Creyó las una y mil veces que le prometió que no volvería a suceder, que cambiaría, que ocurrió porque la ama, que no sabía qué le pasó, que no era él en ese momento, que jamás le haría daño, que no pensó lo que decía, ni lo que hacía.
Le creyó porque deseaba que fuera cierto, porque en cada arrepentimiento suyo, en cada lágrima con que buscaba el perdón, creía ver amor. Porque se aferraba a los pocos momentos felices que vivieron, porque él logró que a medida que lo amaba más se amara menos, porque confundió su desesperación con cariño, porque no fue capaz de asumir su maldad, ni prever a tiempo el peligro.
Temía perderlo, y se perdió a sí misma. Quería perdonarlo y cargó la culpa a sus espaldas. La culpa ajena, la de él.
Cada vez que soportaba sus insultos, sus golpes, aguantaba pensando que serían los últimos. Y llegaron los últimos.
Le creyó cada vez que mintió al decirle que daría la vida por ella, y perdió la suya en sus manos…
Ésta es una historia que se repite demasiado a menudo.
Nunca más
¡Que tontas somos las mujeres!
ResponderEliminarMentiras , mentiras y mas mentiras y les seguimos creyendo; no sé si por amor o por miedo a no tener nada, a sentir el vacio en nuestras vidas.
Precioso y a la vez triste porque es la realidad de muchas mujeres.
Un beso
Capri: A menudo les creemos por ambas razones. Y es que no aprendemos que mejor solas... Y ellos que no aprenden que amar no es poseer... Así pasa lo que pasa.
ResponderEliminarAh, por cierto, ¡es tan fácil sentirse cercana a ti! Un beso.
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ResponderEliminarLeer esto me trae duro recuerdos y mucho dolor.
ResponderEliminarGracias por este homenajes a todas las q un dia vivimos esto y estamos vivas. Y para las q se quedaron en el camino.
besos.
Por desgracia es así, Alís. Espero que los gritos desesperados que damos día tras día, por fin hagan el efecto que queremos, y esto se paré para siempre. No solo en el maltrato hacía la mujer, también en el maltrato infantil, y sí, algunos hombres también lo sufren aunque en silencio.
ResponderEliminarGracias, me uno a tu homenaje.
Lucia-M, Silencios: Gracias por estar aquí. Temo que todos hemos vivido situaciones similares. Si no en carne propia, sí en nuestro entorno cercano. Lástima que los homenajes no sirvan para mucho más que para no guardar silencio.
ResponderEliminarNunca máis !!!
ResponderEliminarComo hombre me uno a vuestro dolor, a vuestra pena y a vuestro grito que nadie debe ni puede callar. Nunca máis !!
Gracias, J.eMe. Echaba en falta la voz de al menos un hombre en esta protesta-homenaje.
ResponderEliminarPasan los años y tristemente, esto va en aumento.
ResponderEliminarUn nunca máis que se repite a diario.
😟
ResponderEliminarLaura: A diario y lo que se necesario hasta que no haya razón para gritarlo. Un beso
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ResponderEliminarNunca mas.
ResponderEliminarGracias, Carmela, de corazón. Por tu generosidad al mostrarte, por tu apertura, por la belleza de tu alma.
EliminarUn abrazo enorme, enorme
Nunca más