El silencio acompañó los primeros dieciocho minutos aquella
tarde en que acordaron encontrarse en el que tiempo atrás era el café de
siempre. Tranquilos, con tiempo. ¿Para qué las palabras cuando los cuerpos
hablan tanto, también desde sus propios silencios?
Fernando fue el primero en no soportarlo y rompió el hielo.
- Ya no sé con quien hablo.
- Conmigo.
- ¿Y quién eres?
- La de siempre.
- ¿Estás segura?
- Bueno, en realidad no. Todos cambiamos. Estamos vivos.
- Cuando no conversamos siento que te vas desdibujando, como
si fuera olvidando el rostro de tu alma.
- Y yo me siento invisible cuando no me miras.
Laura dio un último sorbo a su café y cruzó los brazos sobre
la mesa. Fernando miraba sus manos blancas, como siempre, y las intuyó frías,
como siempre.
Y se las calentó, como siempre.
La rutina causa estragos.
ResponderEliminarAbrazos.
Al menos se las calentó.
ResponderEliminarBesos.
El silencio se puede romper con palabras, o con gestos, o simplemente con una mirada.
ResponderEliminarBss
La crónica de un final. Triste. Muchos besos Alís.
ResponderEliminarEs como decir te quiero cuando todo se acabó hace tiempo.
ResponderEliminarFernando se la va a comer cualquier día.
ResponderEliminarBesos.
Hola Alís, me alegra leerte otra vez. No sé, pero yo contrario a los demás no leo una separación, me suena más a reencuentro en todo caso, aunque muchas veces soy muy despistado.
ResponderEliminarPero me he acordado de Tarantino y los silencios incómodos: cuando estás con alguien especial sólo son silencios, ya que no incomodan en lo absoluto.
Te dejo un gran abrazo.
Ese como siempre... me suena a rutina acomodada. Muy buen relato, querida.
ResponderEliminarMil besitos sonoros y muy feliz finde ♥
Muy buenas Alis, tu poema puede leerse de muchas formas tantos como sean los lectores en este caso veo un encuentro donde la rutina a pesar de llevar tiempo sin verse siguen siendo las mismas ..quizás no han cambiado tanto como aparentan ellos mismo. Un besazo y muy feliz tarde.
ResponderEliminarRonda la idea de que ser es ser percibido.
ResponderEliminarParece que el café ayudó al diálogo, a calentar las manos frías.
Besos.
Empezar por recuperar el calentón de manos quizá no sea un mal principio hasta que lleguen las palabras.
ResponderEliminarBesos.
Bueno si había palabras no estaba tan mal.
ResponderEliminarHola Alis, tanto tiempo, me alegro volver a leerte.
ResponderEliminarNoto en la conversacion a dos personas enojadas, estan juntas fisicamente, pero su relacion es distante.
Y ese gesto de cruzar los brazos significa que esta marcando un limite y Fernando lo esta cruzando tomandole la mano :)
Espero que se arreglen si hay algo que los une.
Un beso y buen fin de semana.
La rutina aveces cansa. Saludos Alis.
ResponderEliminarUna rutina que no cansa, parece
ResponderEliminarUn abrazo
Si han llegado a sentarse de nuevo i tomar café, no todo estará perdido...
ResponderEliminarSaludos :)
como siempre en el cafe de siempre. que hariamos si no fueramos animales de costumbres? ¿cuanto hay que estar con alguien para que a partir de determinado minuto, el resto del tiempo se convierta en siempre?
ResponderEliminarHablamos de que sólo le calentó las manos, ¿cierto?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Me alegra mucho leerte de nuevo, Alís. Espero que estés bien y te vaya todo bien a ti y los tuyos.
ResponderEliminarPara mí es fácil estar con alguien y mediar pocas palabras y sin embargo estoy, estamos, porque también hay que saber hablar sin palabras. Veo que Fernando no es capaz de soportar esas conversaciones ausentes de palabras. Para mí mal indicio de esa relación.
Te repito que me encantó leerte de nuevo.
Un beso grande.
La calidez de unas manos enlazadas acompañada de una mirada cómplice y entrego mi reino por un caballo
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, si le calentó las manos quizás quede esperanza.
ResponderEliminarTodos coambiamos, lo importante es que el otro lo entienda y sepa que también él ha cambiado.
Feliz semana.
Que bonito volver a leerte, Ali bella
ResponderEliminarte hiciste extrañar, espero te encuentres
bien, si sintió ese calorcito que trasmiten las manos, sera por algo bueno digo yo.
Besitos dulces
Siby
Me sumo a las felicitaciones por tu presencia en estos lares... ¡Bienvenida!
ResponderEliminarJugando con las palabras, como haces tú, decir que el propio título ya lo aclara todo: ¡Como siempre!
Abrazos Alís.
Hola!!
ResponderEliminarSolamente un saludo.
Y también veo que mi blog, al ser de WP te desajusta la plantilla al estar incluido en tu lista de "sitios donde perderte".
Me conformo con que me visites cuando te apetezca. Quítalo que te estropea el blog.
Bicos!
Hola, buen debut. Saludos te dejo.
ResponderEliminarEsas cosas que no cambian... y esas otras que se vuelven rutinarias.
ResponderEliminarLa distancia, el tiempo, los silencios...por suerte hay personas con las que todo resulta más fácil. 😊
Besitos linda.
Como siempre, una relación rutinaria solo juntos fisicsmnte.. beso
ResponderEliminarMe encanta como escribes. Yo lo veo como un poema de amor maduro. Tan necesario cuando se apagan las luces de los fuegos artificiales 🤷♂️
ResponderEliminarAlis:
ResponderEliminarel silencio también es una conversación.
Salu2.
Hola Ali linda, espero que
ResponderEliminarestés bien, regresa pronto
que se te extraña.
Besitos dulces
Siby
Leyendo tu título de "Como siempre" en mi blog, y haciendo juego con "como siempre el silencio en medio", entro, y ¡Dios, parecemos Fernando y Laura...
ResponderEliminarY digo: "Ya no sé con quien hablo"...
Y solo oigo el silencio...
Abrazos Alís.
Laura y Fernando se vuelven a reunir como antes. Quisieron compartir su tiempo, sin embargo, él ya no la desnuda con sus pupilas, ni ella se estremece de solo verlo, reunirse es como comer sin hambre o beber sin sed. Y no es desamor lo que está sucediendo, pues ambos saben que se quieren, se estiman, se respetan.
ResponderEliminarEllos son mártires de la costumbre, víctimas de la rutina, horrible enfermedad que taladra el amor por dentro y lo va dejando hueco, vacío, como la polilla a la madera.
Autora, no trato de adivinar lo que escribes, solo me dejo llevar por tus palabras, canto de sirena que me sacas de este complicado planeta y me llevas al de la imaginación infinita, donde tus escritos son el boleto a estos bellos momentos de lectura.
Gracias rubia. Maravillosa, como siempre.