Nos gustó el nombre de la inmobiliaria, Samaín, lejos de los anglicismos tan de moda. Nos gustó aún más el piso cuando lo visitamos: amplio, con sus techos altos, espacios renovados en los baños y la cocina, pero manteniendo los suelos de un siglo atrás. Y su ubicación: un edificio señorial en el centro de la ciudad, con un precio que estaba dentro de nuestro presupuesto. Tomamos la decisión al instante.
Fue después de que llegaron nuestros muebles, tras un par de meses de viaje ultramarino, que comenzaron a suceder esos fenómenos extraños. Primero fueron los sonidos en el salón durante las noches, sobre todo el palo de lluvia, que parecía cobrar vida.
Después fueron las caras que aparecían en la ventana cuando éstas se empañaban en los días lluviosos. O aquella chaqueta que apareció colgada en un armario, aún con la etiqueta marcando un precio que nos remontaba a otras épocas: 3 pesetas.
Cuando en nuestro baño apareció un cepillo de dientes que ni nuestras hijas ni nosotros reconocimos como propio decidí ir a presentar un reclamo en la agencia. Llevábamos apenas seis meses en el piso y no queríamos que estos sucesos fueran a más y se volvieran incluso peligrosos.
- ¿Eso pasó en vuestro piso? No puede ser. Tiene que haber un error. Déjame mirar.
La empleada no pareció sorprendida por lo que le contaba, más bien por el hecho de que nos estuviera ocurriendo a nosotros. Yo no comprendía nada.
- Efectivamente, os pido disculpas, ha habido un error. Los fantasmas no debían haber entrado a vuestra vivienda, sino a la de enfrente, que tiene inquilinos de renta antigua. Lamentamos los inconvenientes. No os preocupéis, no tenéis nada que temer. Eso se acaba ya. Y como compensación, tenéis un mes gratis.
El regalo de compensación me pareció lo suficientemente atractivo como para no pedir más explicaciones. Y el hecho es que desde ese momento no ha ocurrido nada fuera de lo normal. Volvió la calma al hogar. El edificio volvió a ser el lugar tranquilo que nos pareció al inicio.
Salvo por los ruidos de hoy: los vecinos de enfrente se mudaron.