inocente
adjetivo · nombre común
1.
[persona] Que está libre de culpa o de pecado.
"el jurado lo declaró inocente"
2.
Que no tiene malicia, mala intención o picardía.
"broma inocente"
“El lenguaje no es inocente” es probablemente la frase que más recuerdo de nuestra mentora (entre otras muchas). Me gusta porque me mantiene en un terreno más cómodo, el lenguaje. Y porque me invita a explorar todo lo que hay detrás de lo que decimos. También de lo que callamos.
La frase me gustó siempre tanto que no me la cuestionaba. ¡Era un hecho! Pero el recuerdo me encontró juguetona. Me detengo en cada palabra e inicio el recorrido de vuelta deteniéndome: inocente. Busco el significado en el diccionario. Y todo calza. Eso significa que, sea inconsciente o conscientemente, el lenguaje carga también nuestra mochila.
Lo que decimos (y pensamos) nace de nuestra culpa y pecados, pero también de nuestra satisfacción y dones. Nace de nuestra historia, de los recuerdos tatuados en la memoria con la tinta desteñida; y de los heredados, que viajan en cajas cerradas de generación en generación, de trastero en trastero: no sirven para nada, pero ocupan espacio.
Lo que decimos (y lo que callamos) nace también de nuestro futuro, de nuestras ganas o sueños. Y adquiere intención, algunas veces mala (¿qué será mala?). Aparece pícaro. Para bien y para mal. Contribuye al futuro que creamos, sumando o restando, enfocando o distrayendo, según lo que vamos sintiendo en este presente tan descuidado.
Por eso conviene tener presente que el lenguaje no es inocente.
Y al final, sin haberlo deseado me ha salido un pareado, jajajaja. Lo dejé porque me reí mucho.
ResponderEliminar;)
Los misterios de la inspiración, una inesperada métrica.
ResponderEliminarEstá bien deshacerse de la inocencia en el lenguaje, para la picardía, malicia.
Besos.
Demiurgo, al menos ser conscientes de que no lo es, de que nos develamos en él.
EliminarBesos
El lenguaje nunca es inocente, porque en la forma de incorporarlo por cada persona se esconde una forma de comprender al mundo.
ResponderEliminarSaludos
Francesc, exactamente a eso me refiero, nace de quien estamos siendo, de cómo observamos el mundo, de nuestra subjetividad (la consciente y la inconsciente)...
EliminarUn abrazo
Buenos días Alís. No conocía este dicho, pero estoy con él, desde luego que no es inocente, comete muchos fallos, inocentadas etc....El lenguaje es inmenso, está en muchas bocas. Feliz semana. Un beso
ResponderEliminarCarmen, también cuando "acierta" lo hace desde esa falta de inocencia. Y cuando digo que no es inocente no lo estoy juzgando, ni mucho menos condenando. Es sólo que cuando lo usamos no podemos desprenderlo de quien somos.
EliminarBesos
Las bofetadas del lenguaje pueden hacer mucho daño, y en cualquier caso perduran más tiempo. Incluso si se propinan de forma inocente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Julio Alcalá, el lenguaje carece de esa inocencia tanto para las bofetadas como para las caricias. El lenguaje que usamos está cargado de quien somos.
EliminarUn abrazo
Una frase memorable Alís.
ResponderEliminar"...de los recuerdos tatuados en la memoria con la tinta desteñida; y de los heredados, que viajan en cajas cerradas de generación en generación, de trastero en trastero: no sirven para nada, pero ocupan espacio."
Fuerte abrazo.
Ernesto, muchas gracias. Me gusta esa parte que traes, dentro de lo poco que suele gustarme lo que escribo.
EliminarUn abrazo grande ;)
Nada en manos del ser humano lo es.
ResponderEliminarCabrónidas, intuyo algo de pesimismo en tu reflexión. Pese a ello, estoy de acuerdo, y sin condenas, es que lo que hacemos/decimos está teñido de quien somos
EliminarUn abrazo
El lenguaje es lo menos inocente que poseemos en él siempre hay una doble interpretación , no es que él en sí no sea inocente es la mente que lo interpreta. Muy bueno . Un beso, Alis.
ResponderEliminarCampirela, y si sumamos además que quien escucha también lo hace desde el observador que es, ya se complica todo, jajaja. Sólo siendo conscientes y conversando podemos acortar esa brecha que se crea entre lo que digo, lo que quiero decir, lo que escuchas y lo que crees escuchar.
EliminarBesos
Lo he tenido siempre muy claro, la inocencia en el lenguaje como mucho esta en los peques una vez que empiezas a crecer se va complicando ese maravilloso instrumento.
ResponderEliminarBesos
Erik, es que se va llenando de nuestras experiencias, creencias, mandatos, discursos, deseos..., de lo que aprendimos a decir y lo que aprendimos a callar...
EliminarBeso
Seguro que es así.
ResponderEliminarLas palabras y cómo las usamos pueden predeterminar nuestros pensamientos y acciones.
Besos.
Y viceversa, Xavi. No creo que sea malo en sí mismo, pero sí que conviene tenerlo presente. Algún malentendido podríamos ahorrarnos.
EliminarBesos
A mí me parece que el pobre lenguaje es absolutamente inocente, porque somos los que lo utilizamos quienes lo mantenemos en esa inocencia o lo alejamos de ella. A veces incluso no somos nosotros, sino quienes nos lo interpretan.
ResponderEliminarVaya estúpida obviedad que he soltado, pero es lo primero que se me ha ocurrido, jamía.
Besos.
Macondo, el lenguaje en sí mismo sí, obvio. No es más que una herramienta, preciosa, pero herramienta al fin y al cabo. Cuando hablo del lenguaje me refiero al que utilizamos. Y, como dices, a cómo lo usamos se suma cómo lo usa quien nos escucha/lee.
EliminarA veces lo obvio es lo más invisible. A mí me parece muy interesante lo que traes, porque cuando me comunico con alguien debo tener presente que yo hablo desde quien soy y que quien me escucha lo hace desde quien es, y ahí comienza a complicarse la cosa si no lo tenemos presente.
Besos
Hola, Alís:
ResponderEliminarcomo el lenguaje es creación humana, creo que al igual que nosotros, sirve para lo mejor y para lo peor.
Salu2 inocentes.
Dyhego, absolutamente de acuerdo contigo. Y en ambas opciones, lo usamos desde quien somos, porque no podemos desprendernos de la persona que somos en lo que hacemos.
EliminarBesos
Inocente también es el que se desconoce, pero las palabras, sin que lo pretenda el inocente, lo revelan. La cosa es saber leerlas...
ResponderEliminarUn abrazo Alís
Loles, de eso habla este texto. El lenguaje nos devela, a través de él podemos descubrirnos más allá de lo que imaginamos. Saber leer esas señales es una buena herramienta para conocernos mejor.
EliminarUn abrazo
Ni somos nosotros inocentes, ni nuestro idiolecto. Cargamos con experiencias que avivan nuestro subconsciente, tanto que a nosotros nos pasan desapercibidas
ResponderEliminarmuchas de las emociones que provocan nuestras palabras y que sin embargo
dejan al desnudo nuestras más profundas intenciones. nuestros prejuicios y deseos solapados.
Un beso.
Ilduara, has traducido perfectamente la intención de este texto. A menudo me intuyes tan bien!
EliminarBicos
Pues me apunto la frase, aunque yo creo que el lenguaje sí es inocente, somos nosotros los que le damos un significado.
ResponderEliminarMuy feliz martes.
Marigem, obvio, pobre lenguaje. En sí mismo es un regalo para poder comunicarnos. Me refiero a cómo lo usamos, el lenguaje en sí mismo no tiene intenciones... Y aún así ya viene cargado de discursos culturales. ¿Por qué, si no, hay palabras en algunos idiomas que no tienen traducción exacta? Ahí me quedo pensando, jaja
EliminarBesos
Todo depende de la utilidad que le demos. Es nuestra la potestad de convertirlo; por lo que, en el momento nace, ya está corrompido, para bien o para mal.
ResponderEliminarMuy bueno y reflexivo, Alís.
Abrazo grande 💙
Ginebra, tienes razón. Lo que reflexionaba yo es que aún cuando creemos que al usarlo no le ponemos intención o alguna "carga" personal, igual la lleva. Y la que es inconsciente más nos devela. Yo creo que no existe la objetividad, incluso si sólo narro hechos. En cuáles elijo y en la manera u orden en que los cuento ya aparezco.
EliminarMuchas gracias
Abrazo
Las palabras se pueden entender de diferentes maneras, por lo que debemos usarlas con mucho cuidado. La fragilidad de las palabras tienen la alma sensible!...
ResponderEliminarUn beso para ti Alis, en este Día de la Mujer... hoy y siempre!
A.S., y yo creo que una forma de usarlas con cuidado es ir verificando qué entiendes de lo que digo, asegurándome de que escuchas lo que quiero decir... Y también mirando cómo lo uso, qué aparece de mí en la forma en que uso el lenguaje
EliminarMuchas gracias
Beijos
recuerdo leer el libro de los 4 acuerdos toltecas y uno de los acuerdos dice: "sé impecable con las palabras". Creo que es una frase que tendríamos que tener en cuenta siempre. Se puede herir mucho con la palabra,pero,también se sana y se restaura.
ResponderEliminarUn besazo.
Amén.
Eliminarlunaroja, estoy muy de acuerdo contigo. E incluso en esa impecabilidad el lenguaje devela quiénes somos.
EliminarPor cierto, cuando digo que no es inocente no lo estoy declarando culpable de nada. No hay culpas, sólo la evidencia de que nos mostramos tanto a través de lo que decimos como de lo que callamos.
Beso grande
Una palabra puede ser una hoja afilada... Algunas son dagas.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz noche, Alis ❤️
Auroratris, puede ser la palabra, el tono y, sobre todo, la intención. Aunque mi reflexión no era sólo por las palabras ofensivas, sino que me refiero a todo lo que decimos y también a lo que callamos, a lo que pensamos, a lo que sentimos... todo, absolutamente todo nos devela.
EliminarBesitos
Ahora mismo, sin pensarlo mucho, yo creo que quien no es inocente es quien utiliza el lenguaje, que al fin y al cabo solo dice lo que nosotros queremos que diga.
ResponderEliminarBesos.
Devoradora, y a veces también dice de nosotros lo que queremos ocultar, pero se manifiesta de todas maneras. Y sí, claro, no es el lenguaje en sí, me refiero a cómo lo usamos, a que muestra quiénes somos.
EliminarBesos
Si la inocencia es dudosa en general en la vida imagina el lenguaje. No solo no es nada inocente -sí puede ser en ocasiones ingenuo, pero es otra cosa- sino que puede jugar, de hecho juega, papeles francamente extremos y nada constructivos.
ResponderEliminarTe recomiendo la obra de Victor Klemperer, y sus trabajos sobre la LTI, es magistral:
https://www.nuevarevista.net/victor-klemperer-lti-la-lengua-del-tercer-reich/
Salud y temple.
Fackel, no era mi intención criminalizar el lenguaje en sí, ni referirme sólo a cuando su uso es manipulador u ofensivo. Ahí cambiaría el "no es inocente" por un "es culpable". No era mi intención en esta reflexión, no lo estoy acusando de nada, sólo quería sacar de la transparencia (al menos para mí) que aparecemos tal cual somos en lo que decimos y callamos, incluso cuando hacemos esfuerzos por disimular. Esa intención ya estaría dando mucha información sobre nosotros mismos.
EliminarGracias por el enlace. Cuando entré encontré la página en mantenimiento, pero volveré. Se ve interesante.
Besos
Pues sí, supongo que en el momento en que nos lo apropiamos lo despojamos de su inocencia.
ResponderEliminarA veces llegan las rimas solas, jaja.
Abrazos
Gilo, es que en el momento en que nos lo apropiamos le transmitimos nuestras características, nuestras intenciones, nuestras creencias... lo volvemos parte de nosotros y habla de nosotros tanto o más como de lo que queremos transmitir
EliminarUn abrazo
Pero, ¿por qué culpables? Si somos lo que hacemos y decimos. Saludos y feliz conmemoración de la Mujer.
ResponderEliminarGuillermo, no lo he llamado culpable, sólo digo que no es inocente. Y quiero creer, como gallega que soy, que entre inocente y culpable hay muchos matices. Debe ser por lo mismo que en algunos países los jueces declaran a alguien "no culpable" en lugar de "inocente".
EliminarY precisamente porque somos lo que hacemos y decimos, lo que hacemos y decimos nos devela frente a los demás y frente a nosotros mismos, si queremos usarlo para descubrirnos.
Un abrazo
El lenguaje es la expresión de lo que pensamos bueno o malo , luego tiene perversidad también. Por eso aquello de cuídate de la lengua de esa víbora. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCarlos Augusto, jajaja, sin llegar a la lengua de víbora, como dices el lenguaje es expresión de lo que pensamos y desde ahí nos muestra quienes somos si estamos dispuestos a mirar, no sólo lo que sabemos que somos, sino también lo que somos sin saberlo. Parece que me enredé un poco, pero espero que pueda entenderse lo que quiero decir, jeje
EliminarUn abrazo
Totalmente de acuerdo. Dicho de otra manera, las palabras crean realidades. Confirmo eso de que lo que pensamos lo atraemos, pero ahí entramos en otra interesante área de discusión: se requiere el lenguaje para recrear las ideas en la mente, o son los pensamientos los que crean palabras?
ResponderEliminarBeso
Nocturno, tiene tantas aristas que explorar el lenguaje lo vuelve absolutamente fascinante, al menos para mí. Para no dejar de hablar, jajaja
EliminarBeso
Una vez escribí que el lengua forma parte de nuestro adn. Y según en qué etapas va "hormonándose" o perdiendo inmunidad...
ResponderEliminarBesos, Alís.
También creo que forma parte de nuestro ADN. De hecho, algo nos condiciona ya nacer en un idioma o en otro. El idioma está cargado de discursos culturales e históricos que llevamos puestos a menudo sin ser conscientes.
EliminarBesos, Eva
Gran reflexión. El lenguaje es don, pero también una trampa, equilibrio o desbandada, expresión o represión. Aunque cada uno tiene su lenguaje y lo cambia según la emoción que lo embarga. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, RosaMaría. El lenguaje es todo eso que dices y más. Lo que nos queda es ir tomando conciencia de ello, aunque tiendo a pensar que es inabarcable.
EliminarBienvenida al blog
Un abrazo