“Soy amigo de
Lucas”. Lo dice con displicencia, sabiéndose dueño del derecho a permanecer
recostado en el sofá. Por supuesto, se queda. Como lo hace el que pasea
campechano por la cocina. “También soy amigo de Lucas”. Lo declara con su
caminata, su indiferencia.
Se volvió hábito.
A cualquier hora llegaban, se instalaban, descansaban o se alimentaban, y se
iban sin despedirse. Quizás porque nunca se iban del todo. A mí me gustaba
recibirlos porque veía a Lucas contento.
Así fue cómo
todos los gatos del barrio se vinieron a vivir aquí. Y me volví invitada en mi
propia casa.
waoo rodeada de gatos, increíbles animales muy bonitos aunque prefiero a los perros, ya me imagino lo que seria tener tantos en casa.
ResponderEliminarSaludos Alís que pases buen domingo
Jorge M, en realidad yo sólo vivo con un gato. El texto es una proyección posible a partir de un recuerdo en mi anterior casa, en la que sí recibíamos visitas de otros gatos, aunque nunca llegó a tanto, por suerte.
EliminarUn abrazo
Ese enseñoreo gatuno que se adueña de todos los espacios... ¡Yo también me sentiría como invitada! Un abrazo Alís
ResponderEliminarLoles, "enseñoreo" me parece una palabra perfecta para describir cómo entran los gatos. Y me encanta eso de ellos, tiene incluso algo de desfachatez, pero tan elegante que se les consiente, jaja.
EliminarUn abrazo
¿Has visto alguna vez a un gato meditando?
ResponderEliminarYo sí y además al lado de un perro Lasha Apso.
Son las mascotas de un amigo, budista él. El gato se llama "mani" y el perro "padme"
😊
Noxeus, no sé si meditando, pero el mío a veces parece un buda (sin intención de ofender a nadie). Me gustaría ver esa escena que relatas.
EliminarBicoss
😄
ResponderEliminarMuy simpático texto.
Todos los que yo he conocido han sido muy desconfiados y distantes pese a mis buenas intenciones.
Juncal, los animales son muy perceptivos de las emociones, seguro que algo acompaña a tus buenas intenciones.
Eliminar;)
Besos
Soy amigo de Lucas.
ResponderEliminarPuedo?
Jajajja
Xavi, claro que puedes. Por ser amigo de Lucas y por serlo mío.
Eliminar;)
Besos
Qué bueno. Si dicen Soy amigo de Lucas, se quedan :-)
ResponderEliminarUn abrazote
Albada, por demostrarlo. Ni siquiera necesitan decirlo, jaja.
EliminarUn abrazo grande
Seguro que a pesar de todo, a Lucas no le pides responsabilidades.
ResponderEliminarBesos.
Juan, si veo contento a Lucas ya me conformo.
EliminarBesos
Deduzco, por lo tanto, que tu casa dispone de una fluida gatera.
ResponderEliminarFackel, eso ocurría (no tanto) cuando podía vivir con las puertas abiertas.
EliminarBesos
A veces suele pasar eso, que de fuera vendrán que te echaran ....en este caso los gatos ocuparon parte del hogar. Un buen texto . Abrazos guapa.
ResponderEliminarCampirela, prefiero que los okupas sean gatos que personas, jeje. Muchas gracias.
EliminarBesitos
¡Qué bueno! Un final muy sorprendente. A mí me gustan los animales pero no sé si hasta ese punto...
ResponderEliminarUn abrazo grande
Rita, me alegro mucho que te sorprendiera. Ésa era la intención. Yo sé que, aunque me apasionan los gatos, no llegaría a ese punto.
EliminarBesos
Hummm.. me voy a Chile, ese hermoso y hermano País!
ResponderEliminarComo no tendo donde quedarme... soy amigo de Lucas!!
OK???
Unha aperta e un bico!
PDR, podría funcionar, pero tendrías que convertirte en gato, jajaja.
EliminarBeijos
Por los menos esos gatos, daban un motivo, una excusa. Y hacían feliz a uno de los suyos.
ResponderEliminarSuele pasar que loa gatos se meten en casas ajenas, sin dar explicaciones.
Besos.
Demiurgo, tampoco éstos daban muchas explicaciones, jajaja. Igual considero buena señal que se sintieran a gusto. Ellos eligen dónde estar.
EliminarBesos
Igual que me gustan tanto los felinos me gustó tu relato. No le piden permiso a nadie para hacer lo que les venga en gana y además, siendo amigos de Lucas y poniéndolo contento, el resto se cuenta solo.
ResponderEliminarBesos Alís.
Miguel, ¡quién fuera gato! ¿verdad? Y sí, poner contento a Lucas es un buen pasaporte.
EliminarBesos
Me hiciste reír con muchas ganas, porque de alguna forma tú también te conviertes en la (mejor) “amiga de Lucas”, pues en la práctica el gatito en mención es el amo y dueño de la casa.
ResponderEliminarGracias por la ocurrencia, te debo esta alegría.
¡Saludos!
Juan Carlos, me alegra mucho tu risa. Me gusta imaginarme como la mejor amiga de Lucas. Ojalá él piense lo mismo.
EliminarBesos
Me recuerda a Jimena que recorre a sus anchas un edificio.
ResponderEliminarUn beso.
Ilduara, me gusta ese nombre para una gata.
EliminarBicos
Tal te leía iba pensando en un gato, tal vez las huellas delatoras se adelantaron... pero sí, me suena eso, Alís, y especialmente... me encanta.
ResponderEliminarMil besitos con cariño, y feliz semana ♥
Auroratris, me costó elegir la foto, tuve incluso una disputa ética conmigo misma. No quería destapar el final, pero tampoco dirigir las lecturas en dirección contraria. Finalmente elegí ésta, sabiendo que puede ser delatora, jaja.
EliminarGracias
Besitos
Los gatos como estén a gusto se instalan y no se van.
ResponderEliminarBesos.
Amapola, siendo como son, pensar que se sienten a gusto en mi casa de agrada.
EliminarBesos
Oh me encanta! Suele suceder con los mininos no?
ResponderEliminarPrecioso y tierno relato!
me imagino la carita de la protagonista, resign{andose!
Un besazo.
Muchas gracias, lunaroja. La cara era más bien de perplejidad y admiración.
EliminarBeso grande
Así son y suelen no tener problemas con que permanezcas...
ResponderEliminarSabías que exactamente lo mismo le pasó a Amy Winhouse con los gatos de su vecindario en Camden Town en el norte de Londres?
carlos perrotti, no conocía la historia de Amy Winehouse con los gatos. Me alegra coincidir, aunque mi texto es sólo una exageración de la realidad.
EliminarMientras te dejen estar en casa...
ResponderEliminarBesos.
Alfred, ya no es poco ¿verdad?
EliminarBesos
Maravilloso. Siempre he sido fan total de esos felinos y más de uno me acompaño de peque.
ResponderEliminarEsta mañana fotografie una buena cantidad de ellos que suelo encontrar todas las mañanas en mis paseos.
Beso
Erik, y es que además de todo lo bueno que tienen, son bonitos de mirar (y les gusta posar).
EliminarBeso
Hablando de cierres... :))
ResponderEliminarMe reitero en una frase que leí no hace mucho: "Si tienes un gato, la mascota eres tú"
Bss
De barro y luz, me hace todo el sentido. Se lo contaré a Lucas para que me alimente, mientras yo juego o duermo.
EliminarBesos
La invitada que paga las cuentas, como corresponde.
ResponderEliminarSaludos,
J.
José A. García, con invitados así sí se puede, ¿verdad?
EliminarUn abrazo
Se sentía invitada en su casa porque también era amiga de Lucas.
ResponderEliminarBesos.
Macondo, eso le permitía seguir ahí...
EliminarBesos
Unos se irán pero llegaran otros, me encantan esos invitados. Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, mientras se vayan turnando...
EliminarUn abrazo grande
Ojo que de ahí a ser "la loca de los gatos" hay un solo paso eh! ja....
ResponderEliminarMe gustan y los perros más... saludos
JLO, me provocaste una carcajada, jajajaja. Mi hija mayor dice que en esta casa la loca de los gatos es ella y que nadie intente quitarle el título. Yo la dejo...
EliminarBesos
Me encanta los gatos, tienen algo especial, aunque ahora tengo dos perritos, lo primero que tuve fueron gatos, se fueron de forma dolorosa...
ResponderEliminarPuedo acompañarte a ti y a Lucas?
Un abrazo amiga desde mi cachito de mar
Carmen Silza, ya sabes que si eres amiga de Lucas, sí puedes.
EliminarBesitos
jajaja...terminò tierno!
ResponderEliminarno me resultaba tan simpático imaginar seres humanos tirados por ahí sin tu permiso!
Maga h, es cierto, la misma escena con seres humanos (¡¡yo llegué a imaginar adolescentes!!) pierde toda la ternura, y eso que los hechos y la actitud serían los mismos.
EliminarBesos
Imaginé adolescentes comodinos, al ver el final, son más comodinos todavía los gatos, jajajaja. A mí mi madre me hizo tenerles mala fe. No soy muy de animales, sabes.
ResponderEliminarAbrazos.
Gildardo, si alguna vez te decidieras por tener algún animal, te recomiendo un gato. Aman tanto su metro cuadrado que respetan el tuyo, hasta que os enamoráis y aprendéis a compartirlo.
EliminarUn abrazo
jajaja muy bueno. Sabes, al principio creía que eran amigos de algún hijo, jajaja porque mi casa a veces es así :))
ResponderEliminarBesos, Alís.
Carmela, ésa era la escena paralela según iba escribiendo, jajaja.
EliminarBesos
Un día vendrán a tu casa y serás un extraño en ella. ¡
ResponderEliminar¿Quién lo dijo?
Mmmm, mejor te dejo mi saludo.
Guillermo, te confieso algo: más de una vez en el pasado me sentí extraña en mi casa, y no fue por los gatos.
EliminarUn abrazo grande
Ahora ya es su casa. Abrazos.
ResponderEliminarXan Do Río, ¿compartirán los gastos al menos? Quizás deba conformarme con no tener que pagarles alquiler.
EliminarBicos
Me encanta… Tengo que decir que lo entiendo perfectamente; tengo gatita y… gatos que visitan 😁
ResponderEliminarUn placer, preciosa.
Abrazos, y feliz tarde 💙
Ginebra, cuando llegué a la casa anterior con mi gata Lúa todas las noches había serenata de gatos. Era divertido verlos a todos apiñados frente a la ventana. Y Lúa que se hacía la interesante...
EliminarBesos
Mi querida Ali, me haz hecho reir
ResponderEliminarmucho, sobre todo por ese Lucas.? que altero
a las gatitas sin controlarse y llegaron todas a tu casa
a visitarte, jaaaaa buenísimo me encanto.
Besitos dulces
Siby
Siby, me alegra mucho saberte riendo con el texto. Muchísimas gracias.
EliminarBesitos
Qué bueno!.
ResponderEliminarAlgo así pasa con el de mi vecina. :-)
Feliz día
alasdemariposa, es una suerte que sea con el de la vecina, jajaja.
EliminarUn abrazo grandote
La contraseña se corrió de voz en voz, que lindo, me pinto una sonrisita, abrazo!
ResponderEliminarTruesdale, me has dado una pista: tal vez cambiando la contraseña...
EliminarUn abrazo
Sabemos que los gatos nos roban la vida. Solo hay que ser mas gatos que ellos.
ResponderEliminarBubo, daría mucho por convertirme en una gata.
EliminarBesos
¡Qué micro tan estupendo!
ResponderEliminarUna gozada leerte.
Abrazos :)
Muchas gracias, Volarela. Un gusto volver a verte por aquí.
EliminarAbrazos
Jajajaajajajaja me encanta, claro es su casa no la tuya jajajaja.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Irma, es que ni llega a dudarlo, jajaja.
EliminarBesitos
Y sin embargo a mí me entraron los ratones y ninguno de los gatos que me visita me hace el favor de entrar en la casa del campo, eso me pasa por educarlos para que no lo hagan. Errare gatum est humanum etiam :-(
ResponderEliminarUn bico
Sbm, jajaja. Es que si les enseñas algo contra natura, luego no te quejes de que te obedezcan. Todo tiene sus pros y sus contras.
EliminarBiquiños
La loca de los gatos.... Jajajaja ten cuidado que no te dejen entrar en casa (que saben hasta cerrar con llave la puerta) 🐯 miaus.
ResponderEliminarLaura, cerrar con llave, no, pero abrir sí que saben, jajaja. En todo caso, siempre encuentran el modo o el momento de colarse.
EliminarBesitos
Julio David, pensarse el único amigo no sólo de un gato, sino también de una persona, puede ser elevar mucho las expectativas. Y tampoco sé para qué serviría. Los privilegios también se pueden compartir.
ResponderEliminarUn abrazo de parte de Lucas (no ronronea ahora, no sé por qué, jeje)
Qué bueno, Alis, es así, cuando entra un gato, entra después otro, y otro, todos amigos, en mi caso, es Felisa, y la otra noche escuché llorara a otro amigo en la calle.... Gracias. Feliz día felino
ResponderEliminarEmerencia, seguramente Felisa podría hacerse amiga de Lucas.
EliminarBesos