Mis hijas se
parecen a su padre. Físicamente no hay ningún rasgo que las vincule conmigo. Es
algo que he tenido que asumir: la genética paterna fue más fuerte que la mía.
Sin embargo, según van creciendo y mostrando su carácter, ya encuentro en ellas
características mías. Una de ellas es la percepción, o la intuición, que según
algunos no es más que otra prueba de que soy una bruja. Supongo que lo comentan
con cariño (si no, tendré que preparar algún conjuro ejemplarizante).
Mi hija mayor
demostró pronto sus dotes. Cuando apenas empezaba a hablar nos hacía
advertencias y vaticinios que luego se cumplían. Y siempre nos lo recordaba con
un “¿ves?, te lo dije” lleno de satisfacción. Confieso que en alguna ocasión me
dio miedo y todavía espero que alguno de sus anuncios para los próximos años no
se cumpla.
Las pequeñas, con
sólo dos años, manifiestan ser perceptivas con sus reacciones ante las
personas. Con algunas interactúan felices como si las conocieran de toda la
vida aunque las vean por primera vez, y con otras se defienden con mirada de
desconfianza y distancia. Cuando observo a quienes generan esa respuesta, a
menudo son seres con malas vibraciones. O así me lo parece.
Ahora que empiezan
a hablar, las mellizas también sorprenden con sus comentarios. Tenemos que
esmerarnos en traducir sus declaraciones para evitar problemas, a veces
fielmente y otras veces disfrazando sus palabras.
La semana pasada,
Violeta jugaba en el parque. De repente, se quedó mirando a una vecina que
estaba de pie frente a ella y señalándola empezó a gritar: “Puta, puta, puta”.
Yo no sabía qué
hacer ni qué explicaciones dar. Se oía perfectamente lo que decía Violeta,
porque todos los demás nos quedamos en silencio, sorprendidos. De repente, de
detrás de la señora apareció una mariposa revoloteando, a la que mi hija
persiguió gritándole: “Puta, puta, puta. Mira, mamá, una puta”.
PD: Dedico este
texto a mi hija Violeta, que llama puta a las mariposas. (A la chirimoya la
llama poya, de lo que deduzco que a las mariposas les gusta la chirimoya).
Mariposas y chirimoyas ……… excelente texto.
ResponderEliminarVaya con violeta,
ResponderEliminartienes que decirle
que la mariposa tiene
en gallego un nombre
precioso parecido al suyo
"bolboreta". Seguro que no se le olvida.
Muchos besos Alís para ti
y para tus niñas.
jajajjajaj que linda!!!
ResponderEliminarY la señora capaz era una puta porque no dijo nada jajajjajaja.
Yo, también tengo intuición y mis hijas se parecen a su papá ...pero lo bueno es que han heredado de cada uno lo mejor.
Besos amiga linda, muy bueno tu post.
Muackkkk, yo también adoro a mis dos hijas.
mar
Tenéis poderes ocultos.
ResponderEliminarYo lo sé.
Soy brujo.
Besos.
:) que momento!
ResponderEliminarSonrío.
ResponderEliminarA esa edad están para comérselas.
Y ya apunta maneras, como su mami.
Una hechicera, con embrujo.
No sé por qué siempre les da por retener palabrujas para sacarnos los colores...
Un beso grande, Alís.
Jajajajaja
ResponderEliminarMe encantan esas salidas de las babys, son geniales. Y me encanta saberte rescatando momentos que compartir.
Un besazo y gracias por regar mis plantas, Lady Alis.
Nos las hacen pasar putas
ResponderEliminar:)
Los niños, muchas veces, nos sorprenden con expresiones inesperadas y en público, que nos provocan confusión y azoramiento.
ResponderEliminarEn mi caso me ha ocurrido con mi hijo en alguna reunión familiar, donde escucha hablar en italiano, calabrés, español y también francés y luego, de improviso, suelta un exabrupto que deja a todos mudos y se hace mas notorio.
Moraleja: cuida el lenguaje delante de las niñas... ;-)
besos
Os nenos (sen estar borrachos) sempre din a verdade. Incluso ás bolboretas!
ResponderEliminarBicos
Te ha quedado de fr(p)uta madre el final :)
ResponderEliminarBss
¿Te fijaste si la mariposa llevaba zapatos de tacón y bolso de charol rojo?
Vaia, eu pensei que falaba dunha pelota.
ResponderEliminarOs nenos métennos en compromisos muitas veces.
La nieta de mi madrina solía tener ese tipo de contestaciones. Nunca he visto a nadie con ese tono escarlata en la cara como el día que entramos en el mercado y la niña comenzó a señalar señoras y gritar la misma palabra.
ResponderEliminar¡Ah, la limpieza de la infancia! Quien pudiera volver a tenerla.
ResponderEliminarBesos, Alís, besos.
Pois Violeta rima con bolboreta ;-)
ResponderEliminarBicos dende o outro lado das montañas.
Todas las mujeres tenéis algo especial. Para mí sois seres celestiales.
ResponderEliminarEl relato me ha gustado, es puro y ligero como las mariposas.
Un saludo.
Idana: Muchísimas gracias. Y bienvenida. Espero volver a verte por aquí (por casa ya sé que sí). Un beso.
ResponderEliminarMarisa: A saber qué palabra sacará de intentar decir bolboreta, aunque se me ocurren algunas opciones. En todo caso, también la aprenderá. Biquiños.
Mar: Es genial observar la mezcla que conforma a nuestros hijos, ¿verdad? Besitos.
Toro Salvaje: No creas, ni tan ocultos. Y sí, ya me di cuenta de tu capacidad para embrujar. Besos.
ResponderEliminarZeltia: Y los que faltan por vivir!! Bicos.
La Zarzamora: En lo que sí se parece a la madre es en el carácter, y miedo me da. Un besazo, Eva
Lady Jones: Hay que escribir esos momentos, porque luego se olvidan. Sobre todo a ciertas edades. Es un gusto siempre verte, Lady, en tu casa y en la mía. Beso grande.
ResponderEliminarClaudia: Sí, y ahí nos gustaría ser mariposas para salir volando. Beso.
Lucrecia Borgia: Si lo cuido, lo cuido, pero cómo iba a pensar que no podía enseñarle a decir mariposa. Besos.
Chousa da Alcandra: Iso dillo ti á señora. Eu non me atrevo. Bicoss.
ResponderEliminarDe barro y luz: También hay que tener cuidado con las frutas, jajaja. Besos. (La mariposa iba desnuda. Apenas la cubrían sus alas blancas).
Paideleo: Coa pelota non cambia vocais e chámaa pota. Así lle decía antes ás bolboretas, pero supoño que cambiou a vocal para non confundilas con pelotas. Unha aperta.
Bubo: Lo peor es cuando te encuentras con una señora que se da por aludida. Por algo será. Besos.
ResponderEliminarVirgi: Cierto. Nosotras ya no podemos gritarle puta a una señora sin asegurarnos un grave problema. Besos.
Antón de Muros: Xa o aprenderá, seguro. Bicos.
Miguel: Somos celestiales, pero no siempre lo parecemos. Muchas gracias y bienvenido. Un abrazo.