Despierto y me
descubro pequeña, muy pequeña, minúscula. Y me sorprende la ausencia de miedo a
pesar de esta condición. Observo a mi alrededor, más bien miro hacia arriba
para ver todo lo que me rodea. El mundo está ahí, lejos, alto, grande, hermoso…,
disponible. No está físicamente a mi alcance, soy demasiado pequeña para llegar
a él, y sin embargo lo percibo accesible. Más que poco tiempo atrás.
La angustia no ha
venido hoy. Quizá haya hecho puente o esté enferma, el caso es que ni ha
venido, ni avisó. No la extraño. Sin ella por aquí me permito disfrutar de mi
pequeñez, de esta desconocida tranquilidad que me da la sensación de que mi
tamaño se debe a un estado de reflexión pausada para decidir qué quiero, a
dónde deseo ir, cuál es la próxima meta. Y también la sensación de que cuando
lo tenga claro, sólo tendré que crecer, crecer y crecer hasta alcanzarlo. Un
centímetro primero y otros después, paso a paso, observando y aprendiendo el
proceso para cuando tenga que volver a menguar para tomar un nuevo impulso.
Despierto, me
descubro pequeña y sonrío, porque reconozco una nueva emoción que nace de saber
que el control sobre mi misma me pertenece, aunque todavía ignore cómo usarlo.
Me encanto... A modo personal me hace mucho sentido... Lindo...saludos.
ResponderEliminarEstupendo Alis, en la pelea de siempre, en la búsqueda continua, en el camino. Una buena y singular descripción del personaje, de como se siente, menguando. Pero hay mucha esperanza aquí, un descubrimiento, el primer paso de un gigante.
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Que bien Alís.
ResponderEliminarQue así sea siempre.
De corazón.
Besos.
Ser tan pequeño que ya nada pueda aplastarte.
ResponderEliminarTan pequeño que ya nada pueda sujetarte.
Tan pequeño que seas indistinguible.
Besos pequeños, Alis.
Qué lindo. Hermosa sensación. Que permanezca.
ResponderEliminarQuiero sentirme así de minúscula e inicial, para que la angustia no me encuentre...
ResponderEliminarUna vez más, me encantó este desahogo.
Besos
Vic
ResponderEliminarSe empieza por poco y cuando nos damos cuenta, ya somos capaces de hacer lo que antes nos aterrorizaba.
Muchos besos, querida Alís.
Me extraña que no haya extrañado la angustia, es un engaño...sigue creciendo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Has encontrado tu dimensión real: pequeña.
ResponderEliminarNos olvidamos que estamos en un universo enooooorme.
besos.
Nadie levanta un palmo del suelo.
ResponderEliminarSaludos.
ME ENCANTA LO QUE LEO HOY!!
ResponderEliminarNunca es tarde amiga cierto?
con nuestras virtudes y defectos con nuestras cosas que tenemos y también con las que ya no.
Un abrazo enorme para ti con mucho cariño.
mar
Somos mequetrefes comparados con todo o que temos arredor e temos que conformarnos con iso e desfrutar cos outros mequetrefes que nos arrodean.
ResponderEliminarQue o mundo non te sexa demasiado grande !.
Qué bonito despertar con tanta ilusión.
ResponderEliminarUn beso.
La sensación de ser un granito de arena en un desierto o una gota de agua en el océano, yo también la he tenido, pero objetivamente si faltara esa gotita o ese granito ya nada sería igual (aunque nadie se daría cuenta de ello...¡y qué más da!
ResponderEliminarBesos.
Y es el comienzo del todo. Nada como estar en ese estado porque nos obliga a crecer. Nada como la instancia para crear y desarrollar facultades dormidas. Desde un grano de arena se forma una roca y esta en cordillera. Nuestro ser interno se comporta de igual forma.
ResponderEliminarMuy reflexivo querida Alis.
Abrazos desde mi otoñal Ñuñoa.
Lo más importante es la capacidad de crecimiento. La pequeñez es algo relativo.
ResponderEliminarBesos desde mi observatorio.
Vengo a dejarte un abrazo y mi cariño.
ResponderEliminarmar
Me gusta... descubrirse pequeña! Eso es grande Alís!
ResponderEliminarEspero que sigas creciendo. Un abrazo.
ResponderEliminarEn tu mirada veo que al final siempre descubres para donde vas...
ResponderEliminarBuscar dentro nuestro es encontrar en algún momento ese leit motiv que nos impulsa al desarrollo de nuestras emociones. Estupendo texto, Alis, una manera de expresar esas sensaciones que a veces aparecen fuera de nuestro vocabulario. Esa es la forma, comenzar pequeña y terminar como gigante.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Que permanezca, entonces. Y a disfrutar la sensación de plenitud.
ResponderEliminarBeso
Tu relato de "crecimiento" me recordó vagamente a Alicia.
ResponderEliminarBesos.
¿Cómo estás, Alís?
ResponderEliminarEspero que bien, un abrazo
Siento a menudo eso de ser apenas un átomo en la inmensidad de la creación. Hormigas con el ego inflado, creyéndonos únicos e indispensables. Somos únicos y nuestra presencia ha de tener un sentido. Pero contándole al ego que lejos de agrandarse, haga su parte...
ResponderEliminarque buen estado, pequeña y sin angustia, genial!
ResponderEliminarun beso
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios
Un abrazo