-¿Por qué no
jugamos a los barquitos?
Martín se
sobresaltó cuando la voz de Susana rompió el espeso silencio que habita entre
ellos desde hace ya demasiado tiempo. La pregunta le pareció tan absurda que no
acertó a responder otra cosa que no fuera un apenas inaudible “bueno”.
Y ahí estaban,
después de muchos meses de tanto vacío que ya parecían dos desconocidos,
iniciando un juego de niños. Tímidos, casi con sentido del ridículo.
A ambos les parecía
estar hablando de su matrimonio según iban rellenando sus respectivas
cuadrículas: agua, tocado, hundido… Pero se guardaron cualquier comentario que
pudiera dar pie a una discusión, una de ésas que llenó de gritos e insultos el
pasado y les condujo a su situación actual. Al menos en el presente reinaba el
silencio entre ellos.
Sin darse cuenta,
se descubrieron riendo, divirtiéndose, pasando un rato agradable a pesar de
estar en compañía del otro. Algo en su interior les decía que alguna vez había
sido así, que alguna vez habían logrado disfrutar juntos. Tal vez no estaba
todo perdido.
E instauraron un
nuevo hábito en sus tardes-noches. Barquitos, parchís, dominó… No importaba
cuál era el juego, sino el hecho de hacerlo juntos. Era una hora diaria de
oasis en sus desiertos emocionales, una ventana a la felicidad, una dosis de
optimismo.
Una noche Susana
dijo que prefería ir a dormir. Martín lamentó su decisión, pero pensó que un
poco de lectura en la cama tampoco sería un mal plan. Susana se encerró en el
cuarto de baño y un rato después asomó a la puerta, con un camisón minúsculo y
una sonrisa que le era familiar a Martín. ¡De esa sonrisa se había enamorado
años atrás!
Ella lo miró a los
ojos y con picardía le preguntó:
-¿Por qué no
jugamos…?
Martín tiró el
libro al suelo y respondió sólo con una sonrisa llena de esperanza.
Tierno, emocionante, esperanzador... ¡me encantó! Me alegraste la mañana :)
ResponderEliminarBesos y abrazos. Ojalá podamos vernos pronto querida Alís.
ME HA GUSTADO MUCHO AMIGA ALÍ.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vamos, irreal como la vida misma...
ResponderEliminarBesos.
Sólo aquellos que no saben jugar con la vida, con el amor y sus laberintos... no sabe rehacerse.
ResponderEliminarJuguemos siempre, linda Alís.
En ese picantón as que guardamos bajo manga, y su vaivén anda el juego...
;-)
Besazo grande!
ResponderEliminarInvitación - E
Soy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
www.josemariacosta.com
Volver a ser niños, regresar a la inocencia, simplificar para retomar la vida. Buscar la posiblidad cuando nada se ha terminado, solo que la locura nos agarró de lleno y llenó nuestro mundo de agresividad.
ResponderEliminarAsí pasan las cosas, como las cuentas.
Me ha gustado mucho Alis.
Besos
Ni idea de como ser original para decirte que me ha encantado. Voy a copiar el comentario de Victoria Ramirez y le cambio el orden de las frases.
ResponderEliminarFabuloso¡¡la felicidad depende de los acontecimientos y del uso que hagas de esas ideas.
ResponderEliminarSaludos.
Juego y sonrisa, un binomio que nos hace felices desde niños hasta.... hasta la última niñez.
ResponderEliminarBss
Tierno y emotivo texto. Una apuesta a la renovación, a sembrar de nuevo, a jugar.
ResponderEliminarBeso grande
me encanta el comentario de Toro porque es parecido a lo que yo iba a decir...
ResponderEliminary es que a veces las cosas son así de fáciles.
genial.
biquiños,
Muy ingenioso el desenlace de la batalla naval.
ResponderEliminarBesos entre la brisa del anochecer.
El juego abre muchas puertas...sea a la edad que sea.
ResponderEliminarBesitos
que gusto que vuelvas a escribir o a publicar, te extrañaba!!!
ResponderEliminarun beso
Pero... otra vez Martín ha vuelto con Susana?... No se había ido con Violeta, la hija menor de Alicia, la peluquera de la Rúa das Galeras?...
ResponderEliminarbesos
Este blog no debería comenzar con "solo para adultos", o "puede herir la sensibilidad del visitante", o "dos rombos", o " no recomendable para castos sin fronteras". Bueno, dos padres nuestros y a la cama.
ResponderEliminarTal vez en esto se fundamente la escritura: descubrir nuevos caminos por los que salir de un apuro o bien, realizar la función de un terapeuta, de un psicólogo o un chamán... pero sin duda, tus palabras emocionan y dejan una sonrisa permanente y boba en la cara :))
ResponderEliminarun saludo