Fotografía: Rodney Smith
Tú crees que dejas
huella, pero es más que eso. Es peor que eso. Siento no sólo tu
huella. Es tu zapato, tu pie, tu peso entero sobre mí, imborrable.
Cuanto más te
alejas, mayor es la presión, de tu recuerdo, de tu aroma todavía presente, de
tu ausencia y del silencio acordándose de nosotros.
Lo has vuelto todo
al revés. Tanto, que cuanto más te alejas más creces, y más minúsculo soy yo.
Minúsculo y tonto.
O sordo. Porque no te oí. No te escuché, distraído en el mensaje que lanzaban
tus ojos y tu escote, cuando tus palabras me advertían de que acostumbras a
dejar huella. Y te sentías orgullosa.
besos amiga, hace tiempo no pasaba por acá y como siempre me voy feliz de leerte.
ResponderEliminarEspero verte pronto,
un abrazo
Existen seres inolvidables, tanto así, que son capaces de sembrar semillas que pueden persistir en el tiempo, como las enigmáticas añañucas que florecen en el desierto.
ResponderEliminarUn abrazo Alis, me agrada volver a leerte. Bienvenida seas.
Las huellas tienen de positivo que marcan un posible camino de vuelta...o de reencuentro.
ResponderEliminarBss
Pero las huellas... también terminan por borrarse.
ResponderEliminar(A no ser que se fosilicen.)
Conozco una persona así.
ResponderEliminarEstá lejos.
Y ya no sé casi nada de ella.
Y sin embargo su huella es imborrable.
Besos.
Me pasa lo mismo que TORO, hay tanta gente que quedo en mis pupilas intactas a pesar de lo doloroso, si dejo huellas.
ResponderEliminarBesos y abrazos felices de que estés de regreso.
Te extrañaba tanto.
mar
ResponderEliminarHay huellas en en nuestras vidas que nunca desaparecen. Un saludo.
Tiempo sin visitarte, me trajeron esas huellas, esa mirada que no sabe de distancias ni de tiempo, esa razón sin explicación mas que la del alma.
ResponderEliminarUn placer