Fotografía: Willy Ronis
Hoy volvimos a juntarnos. Sólo faltaba Emmanuel. Faltó muy pronto. Aún éramos niños cuando aquellos soldados alemanes se lo llevaron, con una cincuentena de alumnos de su colegio. No lo supimos entonces, sino bastantes años más tarde, pero sobrevivió poco tiempo en el lugar al que los trasladaron. Sin embargo, siempre permaneció con nosotros.
Hoy volvimos a juntarnos y, aunque pasaron sesenta años desde la última vez y a pesar de la piel curtida y arrugada, de nuestro cabello blanco y la calva de Ferdinand, nos reconocimos al instante. Nuestros ojos cargados de ayer, y anegados de la emoción, recordaron al instante las carreras por nuestra calle, los secretos bajo la escalera, la curiosidad asomados a la claraboya de aquel taller de jóvenes costureras.
Cada uno llevamos un objeto de aquella época. Guillaume, la peonza que le había prestado Emmanuel y que nunca le devolvió; Ferdinand, el cuaderno en el que nos entreteníamos dibujando seres imaginarios que luego incluíamos en nuestras fantásticas aventuras; y yo, la foto que desde la ventana hizo un día mi padre. Recuerdo perfectamente que la hizo el último día que Emmanuel compartió juegos con nosotros. El último día que reímos.
ResponderEliminarCon la etiqueta "Remember" recupero este mes este texto que publiqué el 23 de febrero de 2010.
Recordar es recomponerse, Alís, y de alguna manera reverse o rediseñarse. Cada recuerdo es una pieza que uno debe poner en su lugar para poder ser o legitimar quien creemos que somos y no otro al que le pasan cosas que no vuelven...
ResponderEliminarSiempre tus textos inspiran, amiga. Y si de recordar se trata vaya un abrazo inolvidable.
Texto precioso y cargado de ayer, como dices. Los momentos del pasado que quedan prendidos al alama. Las guerras dejan huecos que luego es imposible recuperar
ResponderEliminarUn abrazo y por un día bonito, con objetos que nos hayan rememorar
Recuerdos... Retazos de alma, de ayer, que cobran vida de nuevo. De antaño al 2010 y de ahí a hoy!
ResponderEliminarAbrazos Alís.
En cierta manera , leo tu texto y me viene a la mente un acontecimiento que marcó un antes y un después en la vida de millones de personas, incluso de aquellas que no habíamos nacido.
ResponderEliminarNo me preguntes el porqué, tal vez al ver estos días en las noticias aquellos jóvenes que ahora no lo son tanto, y aún así su espíritu de lucha y vitalidad sigue ahí en esencia, tras muchas perdidas, tras muchos años de lucha , de vivencias
Hoy no me preguntes porqué pero sin ser tan poético ni bucólico me has llevado a unas miradas donde me perdí imaginando que sentirían ellos: los protagonistas del Desembarco de Normandía ( ya sé estoy como una p. cabra pero es que no tengo remedio )
biquiños Alís
ay y gracias por esos remenber´s tuyos que me trasportan a tiempo atrás ! siempre es hermoso recordar , siempre
ResponderEliminarmas besitos
Qué jamás olvidemos lo que significó el terror nazi.
ResponderEliminarSi no lo olvidamos podremos evitar que algo parecido vuelva a suceder.
Merece ser republicado.
Besos.
Coincido con Toro en que no debemos olvidar el terror nazi, sobre todo en un momento en que los nazis y el fascismo están renaciendo en toda Europa.
ResponderEliminarMe gusta como mediante la ternura salvas a esos niños del horror.
Un beso.
Un texto muy dramático y sentido. Ojalá esa marcha forzosa no se hubiese tenido que producir.
ResponderEliminarSalu2, Alís.
Un texto cargado de nostalgia y de denuncia contra un terror vivido.
ResponderEliminarSaludos.
La víspera.
ResponderEliminarNazi o existencial, eran años en vísperas de muchos cambios y pocos buenos.
Incluidos exterminio personales ...
Eliminar¡Qué texto más bonito cargado de emoción! ¡Ah, los recuerdos! No seríamos nada sin ellos. Nuestra vida está hecha de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande
Impactante... La infancia truncada por culpa de enfermos y hambrientos de poder.
ResponderEliminarBello relato.
Mil besitos con cariño y feliz día ❤️
Esos momentos que cambian vidas.
ResponderEliminarEsos reencuentros que -pasado el tiempo que haya pasado- hacen que nos reconozcamos al instante y reviven quienes fuimos y que haciamos.
Un momento terrible de la historia. Un beso
ResponderEliminarTan triste y tan hermosamente contado.
ResponderEliminarSaludos
Impactante.
ResponderEliminarBesos.
Tanto tiempo si reír.
ResponderEliminarBs.
Perdón, sin reír.
EliminarHermoso, recordar, volver a tamizar, me gustó mucho.
ResponderEliminarBeso grande
Recordar es vivir, a mi me gustan los recuerdos......Y este que compartes es muy lindo. Saludos amiga.
ResponderEliminarMe recordaste "Au revoir les enfants" de Louis Malle.
ResponderEliminarY las placas que lucen en los colegios con los nombres de los niños deportados...
Un beso, Alís.
Recuerdos de la infancia que se presentan cargados de ternura y añoranza. Me ha gustado mucho Alis.
ResponderEliminarInconscientemente me puse a jugar a las canicas (es un juego de chicos, lo se, pero siempre jugaba con mi hermano) ❤️😍 beso enorme
ResponderEliminarCarlos Perrotti: Qué bonito lo dices. Recordar es también una oportunidad de repasar la lección, las lecciones, que malo sería si a estas edades no hubiésemos aprendido más de una. Con cada texto espero siempre tu comentario y me alegro al encontrarlo. Un abrazo que ya no sé cómo describir, pero tú sabes.
Albada Dos: Las guerras rompen, y no aprendemos. Muchas gracias por tus palabras y tu mirada. Un abrazo grande
ResponderEliminarErnesto: ¿Será hasta dentro de nueve años? Quizás sea mejor crear nuevos recuerdos para entonces, y ojalá buenos. Un abrazo grande
MaRía: Me alegra muchísimo que te gusten estos remembers, porque para ti es leerlo de nuevo. Me alegra también que lo leas de distinta manera, lo cual es lógico pues la vida nos va regalando nuevas miradas. Biquiños
ResponderEliminarToro Salvaje: La memoria es muy corta para según qué cosas. Es necesario ejercitarla.
Besos
Ilduara: Necesité esa ternura para hablar de ello. Ese horror está mucho más reciente de lo que parece. Bicos
ResponderEliminarDyhego: Hay muchas marchas forzadas. Ésta terminó de la peor de las maneras. Un abrazo
Alfred: Gracias por tu mirada. Besos
ResponderEliminarJuncal: Exterminios personales, en las guerras y en la propia vida. Besos
Rita: Nuestra vida también consiste en fabricarlos. Un abrazo grande
ResponderEliminarAuroratris: Hay demasiadas infancias truncadas, de tantas formas distintas que duele. Gracias. Besitos
guille: ¿Hasta cuántos cambios de vida puedes contar en tu vida? Beso
ResponderEliminarSusana: Es importante no olvidarlo. Beso
alasdemariposa: Gracias. Un abrazo
ResponderEliminarevan: Debió de ser terrible. No alcanzo a imaginarlo. Gracias a ti por tus palabras. Besos
Amapola Azzul: Valoro especialmente que tú te hayas fijado en la risa. Besos
ResponderEliminarHoracio: Me alegra mucho que te guste, de corazón lo digo. Un beso grande
Sandra Figueroa: Confieso que también me gustan los recuerdos, y mucho. Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarLa Zarzamora: Fui a un colegio con una de esas placas. Aún me impresiona. Besos, Eva
Laura: ¿Cómo que las canicas es un juego de chicos? Nunca lo supe, afortunadamente. A mí me gustaban las canicas y aún más las tabas. ¿Las conociste? Un beso gigante