¿Qué queda de mí en los lugares en los que fui y ya no estoy?
¿El vacío? ¿Un alivio? ¿Un tibio recuerdo? ¿O el más frío de los olvidos?
¿Me recuerda el atardecer?
¿Echa de menos la Luna las palabras de amor que me inspiraba?
¿Buscan las Pléyades mi mirada con el mismo afán con que yo las rastreaba?
¿Cuál es la sensación que acompaña a mi nombre cuando éste aparece de repente en la memoria de quienes quise? ¿Qué emociones hablan de mí y de mi paso por sus vidas?
¿Qué queda de mí en los lugares en que fui y ya no estoy que siga pudiendo sembrar?
¿Qué queda de mí en los lugares en que fui y ya no estoy que perdí para siempre?
¿Qué queda de mí en este enésimo inicio?
¿Qué queda de mí?
Eres el resultado de todas las que fuiste, el eco de tu sombra, lo que permanece de ti en todo y todos los que habitaste.
ResponderEliminarUn beso.
Un rastro de preguntas.
ResponderEliminarBesos.
A veces nos sentimos perdidos. Te mando un beso.
ResponderEliminarCierto. Que queda de cada paso que hemos dado.
ResponderEliminarParece que esos rastros y testimonios solo quedan en nuestra mente. Se vuelven memorias, recuerdos.
Yo creo que algún buen rastro vas dejando a tu paso. No tienes más que ver la cantidad de respuestas que enseguida has tenido de los seguidores que te echábamos de menos el tiempo que has faltado.
ResponderEliminarBesos.
Quizás, desde un plano menos poético, pero es una pregunta que también me he formulado y no solo formulado. También he buscado y encontrado respuestas. Y he podido ver cuanto de frágil tienen las relaciones. Más allá de la familia y no toda, lo demás, tiene fechas de caducidad muy cercanas. Pero también pienso que quizás esté bien que sea así. Al fin y al cabo la impermanencia lo abarca todo.
ResponderEliminarEntregas de ti lo mejor y sin pretenderlo vas sembrando en cada rincón, en cada lugar, en cada persona que se cruza en tu vida, momentos de felicidad, aprendizaje, experiencia y gratos recuerdos,
ResponderEliminarTe echan de menos… la luna cuando no la versas, las Pléyades cuando no las buscas, y también te extrañan los lugares por donde anduviste, pues ya no son lo mismo sin ti.
Te extrañan aquellos que al escuchar tu nombre te evocan (por sensible, por honesta, por talentosa, por estricta, por intensa, por creativa o por mil cosas más… pero, tú nunca vivirás en el olvido)
Con decirte que, te extraño yo, aunque nunca nos cruzamos en la vida. Entonces… ¿Cómo no te han de echar de menos los que sí disfrutaron de tu compañía y compartieron el suelo que pisaste?
Autora, acepta lo que te digo… lo que queda de ti, siempre es lo mejor. Y por ello, eres tan necesaria como inolvidable.
Doy fe de ello.
Soólo los recuerdos de tus seres queridos. Un beso
ResponderEliminarTodos dejamos un rastro por donde habitamos y pasamos. Y todos deseamos ser recordados con el paso del tiempo. Otra cosa muy distinta es que ese recuerdo sea compartido y ese lugar al que un día pertenecimos y esas personas a las que conocimos, también nos recuerden. Quizá nunca llegaremos a saberlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llegará un día que solo quedarán nuestros blogs. Y nadie, nadie los visitará.
ResponderEliminarAlís, con la profundidad de siempre...
ResponderEliminarDe la colección de interrogantes, sólo me siento aludido en la sexta. :)))))
Abrazos.
Estoy segura de que aquellos lugares donde fuimos felices quedará la alegría impregnada en las paredes, y si hubo desgracias el dolor.
ResponderEliminarSomos energía y como tal dejamos siempre huella.
Un besazo, feliz domingo.
Muchas preguntas de difíciles respuestas.
ResponderEliminar¿Qué queda de mí?
¿Quién lo sabe?
Preguntas de difícil respuesta.
ResponderEliminarTal vez quede algún rastro de la presencia, de los lugares en que se estuvo.
Como verdad poética, diría que sí a tus preguntas.
Besos.
LO que fuimos y que nunca volveremos a ser... mudamos eternamente, hasta de cuerpos, pensé tal vez en otras vidas,en los ciclos de vida-muerte, y la huella indeleble del alma.
ResponderEliminarPrecioso.,
Una bella y profunda reflexión sobre todo aquello que hemos habitado y lo que dejamos en aquellas personas que hemos conocido. Con un tono introspectivo nos invitas a considerar lo de cada uno, ya que como humanos tenemos mucho en común.
ResponderEliminarTodo lo vivido deja una marca, me gustó mucho eso de poner a la naturaleza como un testigo importante ya que se trata de una presencia permanente a lo largo de la vida.
Seguramente queda mucho de vos en todo aquello que habitaste y en las personas de tu entorno. Pero es válido cuestionarse.
Te dejo un abrazo.
Preguntas y más preguntas. Basta una sola de ellas y sabremos quiénes somos en realidad. Un abrazo te dejo en medio de ese infinito preguntar.
ResponderEliminarPareces yo.
ResponderEliminarQué queda de todo lo que sentimos alguna vez?
Recuerdos mutando?
Una pena cada vez que miro hacia atrás.
Qué será de todos los que fuimos?
Uffffffff
Queda el recuerdo en los te aman... ¿y qué más? ¿la esencia? seguramente de igual si queda...
ResponderEliminarPoética melancolía, Alís, a juego con este otoño... Besos
Está bien preguntarse. Más incierto obtener respuestas.
ResponderEliminarTantas preguntas, por cierto, revelan incertidumbre. A veces dudamos de las múltiples realidades que viven en nuestro interior. Y esto siempre da lugar a un dogmatismo kantiano cuyo origen desconocemos. Todo cambia constantemente. La verdad de hoy podría ser otra realidad mañana. No es fácil entender el mundo y la vida, querida amiga!
ResponderEliminarBesos!
No es que queda de ti en ellos. Es que queda de ellos en ti.
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