- Vengo porque te amo. Ellas ya son pasado. Tú eres mi presente.
- No creeré ni una mentira más, así que ve al grano y dime qué vienes a buscar.
- Bueno... es octubre.
- ¿Y?
- Sabes que en este mes tengo que escribir historias de terror.
- ¿Te atreves a pedirme que las escriba yo?
- No, sólo quiero que me ayudes. Que me des alguna idea.
- ¡Eres el colmo! Espera un momento.
- ...
- Toma.
- ¿Un espejo? ¿Para qué quiero un espejo?
- Mírate y escribe sobre ti. No conozco a nadie que me dé más miedo que tú.
Anticipando el 25 de noviembre
ResponderEliminarMuy bueno. Un beso
ResponderEliminarGracias, Susana
EliminarUn abrazo
Corto y escueto, pero definitivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juan, seamos optimistas y creamos que, efectivamente, es definitivo.
EliminarUn abrazo
Ese final es de verdad terrorífico.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
Albada, intuyo que lo terrorífico es lo que precedió a ese final
EliminarUn abrazo
El espejo es un maldito notario que no tiene piedad.
ResponderEliminarBesos.
Xavi, para algunos no tiene piedad, para otros es sólo un mentiroso que llena vanidades. Ya sabes, depende de los ojos que se reflejen en él.
EliminarBesos
Es una buena forma de mandar a la mierda sin mandar a la mierda, pero creo que insuficiente. Si de verdad ya no se quiere perdonar, después de haber perdonado muchas veces, creo que hay que ser más drástico.
ResponderEliminarBesos.
Macondo, tienes razón. Todavía hay cierta condescendencia. Y no se trata de seguir perdonando o no, sino de poner fin a lo que nos hace daño o no. Puede perdonarse sin necesidad de seguir soportando lo mismo.
EliminarBesos
Definitivo, mostrar la cruda realidad.
ResponderEliminarBesos.
Alfred, para eso hay que querer verla. No creas que todas las personas están dispuestas a verla.
EliminarBesos
se lo estampas en la cabeza y le dejas el marco de collar?
ResponderEliminarabrZooo
que pasa el 25? hay que escribir de terror?
Gabiliante, sería una pena perder así el espejo ¿no? Además que dicen que trae mala suerte romperlos. No es superstición, es precaución. ;)
EliminarEl 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Besos
Vaya, un modelo de perfección imperfecta.
ResponderEliminarFackel, más bien de imperfección imperfecta. Lo que tú dices me parece más aceptable
EliminarBesos
Nos miramos mucho en el espejo pero no vemos. Y eso que es el ojo más sincero que nos puede llegar a mirar.
ResponderEliminarCabrónidas, no sé si nuestro propio ojo es el más sincero: a veces es demasiado duro y otras demasiado condescendiente. Mirarnos con honestidad y compasión es un equilibrio que considero difícil de lograr.
EliminarUn abrazo
Muy buen micro , corto conciso y directo, ¿ quién da más ?
ResponderEliminarBesos, Alis.
Muchas gracias, Campirela.
EliminarBesitos
Lo malo que el interior no se refleja, o no podemos verlo todavía. Que es lo principal terrorífico del protagonista seguramente.
ResponderEliminarBesos de anís.
Sara, o simplemente no queremos verlo, y ahí está el problema. Porque sin verlo, no podemos cambiar lo que necesitemos modificar.
EliminarBesitos
Ahora que parece que realmente retomas esto, te he puesto en mi humilde mosaico de blogs para tenerte actualizada en un solo vistazo.
ResponderEliminarA mí también me da miedo ese viejo que veo en el espejo.
Muchas gracias, noxeus. Espero retomar, pero los tiempos están difíciles. Ojalá logre sostener.
EliminarNo debería darte miedo tu reflejo. Intuyo que no tiene maldad
Besoss
Es una realidad imperfecta. Pero sus letras lo dicen todo. Bicos Alís.
ResponderEliminarJoaquín, demasiado imperfecta a mi modo de ver. Cierta imperfección es más creíble que la perfección, pero cuando se excede es difícil de tolerar
EliminarBicos
Pues el final es el giro inesperado! Qué buen micro Alís!
ResponderEliminarBesitossss
lunaroja, me alegra que te parezca inesperado. Por alguna razón, no me gusta lo previsible. Muchas gracias
EliminarBesitos
Si es solo miedo vale. El problema es cuando nos damos asco.
ResponderEliminarBubo, muy cierto lo que dices. Me quedo pensando en cuanto hay de eso.
EliminarEn todo caso, ambas son emociones que pueden salvarnos la vida
Besos
Ciertamente una historia corta, pero terrorífica.
ResponderEliminarGracias, J.S.Vila, porque intentaba transmitir eso.
EliminarBienvenid@ a este blog. Ya me paso a turistear por el tuyo
Muy grande. No cabe duda.
ResponderEliminarBesos
Erik, grande ¿el miedo?, ¿la cara?, ¿el espejo?...
EliminarBesos
Es una contundente respuesta.
ResponderEliminarY hasta puede ser el núcleo de una idea.
Besos.
Demiurgo, sí, creo que hay una gran historia detrás de estas cien palabras. De hecho, creo que hay muchas historias escondidas ahí. ¿Te animas con alguna?
EliminarBesos
Así parece, Julio David. Es difícil retomar cuando se llega a ese punto.
ResponderEliminarTantos espejos como oscuras realidades que nos atormenten...
ResponderEliminarBuen micro, Alís.
Besosss.
Eva, yo pensaba también en las ganas y la necesidad de mirar, sea en el espejo o en esas oscuras realidades.
Eliminar¡Gracias!
Besitos
Buena corta historia de terror, y además me ha dado miedo.
ResponderEliminarMe alegra volver a leerte, gracias por volver.
Besos.
Maria, a mí todavía me da miedo. Espero perdérselo pronto.
EliminarMuchas gracias por estar.
Besos
Se comió mi comentario... :(
ResponderEliminar¡Recuperado!
EliminarCreo que más que una historia de terror es la historia de un caradura. La contestación me parece perfecta.
ResponderEliminarUn besote
Carmela, a veces el terror no procede tanto de la contraparte, sino de descubrir cómo nos dejamos manejar por ella.
EliminarBesitos
Me alegra ver que vuelves a publicar... se te echaba de menos Alís.
ResponderEliminarVoy a ponerme al día 😊
Besitos.
Muchas gracias, Laura. Te aseguro que he tenido años mejores. Han sido y son tiempos intensos y difíciles. Y se vienen grandes cambios. Ojalá logre sostener este espacio para que me acompañe en lo que se viene. Creo recordar que me hacía bien.
EliminarBesitos
Algunas veces nadie se conoce mejor que uno mismo, en otras ocasiones me sorprende descubrir cuánto me conoce alguien en quien ni siquiera pensaba.
ResponderEliminarSaludos,
J.
José A. García, supongo que la realidad es la suma de perspectivas. No recuerdo dónde leí que existe quien creemos que somos, quien los demás creen que somos y, luego, quien realmente somos.
EliminarUn abrazo
Hay individuos que se miran al espejo buscando solo la belleza superficial. Buen relato de miedo, me ha dado yuyu. Besos Alís
ResponderEliminarCarmen Silza, hay que ser valientes para mirarse al espejo sin desviar la mirada de lo que no nos gusta.
EliminarMuchas gracias
Besos
Un texto muy original. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos Augusto
EliminarUn abrazo
Qué buena. Corta, tajante y estupenda.
ResponderEliminarMuy feliz día.
Gracias, Marigem.
EliminarPensaba que corto, tajante y estupendo serían características de un buen final, aunque lo de estupendo es más difícil.
Un abrazo
Muy bueno, Alís.
ResponderEliminarSalu2 sin miedo.
Muchas gracias, Dyhego
EliminarBesos