Fotografía: Alís Gómez
“No etoi”, dice
mientras coloca sobre sus ojos sus manitas que apenas los cubren y dejan asomar
por una orilla sus largas pestañas. Lo dice convencida de que ese simple gesto
la hace desaparecer, de que si ella no ve tampoco nadie puede verla, como si
toda su ternura pudiera ocultarse tras unas manos tan pequeñas.
La miro mientras le
pregunto dónde está y deseo volver a tener un año para creer con la misma
confianza que esconderse incluso de uno mismo es así de sencillo, que puedo
alejarme de la realidad con un simple gesto, que puedo espantar todos los
miedos, los dolores y las rabias en un segundo, que puedo borrarme por un rato,
y conmigo la angustia.
“No etoi”, repite,
ahora más alto porque quiere que la encuentre. Casi no puedo verla porque las
lágrimas me lo impiden. Y cierro los ojos con fuerza y los oculto tras las
palmas de mis manos, convencida de que esta vez lo lograré.
No estoy.
Ayyyyyyyyyyy Alísssssssss, que se te ha llenado de baba el post...
ResponderEliminar:)
Besos.
Encima de que les debemos la vida, nos quieren. Así son las madres.
ResponderEliminar;-)
Puedes, puedes...
ResponderEliminar¿Ves? Yo tampoco toi...
:-)
Besos, Alís.
Querida Alís:
ResponderEliminarNo creo que me recuerdes, pues hace ya mucho que no ando en estos mundos, pero soy Hugo Coopel ("Tontuna tras tontuna"). Allá por el 2011 seguía tu blog con mucho entusiasmo y cariño,y tú, el mío. Hoy he decidido echar la vista atrás y ver qué se me pasaba por la cabeza en aquellos tiempos y he vuelto a leer esos bonitos comentarios que me dejabas en cada entrada. Me seduce la idea de volver a escribir. Seguramente borre todas las entradas, edite aquellas que más me gustan y las vuelva a publicar con otras nuevas, aún no sé.Ahora me veo más maduro (he crecido, nunca he tenido la edad que contaban mis historias, como claro estaba...) y ya siendo universitario de verdad he dejado de tener faltas de ortografía (porque cómo escribía por aquel entonces... tela...).
Pues eso amiga, me alegra saber que sigues escribiendo (e igual de bien que lo hacías) me seguiré pasando por aquí y espero que en un futuro próximo puedas hacerlo tú por el mío.
Un bico e unha aperta.
Por alguna razón que nadie conoce, la naturaleza castiga a los niños haciéndolos crecer.
ResponderEliminarbesos
Yo lo hago hasta el día de hoy :)
ResponderEliminarBesos y abrazos, muy lindo tu post!!!!!
Que seamos niñas eternas aunque pase el tiempo.
mar
Las manos que nos ocultan, mientras crecemos, se van convirtiendo en eso que llaman autoengaño y que con ello, nos seguimos ocultando de la realidad cuando no queremos estar en ella. Nos ocupamos de no estar cuando no queremos sufrir, afrontar miedos y problemas como dices.
ResponderEliminarLas manos con las que no nos dejaremos de esconder nunca, las que muestran los niños, nos sirven para seguir estando cuerdos, para borrar todo eso que nos llevaría a la locura, y nos evitan sufrimiento. No estamos.
¡Enternecedor! Triste y... con un puntito de esperanza. Porque si no... va a ser difícil de seguir.
ResponderEliminar¡Qué ternura!
ResponderEliminarY..... ¡Ya toiiiiiiii! :)
Bss
Puede ser esa una manera de empezar a mirar de frente "lo que hay"… cerrando los ojos físicos, pero abriendo los ojos del alma poquito a poco… sin juicio, sin expectativas…
ResponderEliminarBesos
Ojalá pudiéramos conservar algo de esa pureza, querida Alís.
ResponderEliminarUn abrazote
Candosomos pequenos no "tamos" pero a vida apréndenos que hai que "tar" para o bo e o malo.
ResponderEliminar¡Bendita infancia! El poder de la infancia hace que el mundo sea mágico. Después, los años nos hacen ver que la realidad borra toda la magia...
ResponderEliminarUn beso.
Ese gesto refleja muy bien ese deseo. Y no es sólo por esa inocencia que a veces me hubiera gustado volver a la infancia.
ResponderEliminarAunque quisiera entonces vivir una vida distinta.
Me gusta mucho la foto :)
ResponderEliminarA maxia da infancia é así de marabillosa. Para que raio medraremos?
ResponderEliminarPrecioso texto Alis, dices con suavidad el dolor y la bronca e invitas a entender sin vueltas lo que significa querer desaparecer.
ResponderEliminarEs bello a pesar de todo, hay una vuelta que lo pone en el mismo lugar que empezó y lo completa.
Felicitaciones por el logro. Humilde opinión, claro.
Muy tierno tu texto.
ResponderEliminarNo podemos desaparecer tras las manos, el mundo de los adultos no es tan mágico como el de los niños, pero como ellos, también tenemos derecho a evadirnos y escapar, huir o escondernos cuando a uno no le apetece que el mundo siga dando vueltas. Y mañana será otro día y volveremos a jugar.
¡Muchos besos!
Toro Salvaje: Hiciste bien en percibir humedad, pero era de lágrimas, no de baba. :) Besos
ResponderEliminarFood and Drugs: Nadie nos querrá nunca más que ellas, aunque últimamente me ha tocado ver excepciones. Bicos.
La Zarzamora: Pues sigo intentándolo. A ver si en una de éstas... Gracias. Besos, Eva.
Clepot: Claro que te recuerdo!! Me alegra verte de nuevo. Así que hacías trampa, ¿eh? Pasé por tu casa y volveré con más calma, pero a ver si le prestas más atención, que hace tiempo que no actualizas. Bicos.
ResponderEliminarLucrecia Borgia: Algo malo habrán hecho, dirían algunos. Supongo que será para dejar sitio a los siguientes. Besos.
Mar: Yo lo intento, pero no consigo desaparecer por muchas ganas que tenga. Besitos.
Antonio Misas: Pues yo no lo consigo, finjo no estar, finjo que puedo ocultarme, incluso lo intento en serio... pero sigo estando y todas las circunstancias que me llevaban a esconderme también. Tal vez algún día lo logre. Besos.
ResponderEliminarBubo: Gracias. Me agarro a ese puntito de esperanza que, al menos hoy, buena falta me hace. Besos.
De barro y luz: Gracias. No dejes de estar. Besos.
Milena: Esa sería una buena alternativa. También lo voy a intentar. Besos.
ResponderEliminarVirgi: Lo más difícil de conservar, o a mí me parece así, es la inocencia, la candidez. Nos la van arrancando a palos. Besos.
Boris Estebitan: Bienvenido y gracias por tu visita. Un saludo.
Paideleo: Sí, xa se encarga ela de que non nos escaqueemos. Unha aperta.
ResponderEliminarMiguel: Menos mal que de vez en cuando nos da una pizquita de magia para que podamos aguantar el tirón, de no ser así no habría cuerpo que lo aguante. Besos.
Zeltia: Estos últimos días he sentido como nunca la necesidad de volver a la infancia, supongo que en busca de ese abrazo en el que te sientes a salvo de todo. Pero hay que tirar p´alante. Gracias, la foto completa es aún más bonita. Bicos.
Chousa da Alcandra: Si o pensas ben, verás que medrar tamén nos amosa situacións marabillosas que son impensabeis na infancia. Supoño que algo compensa. Bicoss.
ResponderEliminarMagah: Gracias. Siento que me has descubierto del todo. Un abrazo.
Rita: Por lo menos, tenemos derecho a intentarlo mientras seguimos esperando ese otro día. Besos.