-Aquí naciste y aquí debe reposar por siempre una parte de ti. En esta casa en ruinas, como lo fue tu cuerpo en tus últimos años, abandonado de ti mismo, pero acompañándonos.
Amalia pronunció estas palabras entrecortadas por el llanto. Acompañada por su hija Amanda y por Marcela, esparció un tercio de las cenizas de Armando en los restos de lo que fue su casa familiar. Triste por la despedida, esta vez sí definitiva, pero feliz por saber que una parte de él permanecería a su lado para siempre.
Habían pasado casi cuatro años desde que Amanda regresó de América con su padre y la esposa de éste. Casi cuatro años en que compartieron sus cuidados y fueron testigos de su deterioro. Casi cuatro años en que Armando se fue alejando cada vez más, pero curiosamente lo hizo con una sonrisa casi perpetua en su rostro. La misma que mostraba su cadáver la mañana que lo hallaron muerto en su lecho.
En este tiempo, según él se iba diluyendo en un cuerpo que cada vez le pertenecía menos, ellas fueron creando fuertes lazos. Amalia y Marcela superaron los recelos iniciales y llegaron a hacerse muy buenas amigas. Juntas recompusieron la biografía de ese hombre con la suma de sus recuerdos. Amanda, por su parte, dejó de imaginar a un padre. Ahora puede recordarlo.
Dividieron las cenizas de Armando en tres partes. Decidieron que las tres merecían decidir sobre ellas. Amanda guardó su parte en una urna y juró que jamás se separaría de ella. Marcela retornaría con la suya a su país para enterrarla en su jardín, en ese rincón que tanta paz le proporcionaba a su marido. Amalia prefirió esparcirlas por lo que había sido la casa de su amado.
Después de esa breve e íntima ceremonia, las tres mujeres se sentaron a compartir un té. Las maletas de Marcela listas junto a la puerta. Y el silencio abrazándolas.
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Mucho dice de ellas que pudiesen compartir ese té en paz, sin represalias hacia ese hombre.
ResponderEliminarMe ha gustado muco la entrada y espero que en un futuro sepamos donde fue Marcela con sus maletas.
Besos.........Leo
Hola, Alis, bonito final para una triste historia. Un beso.
ResponderEliminarMe encantó la tierna plegaria
ResponderEliminarde Amalia dando el final perfecto a una historia sin maldad y sin rencores.
Un té compartido por las tres
mujeres sellarían un consuelo en íntima comunión con el silencio.
Te aplaudo y te admiro
por lo buenos que son tus relatos.
Bicos e apertas
Menuda tristeza me acaba de invadir Alis ;(
ResponderEliminarBesos tristes
La vida continua y los recuerdos quedan. Hay que sentirse feliz por lo vivido y optimista por lo que aun queda.
ResponderEliminarUna hermosa potdata a una historia que parecía terminada pero a la que has sabido buscarle el final inteligente, como tu lo eres.
ResponderEliminarBesos
A pesar de que no me caía especialmente bien, me pregunto si él hubiese estado de acuerdo con esa macabra partición.
ResponderEliminarEstoy seguro de que no le hubiese gustado.
A veces las féminas tenéis extrañas ocurrencias
Besos Alís
Para quedarse con las cenizas mejor nada.
ResponderEliminarY a otra cosa mariposa.
La vida es mucho mucho más que unas míseras cenizas.
Qué mujeres tan tontas.
Melancólica historia con triste final...
ResponderEliminarBesos
Pero que malvada eres Alís, al final vas a hacer que suelte una lagrimilla. Como se enteren las de la UMS, me quedo sin título. Ya te vale ;)
ResponderEliminarMordiscos
Finalmente ese hombre llegó más allá de lo pensado y consiguió unir a sus tres mujeres para siempre, aunque se hayan dividido sus cenizas.
ResponderEliminarFelicitaciones, Alis, por la contundencia de tu relato y por no haber caído en la tentación del happy end :)
Bicos, hermanita!
Un abrazo enorme
Cuando yo muera, si reparten mis cenizas entre tres, vuelvo de noche a sus camas y les zamarreo del los pies y nadie duerme en toda la noche.
ResponderEliminarUn beso
No inventes!!! Esta historia me encanto, me dolio hasta la punta del dedo gordo de mi pie derecho, pero es simplemente hermosa e intensa, aun con todos esos silencios.
ResponderEliminarHermosa, me paro y doi una marometa en honor a esta bella historia :)
Como decía un comentarista deportivo, me pongo de pie. No esperaba ese avance en el tiempo pero debo reconocer que le aporta muchísimo a esta bella historia.
ResponderEliminarTe comenté que está para libro (lo he hecho en cada último comentario) pero realmente y sin ser salamero es una historia hermosísima y cautivante, además de bastante contingente.
Un abrazo.
Pues que descansen en paz ellas; de él no digo nada.
ResponderEliminarArmando fue un privilegiado.
ResponderEliminarLo quisieron hasta su último día.
Besos.
Intensidad , contundencia. Una historia con una fuerza tremenda. Luego vendrían los matices de lo que a cada uno nos dice los persoajes. Me ha gustado. Te felicito.
ResponderEliminarUn besote
A veces creo que deberíamos aprender de nuestros protagonistas. De las tuyas esa enorme generosidad y el amor dedicado.
ResponderEliminarBonita historia.
Bicos
Me quedó un nudo en la garganta que para que te cuento!!!
ResponderEliminarLo bueno es que creo que supo que fue una persona muy amada y que de alguna manera esa sonrisa en sus labios fue conciente cuando debia serlo!!!
Tres mujeres y una misma historia que las unía, una bella historia!!!
Besos mi cielo!!!
Eres genial!!!
Yo también quiero que me esparzan.
ResponderEliminarPero si pueden ser más de tres, mejor;)
Un relato bien cosido desde el principio.
Besos, Alís.
Me parece precioso que frente a una circunstancia desoladora e irreversible surja de la nada el valor de la amista, por encima de los celos. Sólo por esto, mereció la pena el viaje. Marcela debería quedarse.
ResponderEliminarUn beso Alís.
Se siente como invade la tristeza al leerte-
ResponderEliminarQue tengas un fin de semana excelente... Son mis mejores deseos…
Un abrazo…
Saludos fraternos....
Alis, tu vena creadora no tiene límites. Ahora, lo del reparto de cenizas, precioso, él estará por siempre con ellas.
ResponderEliminarUn beso.
Tres mujeres valientes, sin duda.
ResponderEliminarUn beso!
Una bonita muerte la de Armando: repartido en las mujeres de su vida. Qué hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso, bellísima.
Emotivo. Necesario, íntimo. ¿Qué más se puede agregar? Es un relato excelente, de las pequeñas grandes historias que nos hacen humanos. Me gustó mucho, de verdad. Y supongo que en ese té, que también compartía Armando con una sonrisa, cada una estará embargada por sus recuerdos, queriéndolo a su manera y guardando con ellas aquello que nos llevamos con nosotros, a la hora de partir.
ResponderEliminarBeso grande, sos una excelente narradora.
Felicitaciones por el post! un saludo!"
ResponderEliminarHay nena! que bonito post, eres un genio.
ResponderEliminarUn besazo
Un nudo en la garganta tengo....
ResponderEliminarChapeau por la historia y su desarrollo.
besos
Bellísimo :) Enhorabuena
ResponderEliminarTurno para la memoria.
ResponderEliminarLas maletas preparadas.
Hay camino por recorrer, ahora de otra manera.
Un abrazo!!!
Alis,
ResponderEliminarHe ido leyendo los capítulos y ahora el conjunto. Siempre te he dicho que estás preparada para escribir una novela, en mi opinión narras perfectamente y tienes muchas cosas que contar, lo demás es trabajo. Hay gente que hace cosas con menos capacidad y talento y el resultado se puede encontrar en las librerias. Es muy bueno.Quizas algún día te decidas.
Besos
Me gusta lo que quieres decir con este texto...la importancia de conocer bien al otro y no imaginarlo... Ha tenido suerte tu protagonista...
ResponderEliminarBesicos
Me resulta divertida la idea de que una vez que todo acabe tres mujeres se repartan lo único que quede de mi, mis cenizas, como si fuera una parte de la herencia más.
ResponderEliminarBesos.
D.L.
Mi querida Alís!!!
ResponderEliminarEspero sepas entender... ahora me encontraras aqui... solo siendo un Alma naif!!!
Besos cielo!!!
No puedo explicarte mas de momento...
sentimientos civilizados...
ResponderEliminarBesos
¿Qué decirte?
ResponderEliminarLa lógica del desenlace venía anunciada desde el mismo día del diagnóstico.
Pero el argumento está cargado de sentimientos positivos y esto es lo que le da ese punto extraño al relato. Lo que sorprende.
La ausencia de rencor, la incondicionalidad y esa aceptación sin reproches de las decisiones ajenas es lo que marca la diferencia entre realidad y ficción.
¿Estás segura de que ellas eran las vivas y no un caso similar al de "El sexto sentido"? Quizá eran los tres ángeles del recuerdo de Armando ...
;-)
Terrenal, ergo inevitablemente pasional...
Juncal.
Besos.
Como dice una canción, no es un final feliz, tan solo es un final... pero tu has sabido darle forma a ese final.
ResponderEliminarHabia estado desaparecida, pero he vuelto! besos!
Hermoso final para el cuento, culminado por la imagen de las tres mujeres que, ignoro por qué, es tan vieja como la Humanidad y está presente en todas las culturas, en el inconsciente de la especie. Las tres mujeres, las tres moiras, las tres brujas en torno al caldero, las tres gracias...
ResponderEliminarCada una se lleva lo mejor de Armando, cada una lo guarda en su cabeza como un amor, como un recuerdo imborrable... buen titulo para este relato en partes..me las lei todas!
ResponderEliminarTeño a seguridade de que a sonrisa de Armando persiste nos tres lugares elexidos.
ResponderEliminarHola paisana!!!
ResponderEliminarPor primera vez paso por tu rinconcito y me quito el sombrero de lo bien que narras, no sólo los relatos... sino también los fotogramas y sensanciones que utilizas para que la lectura sea muy amena. Me encantó pasar por tu casa.
Volveré con más tiempo y poder apreciar los textos y letras que con magia realizas.
Unha aperta dende Lugo.
Bien está lo que bien acaba.
ResponderEliminarBonito recuerdo...
ResponderEliminarMe gusta leerte siempre me llenas de ternura.
Besos.
Alís, estas mujeres son tal cual las tres parcas:
ResponderEliminarCloto, la que hila la hebra de la vida.
Láquesis,la que medía el hilo con su vara de medir.
Átropos , la inevitable, la que cortaba el hilo de la vida.
¡Menuda historia!
Esta historia ha estado muy buena....siempre que te leo pienso...será real===============
ResponderEliminarBesos para ti lluviosos pero primaverales.
mar
Cómo te has animado, amiga, a rematar el relato, te ha quedado redondo. Y es que cuando te pones, te pones... y le imprimes un sello personal, amable, que lo hace inconfundible y tierno, se respira amor, pese a la melancolía que subyace. Me gusta. Eres un genio!!
ResponderEliminarMil besos
Un hermoso relato lleno de sensibilidad e inteligencia. Digno de una mente creativa como la tuya.
ResponderEliminarUn abrazo
Me parece precioso esto:
ResponderEliminar"dejó de imaginar a un padre. Ahora puede recordarlo"
Aunque aquí abunda más la compresión y el civismo...me recordaste el velatorio de mi padre.
ResponderEliminar¿y si fuera al revés? crees que tres hombres se reunirían por el mismo motivo?...sin intentar polemizar...ahí lo dejo ;)
Un beso
Sabia elección dividir las cenizas y compartir un te
ResponderEliminarUn abrazo
BB
Desgarradora historia, y muy bien narrada.
ResponderEliminarSobre la "carcasa" de ese hombre pivotan los sentimientos de tres mujeres en busca de legitimidad.
Dudo que tres hombres pudieran hallarse en esa tesitura y vivirla de manera semejante.
Besos
:-)
Un final precioso Alís. No siempre los finales felices son los que acaban de buena manera, sino los que siempre acaban en paz.
ResponderEliminarHermosa la unión que nació entre quienes se suponían ( por lógica vital) debían ser rivales.
Un beso.
Gracias a todos los que habéis tenido la paciencia de leer un relato largo y por entregas.
ResponderEliminarLeonorcita
ResponderEliminarSupongo que Marcela habrá vuelto a recuperar su vida, la que abandonó temporalmente. Gracias. Besos.
Rampy
Gracias. Historias tristes hay muchas. Besos.
Marisa
Imagino que al final ya había poco que decir. Muchísimas gracias, Marisa, por tus palabras. Biquiños.
Dani
Perdona. No pretendía entristecerte. Besos con sonrisa.
Uno
Buena filosofía. Besos.
Albino
ResponderEliminarMuchas historias de la vida, aunque parecen terminadas, siguen dando de sí. Muchas gracias. Besos.
Chinaski
Hombre, macabro habría sido repartirse el cuerpo. Con las cenizas no parece tanto ¿no? No sé a Armando, pero yo sí pienso en varios lugares por los que repartir las mías. Gracias. Besos.
Tecla
Somos muchas las mujeres tontas que habitamos este mundo y que damos valor a las cenizas. En este caso, además, creo que representan el final de un ciclo y tal vez, sólo tal vez, sean liberadoras al menos para dos de ellas. Gracias.
Joyce
La vida está llena de tristes finales… Besitos.
Anto
Que seas capaz de soltar una lagrimilla, o dos, habla bien de ti. Si las de la UMS te retiran el título por eso es que no te merecen. Besos.
REL
ResponderEliminarNo era muy creíble un “happy end” en esta historia, aunque confieso que el final que tiene me parece bastante “feliz”. Gracias, hermanito. Bicos.
Lucrecia Borgia
Hay mejores formas de pasar una noche sin dormir… Besos.
Esme
Muchísimas gracias por tus palabras. Me animan mucho. Besitos.
Luis
¿Qué puedo decirte aparte de gracias? Tus comentarios me han emocionado y dado muchos ánimos para completar la historia. Un abrazo.
Titajú
Intuyo que ahora podrán descansar. Besos.
Toro Salvaje
ResponderEliminarSeguramente tengas razón. Imagino que aunque no haya sido consciente, sí pudo sentir ese amor. Besos.
Sabela
Muchas gracias. Sabes que me cuesta creer en lo que escribo, así que comentarios como el tuyo me ayudan mucho. Un besazo.
Fonsilleda
Cierto. A veces nuestros personajes tienen esas virtudes que nosotros deseamos. Muchas gracias. Bicos.
Sol
Así es. Creo que los enfermos de Alzheimer, aunque no tengan una conciencia clara de qué ocurre a su alrededor, sí perciben las muestras de afecto, el amor. Es el único consuelo que queda a quienes los quieren y cuidan. Gracias. Besos.
Eva
Como tú, tengo varios lugares en los que me gustaría que esparcieran mis cenizas. Muchísimas gracias, Eva. Besos.
Daniel Rioja
ResponderEliminarNo sé qué vida espera a Marcela de regreso a su país, pero creo que no estando Armando no hay muchas razones para quedarse. Besos.
Adolfo
Preferiría contagiar alegría, pero hay historias que son tristes por más que queramos adornarlas. Un abrazo.
Taty Cascada
Me temo que sí tiene límites, aunque espero que todavía estén lejanos. Muchas gracias. Besos.
Lo
Las circunstancias nos convierten en valientes o cobardes. Besos.
Espérame en Siberia
No parece un mal modo de morir si puede hacerse con una sonrisa en el rostro. Gracias. Besitos.
Horacio
ResponderEliminarEse momento de silencio, de descanso necesario después de la intensidad de los últimos tiempos, guarda los pensamientos de cada una. Es como la llave que cierra el baúl de los recuerdos. Muchísimas gracias. Un beso grande.
Sebastiano Landro
Muchas gracias. Benvenuti, Sebastiano. Un bacio.
Odry
Me alegro de que te haya gustado. Muchas gracias. Besotes.
De cenizas
Muchísimas gracias. Besos.
José R. González
Gracias. Y bienvenido. Un abrazo.
Gabiprog
ResponderEliminarAsí es. Ahora les toca a ellas. Besos.
Antonio Misas
Sabes que no es sólo un tema de decisión, pero creo que poco a poco voy dando los pasos necesarios en ese camino. Muchas gracias por tu comentario. Tú sabes el valor que le doy. Besos.
Belén
Creo que, a pesar de su enfermedad, sí ha tenido suerte. Muchas gracias. Besitos.
Delfín Loco
En realidad, para el que se va, una vez que todo acabe, poco importa ¿no? Besos.
Alma Naif
Mientras pueda encontrarte y leerte, el nombre que uses me importa poco. Besitos.
Mr. McDonald
ResponderEliminarLo que no se te puede negar es que eres persistente. Buena suerte.
Bohemia
No siempre son fáciles de alcanzar ¿verdad? Besitos.
Juncal
¿Hace falta estar muerto para ser un ángel? Tengo mis dudas al respecto. Muchas gracias, Juncal, por la lectura que haces de mis textos. Sabes que siempre espero con ganas tu comentario. Besos.
Clá
Pocos son los finales felices. Me alegro de tu regreso. Besos.
Miguel Baquero
No había pensado en la imagen de las tres mujeres. Supongo que el subconsciente manda más. Gracias. Besos.
V de Tierra
ResponderEliminarEso sí que no nos lo quita nadie: somos dueños de nuestros recuerdos, aunque a veces alguno tiene vida propia. Muchísimas gracias. Besos.
Chousa da Alcandra
É bonito que a derradeira imaxe que lembramos de alguén sexa cun sorriso, non sí? Bicos
Quino
Hola, paisano. Muchas gracias por tus palabras. Ven cuando quieras y ponte cómodo. Apertas dende lonxe.
Carlos Fox
Eso dicen. Besos.
Lucía-M
Los recuerdos bonitos ayudan a seguir. Muchas gracias. Besitos.
Matapollos
ResponderEliminarSé poco (o nada) de mitología, así que muchísimas gracias por tus interpretaciones. Me encantan. Bicos.
Mar
Jajaja, no es real, no. Besitos de primavera.
Mercedes
Una cosa es cierta: cuando me pongo, me pongo, que a terca no se me gana fácilmente, jajaja. Muchísimas gracias. Eres siempre muy generosa conmigo. Besitos.
Saltar del tren
Muchas gracias. A mi mente la estoy entrenando. No creas, le hace mucha falta. Un fuerte abrazo.
Claudia
En ese sentido, probablemente Amanda es la que más sale ganando, aunque seguro que lo que obtuvo se aleja mucho de lo que deseaba. O quizá no. Besos.
Nela
ResponderEliminarEs difícil imaginar a tres hombres (dos en realidad, porque el papel de la hija es menos “sacrificado”) en estas circunstancias, pero no me atrevería a decir que no puede ocurrir. Besos.
BB
A mí me emociona imaginarlas acompañándose en silencio. Gracias. Un abrazo.
Food and Drugs
Veo que has aceptado responder a la pregunta de Nela. Supongo que sería difícil ver así a hombres, pero insisto en que no creo que sea imposible. Muchas gracias por tus palabras. Besos.
Zayi
No creo que esa rivalidad hubiera desaparecido tan fácil si Armando estuviese sano; la enfermedad les ayudó a comprender que hay cosas más importantes. Muchas gracias, Zayi. Y sí, también creo que un final en paz es un final feliz. Besos.
Por fin llego, Alís, perdóname por haber tardado tanto.
ResponderEliminarEste relato es tremendamente conmovedor y me recuerda (en un modo muy pequeñito) a una parte de mi vida. Hace poco tiempo yo también me hice muy amiga de una ex de mi pareja, la verdad es que desde el principio no le tuve recelo alguno porque el amor va y viene por la vida de las personas y es una tontería sentir celos del pasado, además que no soy una mujer celosa. Y algunas veces los tres juntos, hemos bromeado acerca de las cenizas de mi pareja si llegara el caso de que se muriera. Si ella quisiera yo también le daría unas poquitas de sus cenizas porqué no.
Por eso entiendo también este relato que me parece muy muy tierno y lleno de sentido, superando barreras emocionales y sociales.
biquiños,
HE VIVIDO UNA SITUACION MUY SIMILAR: LA UNION CON ALGUIEN QUE SIEMPRE FUE RIVAL, LA CERCANIA CON EL HIJO QUE MAS TARDE TUVIERON AMBOS, SU MUERTE HOY, Y LOS 3 FRENTE A SU CRUZ PERO MIRANDO HACIA ADELANTE INTENTANDO CONTINUAR CON NUESTROS OJOS NO TAN LLENOS DE PASADO...
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