Fotografía: Rodney Smith
Estabas distraído. Mis ojos se posaron sobre tus manos, expresivas, bellas y sensuales, y las siguieron como quien observa el vuelo de una mariposa. Y quise ser flor para que se posaran sobre mí, quise ofrecerles mi néctar, mi fuego y mis ganas. Quise ser tuya, hacerte mío… pero estabas distraído.
Eché al vuelo las ganas y busqué tu mirada. Mis ojos te llamaban y ofrecían mi cuerpo, listo para el encuentro, listo para recibirte. Mis manos se abrieron imaginando tu piel, tu carne hambrienta de refugio. Mis pechos miraron al cielo suplicando y mi cueva, húmeda y oscura, se ofrecía para acogerte y arroparte. Eché al vuelo las ganas y busqué tu mirada… pero estabas distraído.
Amarré las ganas de acariciarte la espalda con la yema de mis dedos, suavemente, viendo cómo tu vello se eriza y tus poros se abren pidiendo más. Amarré las ganas de posar mi mano en tu vientre y dejarla jugar acercándose y alejándose del cetro del placer... Amarré las ganas y eché el ancla para quedar varada a tu lado, observándote, en silencio. Y deseándote, en silencio...
Cuando se quiere, cuando se desea hay que echar el ancla para que el bote donde viajan el amor y el cariño no se alejen de nosotros.
ResponderEliminarUn besito
La contención frente a un profundo deseo es un acto sublime de amor, igual que tu texto, Alis.
ResponderEliminarUn abrazo muy agradecido
REL
ALIS,es un hermosísimo poema,escribes con el corazón.A mi regreso seguiré perdiéndome en tu bello mundo .Besos MJ
ResponderEliminarAmarrar esas ganas y dejarse llevar por ellas, no hay mejor sensacion ni mejor manera de disfrutar el amor..
ResponderEliminarUn beso muy dulce y un cariño grande
Capri: Tienes razón. Y qué mejor destino que estar anclado en el amor! Gracias y beso grande.
ResponderEliminarREL: Qué alegría verte por aquí. La agradecida soy yo. Bienvenido a mi humilde casa. Recibe un afectuoso abrazo.
Mª José: Mi corazón es lo único que puedo ofrecer. Espero que no tardes. Besos.
CalidaSirena: Amarrar las ganas, no apagarlas, esperando el momento de dejarse llevar por ellas. Como tú bien dices, así se disfruta más. Cariño también para ti.
Distraído, ciego, absorto en mil y una formas de huir de las manifiestas verdades de la razón ingrata. Distraído, preso, cautivo en un cuerpo anclado mientras el alma vuela. Distraído, penando viejos errores, preso en la cárcel de la dolorosa cobardía. Distraído y pensativo, esperando...
ResponderEliminarBellísimas letras Alís, una dulce reflexión, expresión de un deseo entregado al alma.
Un beso grande.
Así es, J.eMe., ¡qué difícil anclar el alma cuando quiere volar a otros horizontes! En cuanto a lo demás, los errores tienen perdón y la cobardía... tiene solución. Y si se pone difícil, siempre podremos recurrir al mago de Oz.
ResponderEliminarUn beso grande para ti y gracias por venir a verme desde tu retiro, que espero sea muy breve.
Sensual y delicado.
ResponderEliminarMe ha parecido exquisito.
Saludos.
Alis, toda una declaración de amor, mejor imposible.
ResponderEliminarUn beso y gracias por acompañarme
Toro: Gracias por tus palabras. Y bienvenido.
ResponderEliminarMarian: Gracias a ti. Acompañarte es fácil.
Uuuuffff... creo que si alguna vez alguien me desease así, no me encontraría distraído...
ResponderEliminarBesos.
Diavolo: Tal vez ya te desearon así y estabas distraído... ¡Quién sabe!
ResponderEliminarGracias por venir. Besos.
A veces, es necesario dejar espacio y comprender el silencio o la ausencia de la otra persona, aunque cueste.
ResponderEliminarEs precioso.
Un beso
Carmela, comprender a la otra persona allana el camino del entendimiento, siempre, aunque no necesariamente nos lleve a donde queremos llegar.
EliminarMuchas, muchas gracias
Beso