lola venía a inocularse la vida que encuentra en Jorge. Ilusionada, ansiosa, hambrienta.
Jamás imaginó que sólo encontraría una carta.
Ese miedo que hace que nos conformemos con una vida apagada y triste.
ResponderEliminarJo...
Este post duele eh...
Alimentarse de la vida del otro, aquí, de forma simétrica, tal vez es la relación que parece ser mejor pero es la más abocada al fracaso. Hasta usan la misma carta para decir adiós.
ResponderEliminarUn abrazo grande
En este caso claudicar es un modo de morir un poco. No siempre se tienen fuerzas para buscar ese "saborcito" a vida. No parece en este caso una decisión tomada fruto del raciocinio sino de de la ausencia de ganas de luchar por lo que se quiere.
ResponderEliminarQue los dioses los acompañen.
Un beso.
¡Vaya, carta para dos! Original enredo... Muy tuyo, últimamente! :)))))
ResponderEliminarAbrazos Alís.
La vida es para compartir experiencias, no para vivir las de otros. Aquí se quedan sólo con las cartas.
ResponderEliminarBesos.
Nunca debemos tener miedo a volar ..sinos caemos volvemos a levantarnos pero hay que vivir nuestra vida y dejar de alimentarse de las ajenas ..Un buen texto .
ResponderEliminarAbrazos y muy feliz domingo.
Y se encontró una carta con un no, no sé...
ResponderEliminarBueno , una carta es algo, pudiera no haber tenido ni éso.
Besos.
Ninguno de los dos pudo inocularse la vida del otro...pero ¿qué contendría esa carta?
ResponderEliminarUn abrazo
Ese "y ya" * cambia las cosas...
ResponderEliminarAl menos, hace que la duda sea un poco más grande.
Contagiarse de vida, que buen plan.
Dan ganas de romper todas las cartas.
* Ahora viene cuando ese "y ya" solo se te coló y yo he pensado de más...jajaja pero como me gusta pensar, no pasa nada, te lo agradezco igual.
Beso grande y valiente como tú.
Qué làsti a que no coincidieran. Un beso
ResponderEliminarSolo hay que pagar los precios que se considera que aportan.
ResponderEliminarCómo Laura pienso que el "y ya" enseña un cambio de actitud.
Me quedo con lo que tengo, ya no quiero jugar si puedo perderlo.
Lógico cuando lo que se tiene es suficiente.
Ilógico cuando se nota que algo nos falta. En este caso el atreverse es intentar vivir. Y rendirse es aceptar menos de lo que se desea.
Hay que perderle el miedo al miedo...
ResponderEliminar"Es una antigua forma de mí, que perdí en no sé qué parada del camino, la que me grita tu nombre y me tapa los ojos. Ya no soy esa forma, lo sabe e intenta poseerme..." Aquí esta la clave, en el corazón de este texto (pensé mil veces el término, amiga) inquietante.
ResponderEliminarAbrazo sin cobardía alguna.
Desgarrador, no podemos hipotecar la vida en pos de otra vida... porque el miedo se convierte en pánico.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leerte, mi querida amiga.
Mil besitos con cariño para tu noche ♥
Muy original este texto. Saludos y abrazo amiga.
ResponderEliminar"Ahora me incomoda el vértigo, el rostro atroz que a veces adopta la incertidumbre".
ResponderEliminarMe identifico plenamente
Y yo.
ResponderEliminarDa para pensar. Incluso para encontrarse entre letras o entre líneas.
ResponderEliminarMe gustó, Alís
El miedo ordena y manda. Pero también la necesidad de la valentía en todo trance puede llegar a ser una suerte de tiranía ¿No atreverse en determinada situación puede ser una forma de autoafirmarse? Cuando se está en la cuerda floja, retroceder también requiere de cierta dosis de valor.
ResponderEliminarBesos.
Dicen que retroceder a veces suele ser un acto de valentía.
ResponderEliminarPodría ser el caso?.
Saludos
Muy bueno Alis, en una crisis espejo, cuando nutrirte del otro te lleva a una crisis de identidad. Es eso de dos que duermen juntos, piensan las mismas cosas, pues también sienten las mismas inseguridades, los mismos miedos y la terrible transformación a modo de espejo. Una búsqueda de la identidad perdida por influencia del otro que te lleva a su mismo lugar, y es recíproco. Querer regresar a aquellos que éramos para recuperar lo que al otro más le gustaba de nosotros y encontrar que ya no hay posibilidad ni retorno. Ese afán de anular continuamente al otro en un continuo e inconsciente, irreparable camino de vuelta. No hay salida, la única, irte, para intentar volver a ser tú, pero ya quedarás marcado para siempre y nunca volverás a ser aquel que fuiste, aquel que buscas. ¡Universal!
ResponderEliminarCuando el instinto nos da una señal de alerta, no lo llamaría miedo...
ResponderEliminarBuen relato, linda.
Besos, Alis.
Es una situación donde el juego de los espejos entra en acción. Somos reflejos unos de otros.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarToro Salvaje: Totalmente cierto. Y sólo el verbo conformarnos ya debería ser un aliciente para salir de ahí. No quería que te doliera. Un beso
Albada Dos: Pensaba más bien que no somos tan distintos, como género, en lo que tememos y lo que queremos. Un abrazo grande
ResponderEliminarIlduara: Y quizá también falta de claridad acerca de lo que se quiere... Bicos
Ernesto: ¿Muy mío últimamente? ¿Me dices que enredo? jajajaja Si soy un angelito. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarAlfred: Una sola carta, en realidad, que podía haber escrito cualquiera de ellos. Besos
Campirela: Estoy de acuerdo contigo, aunque también sé que el recuerdo de caídas anteriores trae consigo el miedo a repetir el dolor. Es comprensible, aunque no deseable. Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarAmapola Azzul: ¿Eres tú quien trae la mirada optimista? Que sepas que me encanta eso y lo que significa, además de la intuición que veo en tu primera frase. Gracias por leerme así. Besos
Rita: La carta es la primera parte del texto. Está lo que dice y lo que da a entender. Y pudo haberla escrito cualquiera. Son dos historias que son iguales y distintas a la vez. Un abrazo
ResponderEliminarLaura: A veces una sola palabra lo cambia todo. Sobre todo cuando la duda es tan grande, y lo es. También me dan ganas de romper las cartas. No es que se me haya colado el "y ya", es que no lo encuentro, jajajajaja. Beso grande!!!
Susana: Coincidieron, aunque tal vez a destiempo. Beso
ResponderEliminarguille: Qué jodida la rendición, ¿verdad? Y el caso es que a veces salva vidas. Un abrazo
artur: ¿Sabes? Ése es mi mayor miedo: el miedo. Lo intento, pero no siempre lo derroto. Un abrazo
ResponderEliminarCarlos Perrotti: Inquietante. Y dices que lo pensaste mucho. Me hace todo el sentido. Trae mucha inquietud convivir con las dudas y los miedos. Un abrazo sin miedo
Auroratris: El miedo paraliza, es lo malo que tiene. A veces hipotecamos la vida por un sueño. Lo mínimo que esperamos es no perderla. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias. Besitos
ResponderEliminarSandra Figueroa: Muchas gracias. Un abrazo grande
Republicano...: Nunca me incomodó demasiado la incertidumbre, creo que incluso me gustaba. Y según van pasando los años me resulta más difícil de llevar. Bicos
ResponderEliminarJuncal: Para encontrarse y para perderse. Tiene vericuetos que no supe (tal vez tampoco quería) expresar. Muchas gracias. Besos
XuanRata: Sobre todo si ya llegamos al punto medio de la cuerda floja, ese lugar en que avanzar es tan terrorífico como retroceder, ese lugar en que la cuerda más se balancea y pareciera que sólo queda caer. El punto de mayor miedo. Qué alegría siempre verte por aquí. Besos
ResponderEliminaralasdemariposa: Así es, y puede ser tan vertiginoso como dar un paso adelante. Es ese momento en que cada opción requiere de una valentía diferente, pero valentía a fin de cuentas. Un abrazo
Antonio Misas: Es recíproco porque somos muy iguales en nuestras insalvables diferencias. Ya nunca volvemos, ¿verdad? Ahí reside el miedo, en que no sabemos a dónde vamos o dónde quedamos. No sabes (o sí) cómo me alegra encontrarme tus comentarios, la generosidad y honestidad con que me cuentas qué te provocan mis textos. ¡Lo agradezco tanto! Un beso enorme
ResponderEliminarLa Zarzamora: El miedo puede ser tanto a hacerle caso a la alerta como a dejar de hacerlo. Es ese tiempo entre la sospecha o intuición, esa alerta, y la confirmación, la certeza. Muchas gracias, Eva. Besos
Jose Vivo: Somos espejos en los que nos reflejamos y nos descubrimos. Lo que no siempre es cómodo. Un abrazo
Como es habitual en tus letras me dejas pensando , o mejor dicho recordando viejas vivencias.
ResponderEliminarCuando en una relación uno tiene miedo, muchas veces se descarga pensando ( o diciendo) que es el otro quien lo tiene . Luchar contra esos fantasmas ajenos es una batalla que casi siempre está perdida de antemano donde esos fantasmas pueden apoderarse de ti,
creo que me lié , jaja ( aunque no me logre explicar , te digo que me encantó)
besitos y ea .. me voy divagando de nuevo
:)
ResponderEliminarMaRía: Y puede ocurrir que los dos lo tengan, y no tan distintos. Un poco es lo que quería plasmar, que no somos tan distintos, que las emociones nos afectan por igual aunque las manifestemos, por herencia, de manera distinta. Me encanta que divagues. Le das vida al blog.
Biquiños