No conoció otro varón. En el pueblo, muchos creían que ni siquiera había llegado a intimar con él. Sea como fuere, María entregó sus últimos cincuenta años a Manuel.
Cincuenta años de visitas vespertinas, de sentarse en el zaguán a ver pasar el tiempo. De soñar en silencio que mañana podrían llegar las palabras añoradas. De cuidar a su manera la única representación del amor que había conocido.
Cincuenta años de miradas que suplican una declaración que probablemente nunca llegará. Sólo la presencia y los constantes regresos alimentaban el sentimiento. Cincuenta años de mucho acompañarse, pero de pocas fiestas, pocas alegrías… sólo la asunción de que María era para Manuel y Manuel para María.
Los más viejos del lugar dicen que hubo un tiempo en que pudo ser… pero la guerra primero, la posguerra después, que si las dudas de Manuel o la falta de medios, el caso es que siguieron conformándose con esos encuentros que les hacían olvidar que estaban solos.
Un día María se decidió. Cincuenta años esperando en un noviazgo eterno colmaron su paciencia. Sin mirarlo, le tomó la mano. Y tímidamente, se atrevió a decir:
- Manuel. Deberíamos casarnos…
La juventud que brilló en sus ojos duró lo que tardó en morirse la ilusión cuando vio la tristeza en la mirada de él, que sólo acertó a responder:
- Y a estas alturas, ¿quién nos va a querer?
EXCELENTE EL RELATO QUE NOS ACERCAS EN ESTE DÍA
ResponderEliminarEs siempre un placer visitar y compartir en tu espacio.
Cálido abrazo.
Paco Alonso: Muchísimas gracias. Será un placer que sigas visitándome, todas las veces que quieras.
ResponderEliminarCálido abrazo también para ti.
Mira que Manuel es único, jajajjajaajajaaj, en 50 años no se dio cuenta de nada.
ResponderEliminarDebemos ser parecidos.
Besos.
Toro: Manuel debió de pensar: "¿y pa´ qué? si así estoy bien" (intuyo que vive con una hermana que le cocina y le lava). Sin embargo, único no creo que sea. Hay muchos así. La que es única es María, que aguantó 50 años, ajajajajaa.
ResponderEliminarBesos
eso es paciencia, lo demás es tontería.
ResponderEliminaryo también pensaría "y pa qué" a esta altura del partido casarme... pero bueno, dicen que de ilusiones se vive, y eso fué lo que hizo que María sea como sea.
hermoso relato y muchas gracias por tu visita.
besos
¡¡¡SI es que estos hombres no ven más lejos de sus narices colines angelineeeeeeeeeeeeess!!!!
ResponderEliminarTu madre te va a querer!!!! le contestaría yo
GGRRRRRR, pobre mujer, me ha llegao al alma!!!
Besos disgustadillos
Que triste, ver como has amado tanto tiempo a una persona y que él no se haya dado cuenta en tantos años. Desde luego es que los hombres no ven más allá de su nariz, es una pena.
ResponderEliminarUn beso y un susurro.
Precioso relato
Ehhhhh! ¿que pasa con vosotras? tanto meteros con nosotros que somos; ternura, delicadeza, calidez, sencillez,en definitiva somos amorrrr.
ResponderEliminarAy, cruelas de vil, cinquenta más vais a esperar, jajajajaja.
Curioso relato.
Muxu mila, Alís
ResponderEliminarQue vida tan triste la de María, sobre todo al ver el final de esta historia
Que vida tan vacía la de Manuel, que ni cuenta se dió de que el amor de ella aun estaba en flor.
50 años tirados x la borda.
¡Suerte para ambos !
Un besito.
No se si es una historia que imaginaste o relatas la de alguien que conociste, sin embargo se ajusta mucho a algunas realidades que existen y que seguiran existiendo.
ResponderEliminarY no me refiero al formalismo matrimonial, sea civil o religioso, en el que cada vez creo menos, sino a la unión amorosa.
En realidad el tiempo los convirtió en hermanos y cuando quisieron dejar de serlo, ya era tarde.
Un beso, y feliz navidad en esa tierra donde, en estos dias, llevaba a mis hijos a la Plaza de la Catedral (no recuerdo ahora el nombre) para hacerles fotografías con "el viejito pascuero". No se si seguirá existiendo esa costumbre.
Que triste y que hermoso, perdona mi demora en visitar tu morada, pero me paso el día de viaje, pero ahora que estoy tranquila respondido a todas esas personas que sacáis un pequeño hueco de vuestro tiempo para mi y para mis cosas, decirte gracias y desearte una feliz navidad.
ResponderEliminarMil besos de algodón
Cat´s: Paciencia es la manera suave de llamar a lo que le ocurre a María.
ResponderEliminarGracias por visitarme y por tus palabras. Bienvenida.
Besos.
Bruni: Lamentablemente, la ceguera no es exclusiva de los hombres.
Besos.
Yemaya: No sé si no ven o no quieren ver. A veces es más fácil no asumir. Lo triste es cuando uno también se cierra a sus propios sentimientos.
Gracias y un beso grande.
Montxu: Tienes razón en molestarte, pero es que hay pocos como tú.
ResponderEliminarEskerrik asko
Muxus mila
Capri: No seas tan pesimista. Me gusta pensar que nada de lo que vivimos es tiempo tirado por la borda. Al menos, siempre habrá algo que aprender. Y si aguantó tanto, algo de bueno habría. Espero.
Beso grande
Albino: Esta historia es una mezcla de varias. Y tienes razón que la pasión da paso al cariño, supongo. A otro amor.
ResponderEliminarPor aquí sigue rondando el Viejito Pascuero. Con sus pobres renos, enfundados en su felpa bajo más de 30 grados. Si es que hay trabajos muy mal pagados…
Bicos
Tu vecina: Un placer verte por aquí. Vuelve cuando quieras y cuando puedas. Me alegrará.
Muchas gracias y otros mil besos para ti
Alís, cielo, soy pesimista porque sin pretender ir de víctima, te puedo decir que he visto la cobardía de otros muy de cerca.
Aún así mantengo la ilusión.
Soy géminis; ya sabes : una de cal y otra de arena.
:*)
Como dices María si esperó fue por algo , algo bueno que le hacia mantener el cariño y el amor.
Si decidió hablar con Manuel supongo que fue porque estaba un poquito cansada de "esperar". De ahi mi comentario.
Besos
Capri: Sí, mi niña, si te entiendo. Y mis palabras son más de "haz lo que te digo y no lo que yo hago". Y créeme que en mi vida también me he tropezado a menudo con la cobardía. A veces (afortunadamente pocas), la mía.
ResponderEliminarEn cuanto a María... No sé, ¡hay tantas como María! Me da pena lo que se perdió, que no es precisamente un matrimonio.
Besos
Es triste si,pero lo que me has hecho reir no tiene precio :)
ResponderEliminarGracias.
Nela: ¿Será tal vez porque todo empezó con un chiste?
ResponderEliminarGracias a ti. Bienvenida
¿Y no le arreó un guantazo? porque no me negarás que la violencia, a veces, está más que justificada. :-)
ResponderEliminarQue desilusión la de la pobre Ma
ResponderEliminarría que después de cincuenta años
no se la merecía.
Es un placer que poder compartir
relatos tan buenos.
Besiños
Bueno, bueno, muy buen relato y el final es un broche de oro. Me hiciste sonreír un rato, gracias.
ResponderEliminarSalud-os desde mi jardín.
Titajú: La reacción de María es, por ahora, una incógnita sin resolver. Pero, "mereser, as merese". Besos
ResponderEliminarMarisa: Pobre María. Pobre Manuel.
Muchas gracias. Bicos.
Húayat: Muchas gracias por tus palabras y me alegro de haberte hecho sonreír. Un beso.
Muy triste cielo. Por primera vez me dejaste sin palabras ...
ResponderEliminarBesos princesa.
Feliz Navidad
Silencios: No pretendía.
ResponderEliminarBesos. Felicidad también para ti.
Es una historia polivalente. Te puedes reir o entristecerte, segun este tu estado de animo.
ResponderEliminarHecho en falta la voz en off que nos dijese los pensamentos de Manuel.
¿Quizás otro post de continuacion?
Besos Alis
Chinaski: De hecho, es la mezcla de un chiste y una historia real.
ResponderEliminarNo me había planteado en hablar por Manuel, pero lo aceptaré como un desafío. Lo intentaré.
Besos
Un relato excelente Alis, no me esperaba ese final, disculpame pero me dio una risa de ternura.
ResponderEliminarBesos desde mi humilde lugar.
Gema.
Pues a mí me ha parecido tierno, qué le vamos a hacer! Ese amor que uno da por hecho, después de tanto tiempo y esa ilusión... y esa mujer y ese hombre que no sabrían vivir el uno si el otro... cincuenta años es mucho... mucho.
ResponderEliminarUn beso, lady.
LADY JONES
¡por dios alis! no se si reirme por lo ironico o llorar por maria ,ppero esta claro que ¡cuantas veces habra ocurido algo asi!
ResponderEliminaraunque no siempre escribo,siempre te leo,ya te dije que la ganja no me hace olvidar un buen relato .tu sigue escribiendo que los demas seguimos disfurtando .besitos y hasta pronto ¿NO?
ResponderEliminarExcelente, aun en la tristeza de tu relato, sólo puedo decir que hoy realmente me has conmovido con tus letras.
ResponderEliminarRepito, mi querida amiga, excelente.
Un beso enorme, tus letras maduran y eso, mi querida Alís, me enorgullece.
La respuesta de Manuel tuvo que hacer mucho daño, mucho...
ResponderEliminarBesos.
Gema: No debes disculparte por tus reacciones ante un texto. No sería bueno leer así. Además, creo que ya dije que la historia parte de un chiste.
ResponderEliminarBesos.
Lady Jones: Tienes razón. Algo hay. Cincuenta años es mucho.
Un beso. Me encanta verte por aquí.
Angeles: Gracias. Pero me gusta que me escribas. Hasta MUY pronto, sí (y la maleta sin hacer).
J.eMe.: Gracias. No por tus palabras, que también, si no por venir a verme. Te extraño. Deseo verte bien.
ResponderEliminarUn beso enorme para ti.
Un beso enorme y cuídate mucho.MJ
ResponderEliminarUn beso enorme para ti. Cúidate mucho y fuerza, guerrera.
ResponderEliminarAlís ,borré esa última entrada y a partir de ahora seguiré siendo esa guerera que jamás se dá por vencida.
ResponderEliminarMil besos y sé feliz.mi correo garcamj@gmail.com
Lo que está claro es que Manuel o era un inconsciente o un cobarde. Triste historia: María se mereció lo que tuvo: nada.
ResponderEliminarLa historia es bonita, pero deprimente. Lo que admiro es la forma (tu manera de contarlo), que no el fondo.
INCREIBLE UN FINAL INESPERADO!!!!! CUANTAS VECES DEJAMOS PASAR EL TIEMPO CON PERSONAS QUE VERDADERAMENTE NO NOS QUIEREN SIN EMBARGO HAY UN REFRAN QUE DICE QUIEN TE QUITA LO BAILADO!!!! FELICITACIONES ME GUSTO MUCHISIMO
ResponderEliminarSALUDOS
Mª José: No sabes cuánto me alegro de lo que me dices. Te escribiré. Sigue así. Miles de besos.
ResponderEliminarSubterráneo: Tal vez nos falta conocer un poco a Manuel. Tal vez tengamos la oportunidd de hacerlo. Gracias por lo que a mí me toca de tu comentario. Y bienvenido.
Escribir es...: Supongo que en el fondo todos tenemos lo que buscamos. Muchas gracias y bienvenid@. Vuelve cuando quieras.
Qué H D P mádre mía.
ResponderEliminarNo, si es que las mujeres notenemos arreglo.
Debe de ser por las novelas rosas que nos inculcaron.
Es una preciosidad de relato.
Tan tierno.
Tan entrañable.
Nos has conmovido a todos.
Feliz Navidad.
Tecla: Me recordaste un grupo que andaba por facebook que proponía "denunciar a Disney por hacernos creer en el príncipe azul".
ResponderEliminarPero, como dije, y aunque hay mucho H D P suelto, quedé con ganas de reivindicar a Manuel. También me enternece. Así que, continuará...
Gracias. Beso grande y Feliz Navidad
Felices fiestas!!!
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Bruni
ResponderEliminarFelices fiestas
A vida nunca espera por nós temos que a viver Abrazo.
ResponderEliminarPassei por aqui só para de dar um Beijo!
ResponderEliminarAsí es, Vagabundo. Si esperamos a que nos venga a buscar, nos quedaremos sin vivir.
ResponderEliminarGracias por venir. Vuelve siempre que quieras.
Apertas
Rebelde: Gracias. Ése es un magnífico motivo para pasarse por aquí. Vuelve cuando quieras y recibe otro de mi parte.
ResponderEliminarAlís, tu relato me recordó a un libro que leí hace mucho tiempo, te dejo el título: Donde termina el arcoiris de Cecelia Ahern. A veces nos empeñamos en disfrazar de amistad aquello que no lo es.
ResponderEliminarUn beso.
:))
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Carmela
EliminarBeso