Imagen: Joshua Hoffine
Cuando era niño, tuve por años un sueño recurrente. En él, mis padres me levantaban urgidos a mitad de la noche porque teníamos que escondernos. Flatza estaba en camino y no debía encontrarnos.
Yo no entendía qué pasaba, me limitaba a seguirles adormilado y me ocultaba con ellos, que temblorosos me contagiaban su temor. Poco después se escuchaban unos gruñidos y cómo unos pies se arrastraban por el pasillo de la casa. Flatza, un monstruo enorme, de color pardo y con grandes garras, descubría nuestro escondite y nos engullía.
Anoche desperté con
los gritos de mi hijo menor. Había tenido una pesadilla y lloraba
desconsoladamente. Su madre y yo intentamos calmarlo, le explicamos que los
monstruos no existen en realidad, que son miedos que tenemos en la vida y que
en los sueños adoptan formas monstruosas, pero no pueden hacernos nada. Sin
embargo, no había modo de tranquilizarlo y me quedé sin argumentos cuando entre
llantos gritó:
- Papá, ayúdame. Yo
no me quiero ir con Flatza.
Flatza soy yo.
ResponderEliminarVoy a por ti...
Hay miedos que se transmiten de padres a hijos, como las nanas o la alimentación.
ResponderEliminarY esos miedos hay que alejarlos pronto, de no querer tener que vivir con Flatza el resto de los días.
Besos, preciosa.
parece que Flatza ya forma parte de la familia...
ResponderEliminarbesos
El miedo puede llegar
ResponderEliminara atenazar el corazón,
vivir con miedo es como vivir encarcelado.
Debemos echar fuera a todos los
Flatza del mundo.
Un beso
¡Qué miedo! No me extraña que el niño tuviera miedo de ese monstruo. Yo, de pequeño también tenía mis monstruos "familiares" que me acechaban todas las noches de insomnio. Pero al final descubrí que eran inofensivos. Y de hecho, hoy ya no existen.
ResponderEliminarBesos.
Seguro que ha soñado antes con Flatza y se lo ha conquistado. Tendrás que invitarlo a casa alguna noche.
ResponderEliminarBesos besos
Es que los monstruos oníricos de la infancia...¡son hereditarios!
ResponderEliminarbss
En el hemisferio norte soñaría con Aztalf.
Eu nunca me escondería debaixo da cama, porque é xusto alí onde viven todos os Flatzas da galaxia.
ResponderEliminarBicos
Muy bueno. A juzgar por la perseverancia, yo tampoco me quiero ir con Flatza.
ResponderEliminarBeso grande
¿Hasta les contagiamos los sueños? Los miedos, digo.
ResponderEliminarAbrazo!
A veces ya es bastante jodido heredar un equis por ciento de la personalidad de tus progenitores y tener que cargar con eso el resto de tu vida. Tener que heredar sus miedos ya está mal, pero, ¡Heredar sus monstruos! Oh, es una verdadera desgracia.
ResponderEliminarMuy bueno, Alis. Muchos besos.
No parece muy lógico que en un planeta tan privilegiado reine el miedo. Yo tengo pesadillas con el ministro de hacienda.
ResponderEliminarbss
De pequeños más de uno hemos tenido pesadillas similares, con el tiempo se despejan como las brumas matutinas.
ResponderEliminarLa entrada está muy bien estructurada.
Besos sin miedos atávicos.
Que miedo...yo de niña también pase sustos, mi casa tenía persianas de madera y en la noche era tenebroso, no se veía nada y no sé por qué no nos dejaban dormir con la luz prendida!!!
ResponderEliminarBesos y abrazos y DULCES sueños para todos.
mar
No basta con heredar el ADN, tambien los temores..Yo tengo pesadillas con la economía de mis bolsillos.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno desde mis sueños.
Toro Salvaje: Me das tanto miedo que desde que me lo has dicho duermo como un angelito. ;-P Besos
ResponderEliminarLa Zarzamora: No sólo transmitimos a nuestros hijos vía genética. Con nuestras actitudes, a menudo inconscientes, les grabamos en el cerebro mucha información y no siempre buena. Besos, Eva.
Lucrecia Borgia: Pero no con todos los familiares nos llevamos bien. Besos.
Marisa: Es verdad que el miedo es un tipo de cárcel, de la que no es fácil salir, aunque no imposible. Biquiños.
ResponderEliminarMiguel: La mayoría de los monstruos que nos atormentan en la infancia se van desvaneciendo con los años, aunque no todos. Besos.
Virgi: El miedo alimenta a los monstruos. Si lo invita y se hacen amigos, seguro que desaparece. Besos.
De barro y luz: En el hemisferio norte sería Aztalf el que tendría miedo, ¿no? Besos.
ResponderEliminarChousa da Alcandra: Eu non me escondería debaixo da cama simplemente porque non dou entrado. Bicoss
Horacio: Flatza no parece la mejor compañía, desde luego. Gracias. Un beso grande.
Magah: Los sueños, no sé, pero los miedos seguro que sí, y la mayoría de ellos sin darnos cuenta. Un abrazo.
ResponderEliminarAntonio Misas: Los monstruos que heredamos de nuestros padres se manifiestan de diferentes maneras. Y seguro que heredamos más de uno. Gracias. Besos.
Steppenwolf: El ministro de Hacienda me parece más terrorífico que Flatza. Besos.
Nómada planetario: Algunos seguimos con pesadillas aunque hace tiempo ya que dejamos de ser niños. Muchas gracias. Besos valientes.
ResponderEliminarMar: Yo veía monstruos en las sombras que formaba mi ropa sobre la silla. En realidad, veía monstruos en todas partes. A veces aún los veo, pero ahora a plena luz del día. Besos y dulces sueños también para ti.
Pescador: La economía, sobre todo cuando anda regular, es un monstruo realmente terrorífico. Un abrazo
Nas infancias da miña familia Flatza é o "cocón"
ResponderEliminarclaro qeu, para cada un, o cocón adopta formas diferentes.
(un mesmo nome non necesariamente denomina a mesma cousa!)
ResponderEliminarZeltia: Tes razón. Todos temos medo (Flatza ou cocón), pero non ás mesmas cousas, aínda que ás veces sí se pasan os mesmos de pais a fillos. Bicos
Mi hijo no ha cogido mis miedos. Eso si, tiene la misma manía que su padre a su edad. Salir volando y empezar a surcar los cielos sin previo aviso.
ResponderEliminarBubo: No parece una mala manía ésa. Lástima que se pierda con los años. Un beso.
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