Patricia regresó
disgustada del colegio. Había tenido examen de Lenguaje y su profesora no quiso revisar su prueba; se
limitó a echarle un vistazo por encima y lo depositó sobre su mesa, molesta,
diciendo: “Mala letra, mala nota”.
Laura tranquilizó a
su hija. Era buena estudiante, así que ya le iría mejor en la recuperación. Sin
embargo, intuía qué había pasado. No era la primera vez. La niña percibió lo
que pensaba su madre y, preocupada, dijo:
- Mamá, es que no
leyó lo que escribí.
- No te preocupes,
cariño, mañana iré a hablar con ella.
Patricia aún no
sabía ni hablar cuando comenzó a sufrir esos episodios. La primera vez, acababa
de cumplir dos años, mostró un lápiz a su madre de forma insistente. Laura
entendió que quería garabatear y le pasó una hoja en blanco. Se sorprendió al
ver que escribía palabras, con mala letra, pero comprensibles.
Cuando al día
siguiente acudió al colegio para conversar con la profesora le dijeron que no
podría recibirla, pues había sufrido un accidente. Estaba hospitalizada, grave,
así que una nueva docente se haría cargo del curso y podría responder a sus
inquietudes en cuanto conociera y se pusiera al día con los alumnos.
Solicitó entonces ver
el examen que su hija había hecho el día anterior. Se negaron a entregárselo,
pero su porfía la llevó al despacho del director y logró que éste le mostrara
la prueba. Cuando la tuvo en su mano, confirmó sus sospechas: no había
respondido a ninguna de las preguntas planteadas; con esa letra ajena, pero ya
no extraña, había llenado la página repitiendo una frase: “No uses el coche
hoy”.
- Mala letra, mala
nota –murmuró sin que su rostro pudiera disimular su desazón.
- Perdón, ¿qué ha
dicho? –le preguntó el director.
- No, nada… Lamento
que no sepamos ver más allá de las apariencias. Su profesora estaría mejor si
se hubiera tomado la molestia de leer –señaló mientras le devolvía la hoja.
Que le den a la vaga de la profesora.
ResponderEliminarPor perra gandula.
Besos.
Hay cada colega por ahí...
ResponderEliminarSin contar que la niña era de esas raritas que tienen visiones y todo,
y que podía haberse cargado a la profe directamente.
Vaya tela.
Besos, linda.
Lo que no se te ocurra a ti.
¡Joder, con la niña! Se llamaba Carrie, ¿no? :)
ResponderEliminarBss
Bueno, muy bueno el post. Me lo apunto. De ahora en adelante no dejaré de leer ni una sola palabra de lo que escriben mis alumnos.
ResponderEliminarUn saludo.
Un beso, lindo relato. Un abrazo.
ResponderEliminarEspero no encontrarme nunca con una de esas niñas, jsjsj muy buen texto como siempre. Besos.
ResponderEliminarPillina jajajajaja la niña y la profesora un horror.
ResponderEliminarMe gustan tus post ingeniosos y debo decirte que tus comentarios en mi Blog son siempre acertados, como que supieras lo que siento.
Un abrazo grandeeeeeeeeeeeeeeeee.
mar
Una extraterrestre se ha apropiado del cuerpo y la mente de la niña, y por medio de ella está dejando mensajes cifrados a los humanos, de que no deben tener temor, pues ellos vienen en son de paz y con nuevas energías para conseguir la elevación espiritual de la humanidad, ante la cercanía del Apocalipsis y el Juicio Final.
ResponderEliminarun abrazo
Muy bueno tu relato Alís. Gracias por dejar tu huella. Un beso.
ResponderEliminarMuy lindo relato, con cierta tensión hasta el fin.
ResponderEliminarai, que conto tan desacougante!
ResponderEliminarestá moi ben.
¡Madre mía con la niñita! y más aún... ¡madre mía con el pedazo de profesora!
ResponderEliminarVerdaderamente hay veces que un poco de consideración evitaría muchos problemas, en este caso ver lo que había escrito la niña le hubiese ahorrado un accidente ¿o no? Porque no hubiese hecho caso a la niña. Una entrada estupenda. Un abrazo.
ResponderEliminarIgnorar por ignorar nunca ha sido buen presagio. Ni hablar, "sobre aviso no hay engaño" dicen por ahi.
ResponderEliminarMe habria gustado ser como Patricia, entonces le habria puesto a mis profesores: Si me repruebas te vas a morir ahogado en el inodoro XD
Besote!
¿Has sentido alguna vez que habitas en un enjambre?
ResponderEliminarEsa niña tiene superpoderes!!!
ResponderEliminarLo que necesita es alguien que sepa verlos, si no, será una infeliz hasta que sea ella la que se comprenda a si misma.
Besotes muchos
Toro Salvaje: Se lo ganó, es verdad. Besos.
ResponderEliminarLa Zarzamora: El entorno me ayuda a sacar ideas. Esta vez fue una frase de mi hija mayor (la del título). Besos, Eva.
De barro y luz: Patricia Carrie, sí. ¿Cómo lo supiste? Besos
Miguel: No lo hagas. Se encuentras auténticas joyas. Un abrazo.
ResponderEliminarAmapola Azzul: Muchas gracias. Un abrazo.
Idana: Al contrario, mejor encontrarse con una que pueda avisarnos de los peligros. Besos.
Mar: Gracias. No es que sepa lo que sientes, sino que tú nos lo dices y a menudo coincido contigo. Un besote.
ResponderEliminarLucrecia Borgia: Jajajaja, no sé yo si los extraterrestres vienen realmente en son de paz. Un abrazo.
Maruja: Muchas gracias. Un beso.
Eduardo Mancilla: Muchas gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarZeltia: Pois si escoitaras as historias que inventa a miña filla cando xoga soa, isto non cho parecería tanto. Bicos.
Camaleona: Sí, la profesora da más miedo que la niña. Besos.
Lola: Quizá no le hubiera hecho caso, pero lo habría tenido presente. Bueno, creo yo. Muchas gracias y bienvenida. Un abrazo.
ResponderEliminarSyd: Eso más que una premonición parece una amenaza en toda regla, jajaja. Me alegra verte de nuevo por aquí. Un beso.
Anual bolaños: La verdad es que no.
Virgi: Con los años aprenderá a manejarlo, supongo. Besotes.
O sea que al final suspendió.
ResponderEliminarAlgún punto me han quitado por la letra pero que satisfacción más grande pensar que ha pasado de ti el profesor y por eso se ha dado una buena hostia. Jeje.
Mi lado maléfico.
Bubo: Todos tenemos algo (o mucho) de ese lado maléfico. Otra cosa es que nos atrevamos a confesarlo. Un abrazo.
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