Hoy pasé por delante de la casa en la que viví por más de diez años. Aún no se cumple uno desde que la dejé. Sin nostalgia, con la certeza de que era el cierre de un ciclo. Y no un cierre cualquiera. Éste venía de la mano con un inicio enorme y desafiante.
Hoy pasé por delante de la casa en la que viví por más de diez años y el portón estaba abierto. Había tres trabajadores en la puerta y se veían escombros. Me pareció ver medio derribada una de sus paredes amarillas, pero pudo ser una proyección.
Me gusta pasar por delante por curiosidad. Durante diez meses no ocurrió nada en ella, se iba abandonando, como si hubiera quedado triste por nuestra partida (la pandemia hizo el resto). Ahora que han comenzado las obras, quiero ver en qué se convierte.
E imaginando cómo será el nuevo espacio en el lugar de siempre, las nuevas vidas que lo ocuparán, apareció la pregunta de qué quedó de mí en esa casa. ¿Qué será…? Suspiros. No pocas lágrimas. Latidos. Las cenizas de Magoo. Algunos sueños. Ecos de risas…
Un trozo de mi vida.
Hola.
ResponderEliminarDa pena que una casa se vaya deteriorando por el abandono, aunque la tuya, por lo que parece, está en plena recuperación.
Yo también suelo preguntarme cómo serán las personas que viven en las casas en las que viví antes de ocupar la actual.
A veces sueño con la casa en la que crecí. Hace años, en un funeral, y de manera bastante casual, conocí a la perona que la compró. Y me sorprendí. Yo viví allí con mis padres y mi hermana, pero siempre había gente: mis abuelos, tíos, primos, amigos...
Era una casa muy llena de vida, y su actual dueña es una viuda sin hijos y que, por lo que me dijo, hace muy poca vida social. Tiene una casa grande con las paredes empapeladas de risas, cuentos infantiles, recuerdos y mucha felicidad. Seguro que algo de aquella época tan buena llega hasta ella.
Feliz finde.
Marigem, parece que las casas, siendo las mismas, se convierten en otras muy diferentes en función de quién las habita. Nosotros creamos el espacio que ocupamos con nuestra energía, nuestras relaciones, nuestras historias.
EliminarMuchas gracias
Besos
Lo que viviste fue. ¿Te parece poco? Las vidas están compuestas de trozos. No somos tan únicos como nos imaginamos. O sí somos únicos en cada trozo o en cada fase de la vida en que nos reestructuramos un poco y nos vamos disolviendo lentamente. Entiendo tu paso por la puerta de aquella casa y sospecho de tus recuerdos de...
ResponderEliminarPor supuesto, expresiones y manifestaciones de sentimientos, emociones, afectos recordados y demás cuantas quieras. Estaría bueno que no nos permitiese el destino recordar y regodearnos un tanto en nuestra memoria.
Fackel, en realidad no me parece poco, sino mucho. Y, curiosamente, puedo verlo, agradecer ese tiempo y seguir de largo sin que me embargue la nostalgia. Esa casa, y lo que en ella viví, cumplió su ciclo y estoy en paz con eso.
EliminarBesos
Me ocurre algo parecido cuando, sin duda conducido por la nostalgia, hice unos cuantos paseos por el barrio y calle donde viví en mi infancia y hasta la juventud. Igualmente el edificio sufrió una restauración total respetando las fachadas por ser un edificio protegido en la zona histórica de la ciudad. Pedí permiso para visitar el interior a los trabajadores que amablemente me autorizaron. Nada era reconocible pero había algo muy sutil flotando en el ambiente. Algo que precipitaba una cascada de emociones y recuerdos. Y había pasado un poquito mas de medio siglo.
ResponderEliminarCreo que puedo decir que en tu caso, el tiempo transcurrido es aún poco para que pueda ofrecer una perspectiva suficientemente angular para incorporar la necesaria amabilidad y paz con uno mismo.
Y hablando de casas, en esa otra situada en el mundo virtual de la blogosfera, que he adquirido tiene un balcón donde a veces me ocupo un tiempo observando la calle, esperando ver que vienes a visitarme.
Noxeus, me hiciste recordar una ocasión en que pude entrar a la portería donde pasé mi infancia en París. Ahora es el cuarto donde se guardan las bicicletas y me pareció tan pequeño que me sorprendió el recuerdo de los concurridos encuentros familiares de mi niñez.
EliminarTambién echo de menos leerte y las últimas veces que lo hice no pude dejar comentarios. Espero de a poco ir recuperando el ritmo. Tenme paciencia ¿sí?
Bicoss
A veces pienso que me gustaría visitar la casa de mis padres pero ya no quedará nada de ellos. Un beso
ResponderEliminarSusana, cuando volvemos a los lugares del pasado debemos asumir que ya no serán lo mismo.
EliminarUn abrazo
Cada vez que veo el balcón cerrado de mi infancia, enmarcado en azul sobre el blanco luminoso de la pared, desde donde veía volar las palomas, la plaza se inunda de tristeza.
ResponderEliminarBesos.
Juan, imagino que es una tristeza que se da la mano con la alegría de buenos momentos vividos ahí.
EliminarBesos
me ocurre lo contrario, cuando paso por delante de alguna de las casas en las que he vivido no me gusta pensar qué quién, cómo estará, sino que me gusta pensar en los momentos que allí he vivido, aquel día que ... me da nostalgia, porque lo vivido allí son momentos que no se van a volver a repetir igual, pero los recuerdo con cariño todos.
ResponderEliminarBesines
Mariademasde50, a veces es bueno que algunos momentos no se repitan más, y no hablo sólo de los malos, sino también de loe buenos, para que sigan siéndolo.
EliminarBienvenida
Besos
Las casas no siempre es nuestro hogar, pero cuando lo son sin duda alguna un trozo de nuestra vida se queda en ellas. Un besazo
ResponderEliminarCampirela, supongo que de nosotros depende convertir cada casa que habitamos en un hogar.
EliminarUn beso grande
Que coincidencia, hace tres meses vendí la casa que fue de mis padres y en la que yo viví unos 18 años. De eso hace ya mucho tiempo, la casa llevaba deshabitada más de una década. Ahora tiene nuevos habitantes, reformas, otros muebles. A mi me queda la nostalgia, los recuerdos, estos nunca se van del todo. Biquiños.
ResponderEliminarAsí es, Raposo, los recuerdos permanecen por más cambios que hagan en las casas que hemos habitado, aunque también éstos se van desdibujando con el tiempo.
EliminarBiquiños
Un poco de nostalgia noto en tu entrada. Y tiene sentido que así sea.
ResponderEliminarBesos.
Demiurgo, no me sentía especialmente nostálgica, pero es una emoción de la que me cuesta separarme.
EliminarBesos
Tú lo has dicho es una nueva etapa superada y recordada. Lo que está por llegar será mejor.
ResponderEliminarSaludos Alís.
Guillermo Castillo, confío en que efectivamente la nueva etapa será mejor. Para eso vivimos ¿no?
EliminarUn abrazo
Narras con una hermosa melancolía la sensación que deja contemplar un trozo de nosotros proyectado en unos muros. Sí, la vida está llena de momentos en que miramos hacia atrás, lo que fuimos, lo que dejamos, y cómo eso mismo, más allá de nosotros, cobra nueva vida, porque nada muere... sino que se transforma.
ResponderEliminarUn placer volver por tu blog.
Besos
Volarela, deberíamos dejar lo más que podemos en el pasado, para poder viajar ligeros de equipaje. Y a veces ocurre lo contrario: en lugar de dejar atrás, vamos cargando con todo nuestro pasado...
EliminarUn placer también verte por aquí
Besos
La vida sigue.... !
ResponderEliminarSalut !
Y menos mal, artur. Que siga, que siga...
EliminarPetons
Eres muy sensible.
ResponderEliminarTienes ese don.
Y sabes transmitirlo.
Casi suspiro pensando en esa casa.
Besos.
Gracias, Xavi. Hay que tener sensibilidad para detectarla
Eliminar;)
Besos
Cuando volví a la casa de mi vida hasta el día que me fui del país, fue catártico. No solo porque ya la casona no estaba y en su lugar se había construído un edificio de viviendas, sino por la catarata de imágenes que acudieron a mi alma.
ResponderEliminarSon buenos momentos para cerrar etapas,para evaluar en donde estás ahora en la vida.
Precioso tu texto Alís,siempre desprendiendo emoción.
Un beso.
lunaroja, cada vez que vuelvo a París hago el mismo recorrido: el hospital en que nací, la casa en que viví, el colegio en que estudié mi preescolar... Mi prima, que vive allí, le llama a ese recorrido "el paseo de Alís". Afortunadamente, todo está en su sitio todavía, aunque ya no lo veo igual que entonces. Los recuerdos no me los quita nadie (bueno, sí, quizás esta amnesia cada vez mayor a causa de la pandemia)
EliminarMuchas gracias
Un beso grande
Recuerdo cuando fui a la casa de campo donde pasé todas las vacaciones de mi infancia y una buena parte de las de mi juventud. Estaba deshabitada y las palomas campaban por sus respetos en ella. No me gustó la sensación, aunque iba preparado para que sucediera.
ResponderEliminarBesos.
Macondo, es triste ver los recuerdos convertidos en ruinas.
EliminarBesos
Creo que una parte de nosotros se queda entre esas cuatro paredes... y aunque otras personas la habiten... perduramos en ella.
ResponderEliminarTodavía tengo sueños de mi antigua casa donde viví siete años, no la recuerdo casi nunca y sin embargo, de vez en cuando... sueño con ella.
Me ha llegado tu sentir, Alís.
Mil besitos con cariño para ti y muy feliz semana ♥
Auroratris, me quedé preguntando si algunos sonidos que escuchaba en esa casa eran lo que había quedado de sus anteriores moradores...
EliminarMuchas gracias
Besitos
Uffffffffff... me has hecho acordar a la vez que viajé sola (por vacaciones) a Buenos Aires y mi hermano me llevó hasta el barrio donde crecimos y nos detuvimos delante de "nuestra casa"... no pude retener las lágrimas. No era una gran casa, ni un gran barrio, pero era "mío", me "hizo" y, sobre todo, allí fui muy muy feliz...
ResponderEliminarYo creo que todo y todos lo/s que pasan por nuestras vidas, nos dejan algo de ellos y se llevan algo de nosotros... al menos eso espero, quiero creer.
Besitos a montones y me alegra volver a leerte.
AlmaBaires, en cada casa que he habitado me he llevado algo de ella y he dejado algo mío, es como un ritual que significa eso: se viene conmigo y yo me quedo en ella.
EliminarBesitos
Me has mocionado, he pasado por eso y entiendo bien lo que has escrito y creo que te has quedado corta.
ResponderEliminarUn beso grande.
Tracy, seguro que me he quedado corta. Otras casas de mi pasado podrían emocionarme mucho más. A esta, en particular, sólo me nace darle las gracias y dejarla ir. Fue testigo de un fin de ciclo.
EliminarBeso grande
Nostalgias,he pasado esas cosas,cariños.
ResponderEliminarFiaris, seguramente nadie está libre de haber sentido nostalgia, y creo que es buena señal. La sentimos con los buenos recuerdos, así que ojalá no nos falten momentos de los que luego sentir nostalgia.
EliminarUn abrazo
Que triste recordar lo que vivimos en esa casa, aquella que por años albergo nuestro diario vivir...... Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, en esta ocasión no me produce tristeza recordar lo que ahí viví. Fue, estuvo bien y llegó a su fin. En realidad es que creo que debía haberla dejado mucho antes.
EliminarUn abrazo
Parece que las cosas cambian más rápidamente cuando no estamos. Debe de ser porque el tiempo pasa a un ritmo diferente, o eso parece.
ResponderEliminarBesos.
Devoradora, es que cuando estaba en esa casa las cosas no cambiaban nada, no avanzaban, no mejoraban...
EliminarBesos
Cada vez que paso delante de la casa familiar que tuvimos en Cádiz, inevitablemente me emociono y lloro.
ResponderEliminarEntrada que pellizca el corazón, es bonita.
Besos.
mari carmen, algo así me ocurre cuando paso delante de mi primera casa. Tantos primeros momentos vividos allí...
EliminarMuchas gracias
Besos
Esa casa eres tú. También atravesaste por momentos de incertidumbre y tristeza pero ahora todo está cambiando. Tanto tú como la casa están en plena reconstrucción y seguramente, para ambas, será un renacer maravilloso.
ResponderEliminarBesos guapa.
Miguel, me gusta la mirada que traes. La casa y yo reconstruyéndonos, por separado, para ambas estar mejor. Gracias.
EliminarBesos
vas a tener que pedirle a los albañiles que te dejen verla por dentro, el dia antes de que la entreguen a su nuevo dueño. luego sera tarde, ya será de otra persona
ResponderEliminarBesoss Alís
Gabiliante, no se me había ocurrido, pero has hecho que se me despierte la curiosidad.
EliminarBesos
Esa nostalgia siempre va a definirte como la mujer que eres en realidad. Otra cosa es que ahora la veas de otra manera ya que la situación ha cambiado y forma parte de una década de tu vida, Alís.
ResponderEliminarSi con mirar para ella, lo ves como recreo o parte del paisaje tú misma sabes en que situación actual te encuentras en este presente.
Bicos e boas tardes.
Joaquín, efectivamente la nostalgia es parte de mí. Y la morriña ya ni te cuento...
EliminarBicos
Há sempre uma grande nostalgia quando recordamos a casa onde nasceram nossas raízes. As tuas palavras revelam que és alguém com sentimentos lindos e profundos!
ResponderEliminarUna buena semana para ti, Alís!
Besos!
Muchas gracias, A.S. Nuestras raíces crecen allá donde habitemos.
EliminarBeijos
Ayer estuve en casa de mi abuela, allí viví los trece primeros años de mi vida. El tiempo se detuvo en los muebles y las cortinas, nadie parece hacerse cargo de recuperar las risas de los niños que la habitamos.
ResponderEliminarUn beso.
Ilduara, las risas de los niños que la habitasteis están seguro escondidas en los rincones de esa casa.
EliminarBicos
Hola Alis!
ResponderEliminarSin dudas quedara una parte de tu vida en esa casa.... pero aunque esa casa cambie los recuerdos en tu memoria quedaran imborrables.
Cuando me mude con mi marido hace 26 años y deje mi casa familiar senti que una parte de mi quedaba en esa casa y me sentia angustiada.... pero con el tiempo pude superarlo con mi nueva casa en la cual construi nuevos recuerdos con mi familia.
Besos Alis y un placer leer tus sentimientos.
Gra!, es cierto que siempre queda algo de nosotros en las casas que hemos habitado, y en unas más que en otras (la de la infancia, por ejemplo). Y nosotras deberíamos estar completas donde sea que vivamos en el presente.
EliminarMuchas gracias
Besos
Un trozo de ti, de eso no hay duda. Es imposible llevarse esos diez años a cuesta y creo que tampoco es conveniente. Lo vivido, vivido está y siempre será. Un cambio que dices que va de la mano de un nuevo inicio. enorme y desafiante, eso también te lo llevaste, de alguna manera, de esa casa, y creo que es lo más importante.
ResponderEliminarMe alegra leerte de nuevo. Espero que estés bien y vayas paso a paso en ese nuevo momento de tu vida.
Un beso muy grande.
Carmela, no recuerdo ningún momento en mi vida en que haya estado tan convencida y tranquila con un cambio... Agradecida de lo vivido y sin lamentar haberlo dejado atrás. ¿Será cosa de la edad?
EliminarVuelvo poco a poco, tal como estoy viviendo la vida: día a día. Espero tener más tiempo pronto, por ahora, aprovecho el poco que tengo.
Beso grandote
Oh qué bonito, esos diez años siempre serán tuyos en el recuerdo pero la vida continua, pero que tendrán las paredes donde se es feliz que siempre guardan algo que no se sabe explicar pero que dan mucha calma y pena cuando se dejan. Cuidaros mucho.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Irma, las paredes no sólo guardan recuerdos de momentos felices, también de los otros; es decir, se empaparon de vida. Por esta vez, pude dejarlas atrás sin que me costara.
EliminarBesitos
hoy en día vivo en un piso que está cerca de la casa donde viví toda mi infancia hasta los 18 años, de vez en cuando paso por la casa cuando voy a algún lado... a veces no es tan agradable pasar por delante de esa casa. Actualmente vive allí una familia con la que no tengo contacto. La casa es un poco diferente, ahora parece un poco más moderna y siento que ha perdido mucho de su encanto. espero que estés bien, Alís, un beso.
ResponderEliminarUlisses, por más bonitas que pongan las casas en que hemos vivido (sobre todo en la infancia) nunca tendrán el encanto que le otorgan nuestros recuerdos.
EliminarEspero que también estés bien. Cúidate mucho
Beijos
Dicen que no es el sitio donde vives, es donde amaste esos momentos de la vida e incluso donde se vivieron dificultades.
ResponderEliminarEs eso que permanece, te entiendo bien y así pasa, con nostalgia de recuerdos imaginamos, la vida pasa con sus cambios.
Bellísimo Alis. Un abrazo
Cora, supongo que no es el lugar sino lo que vivimos en él.
EliminarMuchas gracias
Besos
El atractivo de las puertas entreabiertas sumado a un pedazo de vida en el escenario vacío. Un poco de nostalgia, sueños antiguos volando por los escombros y la nueva vida cerrando la puerta.
ResponderEliminarMe trae recuerdos de mis puertas cerradas. Un abrazo Alís
Y la nueva vida cerrando
Me gusta cómo lo cuentas, Loles. Has resumido muy bien la sensación. ¡Gracias!
EliminarBesos
En esos hogares siempre se queda algo (mucho) de nosotros, de la misma manera que, en nosotros, se queda una gran parte de esos lugares donde vivimos y sentimos tanto…
ResponderEliminar(Yo lo suelo hacer; hace poco pasé por la calle de mis abuelos solo para ver, mirar... a través del portal, y ese séptimo balcón donde tantas veces, en mi niñez, estuve asomada...)
Muy evocador, querida Alís…
Un abrazo grande, y muy feliz tarde 💙
Ginebra, a mí me encanta pasar por la casa de mi infancia cuando visito mi ciudad natal. Las siguientes casas que habité no suelen llamarme tanto, pero es cierto que al pasar por casualidad delante de ellas me traen un montón de recuerdos.
EliminarMuchas gracias
Abrazo grande
Me hiciste recordar a algo que me pasó. Al volver a la casa de mi infancia ya de grande triste fue ver que... no estaba. La habían derribado para hacer algo mas moderno y mas frío a mi mirada.
ResponderEliminarQue será que nos gusta eso de volver a nuestros pasos no? saludos
JLO, ¿será porque los pasos dados ya son conocidos? Parece que lo desconocido da un poco de vértigo a la mayoría (me incluyo).
EliminarTriste encontrar que ya no está la casa que hemos habitado.
Besos
super emotivo, un placer leerte, me gusta mucho como escribes, besos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Odalys. Para mí es un placer cada vez que pasas
EliminarBesos
Te entiendo linda Ali, creo que a todos o casi a todos nos sucede igual, pasar por la
ResponderEliminarcasa donde los ecos de los recuerdos, conversan entre ellos y tal vez hasta nos nombren como nosotros a ellos cuando miramos la casa vacía, me agrado mucho lo que escribiste.
Besitos dulces
Siby
Siby, a saber qué conversaciones permanecen en esa casa, porque de todo hubo... Para mí, cumplió un ciclo y ya no la miro con nostalgia, pero sí con gratitud.
EliminarBesitos
No me extraña que te preguntes si queda algo de ti en esas paredes. Lo raro es no sentir una cierta sensación de que invaden tu mundo, aunque, ya no lo sea.
ResponderEliminarUn saludo.
Ángel, esa casa resultó muy densa en algunas etapas, no sé a qué recuerdos habrá decidido aferrarse. En todo caso, son los suyos. Mi mundo tiene ahora otro hogar y otra vida, desde el que la miro con gratitud y ya sin nostalgia.
EliminarUn abrazo
Parece mentira que un lugar, tan conocido, de repente pueda convertirse en el hogar de otros.
ResponderEliminarAsí es, Ses, y de esa manera transformarse en un lugar extraño para nosotros. Eso ocurrió con esa casa
EliminarBesos
Me pasa algo parecido cuando paso por delante del que fue mi piso. Siempre miro la ventana, recuerdo momentos...a veces incluso hasta sonrío.
ResponderEliminarMe gustaría volver a entrar aunque solo fuese por un segundo.
La vida está llena de pequeños trozos.
Mil besos mi niña.
Laura, a mí me encanta mirar ventanas y colarme a través de ellas con la imaginación, no necesariamente de casas en las que he vivido, sino en general. Aunque últimamente me está costando asomarme a vuestras ventanas. Y me quedo pensando en eso de que la vida está llena de pequeños trozos... últimamente me da la sensación de que está formada de añicos.
EliminarBeso enorme
Las casas en las que he vivido, siempre se quedan con algo mío. DE niño, en un pueblito de silencio y de piedra, se quedaron la magia y las estrellas que veía desde sus patios y solares. Luego, la casa de primera infancia, la voz de mi padre en un salón donde todos dormíamos, contándonos las películas que veía semanalmente en el teatro del pueblo, y por alguna razón no habíamos podido verlas. Como se observa en tu texto, a pesar de ya no vivir en ellas no podemos desprendernos de su estancia, Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCarlos Augusto, tu comentario me parece poesía. Gracias por él. Creo que la magia no se quedó en esa primera casa, sino que sigue contigo.
EliminarUn abrazo
Seguro que el cambio será para bien. Guarda los mejores recuerdos.
ResponderEliminarSalu2, Alís.
Dyhego, al menos con esa intención hacemos los cambios ¿verdad?
EliminarBesos
Quedate con las mejores vivencias que tengas de esa casa Alís, si levantan un nuevo edificio, cuando pases seguro que ya no notarás tanta nostalgia.
ResponderEliminarBesos.
Conchi, intento siempre quedarme con lo mejor, sin olvidar lo demás para poder aprender. Por ahora las obras van lentas, la pandemia no colabora.
EliminarBesos
¡Cuánta nostalgia!
ResponderEliminarEn cuanto veas las obras terminadas contanos en qué se ha convertido, todo cambia y muy rápido (la mayoría de las veces más rápido que nosotros)
Besos
Frodo, mira que estoy lenta yo para venir a responder y visitaros, pero las obras son aún más lentas. Parece que la pandemia nos tiene complicados a unos cuantos.
EliminarBesos
El apego a las casas es fortísimo por toda la vida que guardan. Sus secretos se perderán con los nuevos moradores, o quizás queden en pie en aquellas paredes que no perecen.
ResponderEliminarPero las etapas pasan, a veces materializadas en una casa, y se abren nuevas puertas por donde entra la luz.
¡Cienes y cienes de besos, amiga!
Merche, con este último cambio de vivienda, diría que más que puertas se me han abierto ventanas: puedo ver el horizonte, la puesta de sol cada día y las estrellas y la Luna por la noche. Sin duda, estoy feliz con el cambio.
EliminarMiles de besos (subo la apuesta, jeje)
PD. Gracias por estar tan presente
La vida es... tramos y trozos. Lo que suceda en ellos, en ti, es lo que conforma la ola de vida que "decidiste" vivir.
ResponderEliminarAbrazos Alís.
Ernesto, a veces es conveniente dejarse llevar por la ola, porque resistirse es peor. Ahí la única decisión posible es entregarse... y sí, ya es una decisión.
EliminarUn abrazo grande
Julio David, lo mejor de todo es que no la llevo en mí, creo que he logrado dejarla atrás, con gratitud y sin apegos.
ResponderEliminarTu corazón parece una buena dirección en la que residir.
Va un abrazo
linfa foto
ResponderEliminarMorris
Muchas gracias, Morris.
EliminarBienvenido