Imagen: Alís Gómez
En verano ellos "criticaron" el jardín de la casa porque era demasiado verde y poco florido para su gusto (más barroco que el mío). Tenían en parte razón, pero poco podía hacer con un espacio heredado. Además, me gusta la simpleza y tranquilidad del verde.
Luego llegó el otoño, dorando y sonrojando las hojas. Me gustan los colores del otoño, así que disfruté la estación. Y pisar las hojas secas siempre me transporta a un placer infantil. La sensación de la niña pequeña que hacía crujir las hojas marrones y amarillas caídas sobre las aceras de París permanece casi intacta y resucita cada otoño.
Y el frío del invierno llegó con sorpresa. Cuatro o cinco arbustos se llenaron de hermosas flores. Y el camelio, ése que yo creía que nunca vería en flor, despertó un amanecer demostrando cuánta belleza puede ocultar un ser aparentemente anodino. Ahora dedico unos minutos de cada día para observar las camelias, cada vez más, de blanco y rojo, como sangre caída sobre un pañuelo blanco o una geisha sonrojándose.
Todo llega... para el que sabe esperar.
Sigo a vueltas con el verbo esperar:
Cuando menos lo esperas y de lo que (o quien) menos esperas surge el placer, el momento por el que vale la pena vivir y empezar cada día, el sabor de la vida.
Y me sorprendo de mí misma, por volver a ser capaz de vibrar con cosas sencillas.
...Y le doy gracias al camelio. Y al invierno.
Pasaba a dejarte mis saludos y desearte tengas una buena semana, es un placer pasar a leer tus excelentes textos.
ResponderEliminarpor motivos de trabajo estare un tiempo ausente
un abrazo.
Vaya, te nos has puesto bucólica. Y positivista, y esperanzada, y...
ResponderEliminar¿Ves? Al final el viaje de tantas horas te ha sentado perfectamente. Si es que no hay mal que por bien no venga.
Cuidando el jardín, en todas las estaciones nos regala flores...
ResponderEliminarbesos
La sencillez muchas veces es lo que nos hace felices, por lo menos a mi.
ResponderEliminarLeerte es todo un placer, escribas de lo que escribas.
Besos
*-* Esa flor es preciosa.
ResponderEliminarSaber esperar es todo un arte que no domino.
ResponderEliminarBesos.
Te creías abandonada en tu propio jardin???
ResponderEliminarBesos soprendentes
por dejarle ser como es te ha regalado esa flor.
ResponderEliminarEcho tanto de menos el invierno...
ResponderEliminarpor fin alguien que deja al invierno en buen puesto, ya era hora:D!
ResponderEliminarCOmo digo a menudo : "El que espera no desespera si sabe o que le espera"
ResponderEliminarLa camelia es esa flor TAAAAN gallega por excelencia?? JE JE
Un abrazo Alís
Gracias. Es todo lo que puedo decir el día de hoy maja hermosa."Todo llega para el que sabe esperar (cuando menos lo espera)". Desde el viaje que hice mi vida cambió, todo mi pasado quedó en un punto y aparte, y aquí, devuelta en la "rutina" me mordía las uñas para volver al paraíso denuevo, pero en verdad que con esta postada que haz puesto... me haz hecho pensar.
ResponderEliminarMis mas sinceros agradecimientos.
Hermosa (y completamente cierta) reflexión, y preciosa foto.
ResponderEliminarCuando yo era chica, me gustaba regar el jardín de mi casa y admirar las camelias. Un día me llevaron al cine a ver "Margarita Gauthier"(La Dama de las Camelias). Ese día también comencé a odiar a los suegros y volví a casa a regar el jardín.
ResponderEliminarBesos jardineros
Y el rosal parece reseco con su mantita blanca de helada....pero, sabes Alis, está pensando una rosa!
ResponderEliminarBicos, amiga, profundo texto!
Hola Alís,
ResponderEliminarA mi también me gusta el invierno, aunque por otras razones menos poéticas.
Muy bonito.
Besos.
D.L.
Has viajado del verano al invierno, has volado sobre tu jardín. Alís, qué me gusta verte en este tono positivo, qué paz se respira.
ResponderEliminarHermosa entrada.
Todo llega... para el que sabe esperar.
Besitos veraniegos-invernales
La naturaleza tiene la sabiduría de enseñarnos grandes verdades, lo que pasa es que somos ciegos y sordos a su vocabulario; pero si la dejamos que hable, asimilamos tantas cosas...Yo aprendí a esperar con las estaciones, a observar belleza en todos los detalles. Aprendí que todos somos importantes, hasta el ser más diminuto y aparentemente insignicante...Tú aprendiste a esperar de un camelio, yo lo aprendí de un rosal azul.
ResponderEliminarUn beso.
¡Como una geisha sonrojándose! Es verdad :D
ResponderEliminarUy, y si nos esperan en Siberia, qué mejor.
Muá, Alis.
Un jardín cuidado siempre nos depara momentos agradables.
ResponderEliminarDeberíamos se rosas o camelias para poder vivir siempre dentro de un jardín.
Felicidades Reina.
la contemplación de los ciclos de la naturaleza es uno de los mejores entrenamientos para la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
No se si es vida, huella o recuerdo el poso de tu texto. Hace meditar. Hoy solo quiero verla crecer....Y le doy las gracias a Alís.
ResponderEliminarUn besote. M
genial! tengo un camelio en el jardin y tambien hace un mes que esta florecido! y aparecieron flores veteadas de rosa! los camelios estan conectados! no esta loco el camelio del jardin! cuantos camelios estaran sorprendiendo a sus observadores!
ResponderEliminarYo te doy gracias a ti por traerme un poquito del invierno que tanto echo de menos.
ResponderEliminarUn beso.
La paciencia es un don, como el de saber esperar. Creo contar con ella, aunque a veces se torne esquiva y uno amenace con perderse entre ansiedades y prisas.
ResponderEliminarBeso
Qué buena reflexión y qué bien narrada.
ResponderEliminarYo soy un impaciente crónico, salvo para algunas cosas. La fotografía me salva y me ayuda a permanecer delante de un velero hasta que llega al punto justo en el que dibuja su silueta el sol de poniente. Sin la cámara sería incapaz de permanecer tal cual, a no ser que tuviera otra cosa para poder ayudarme a esperar.
Ahora bien, soy un experto en saborear las pequeñas cosas cotidianas.
Muy agradable volver a leerte.
Un beso.
la flor de la camelia (hermosa canción ¿la conoces? es una maravilla.
ResponderEliminara mí también me gusta el invierno.
biquiños,
Lastima que por aca no me dejn tener ni siquiera plantas sinteticas...
ResponderEliminarMmm creo que hoy buscare la felicidad en ver como avanza una nube...si la encuentro :P
Un beso.
Nada Alis, envidia se llama el asunto...
ResponderEliminarTu en invierno, yo en verano, las flores igualmente hermosas...
¿Gracias al camelio?
ResponderEliminarBueno...sí.
Pero él sólo te abrió la mente para que fueras plenamente consciente.
Antes ya amabas la simpleza del verde en verano y los colores y sensaciones del otoño. Lo que ocurre es que ahora valoras lo que ayer simplemente disfrutabas.
Y hay una diferencia considerable. Esa que hace que todo sea distinto.
Besos.
Y al corazón y sus infinitas y variadas formas de amar cada día.
ResponderEliminarBesos para ti bella Alís y me alegra sentirte así.
mar
Querida Alís,
ResponderEliminarel verde de la esperanza
salpicado del blanco y rojo
de la camelia, son colores
que dan sabor a la vida
y debemos disfrutarlos.
Es el verdadero valor
que tienen las cosas sencillas
y tú sabes apreciarlo.
Biquiños
Hermoso ensayo, reflexivo, introspectivo y con una mirada hacia adelante que no le impide saber de donde viene.
ResponderEliminarLa misma sorpresa me lleve yo Alís al ver que un rosal al que yo daba por muerto (se intento suicidar dos veces volando de mi balcon y quedo con algunos daños), dio sus primeras flores hace un par de semanas. Una suele maravillarse con un placer tan sencillo como es el de observar una flor. Pasa un buen dia !! @+
ResponderEliminarPs. Creo que Aldabra quizo decir la flor de la "canela", que tambien recomiendo escuchar.
Amo las camelias que adornan mis Rías. Amo esa flor delicada y breve. Amo todos esos árboles que nos enriquecen durante el largo invierno de estos lares.
ResponderEliminarMe encantan las camelias que disfruto en mi pequeño jardín.
Por lo tanto, comprendo la belleza de tus letras.
Ahora, en verano, disfruto observando como a cada camelio le crecen los brotes que, más tarde, se encenderan en pétalos blancos, rojos...
Bicos
P.D. También llegará el invierno y yo comentaré "en tiempo".
Pero aunque a destiempo, por aqui sigo.
Los camelios tienen unas flores preciosas, verlas es todos un regalo.
ResponderEliminarALIS COMO SIEMPRE ME SORPRENDES!!!!! ME ENCANTO ESTE RELATO Y CUANTAS VECES LO QUE NO ESPERAMOS QUE SUCEDA NOS SORPRENDE PRECIOSAS FLORES
ResponderEliminarBESOS
(Casi) todo llega para quien sabe esperar... o eso dicen.
ResponderEliminarBesos
En todas las estaciones critican el jardín.
ResponderEliminarA mí se me mueren todas las plantitas.
Por eso me gustan todos los jardines por poco que nazcan flores.
Besos, Alís.
Hay placeres y deleites que tienen su propio tiempo, sus ciclos al margen de los encorsetados dictámenes de los humanos.
ResponderEliminarBesos de tiempo de espera.
Madia levan a gustarche a simpleza e tranquilidade do verde! Xa somos dous compartindo cores.
ResponderEliminarE mentras disfrutas das diferentes tonalidades que chegan, sigue conxugando así de ben o verbo agardar; que tamén ten o seu puntazo saber aturar o necesario para que esboure o momento da chegada...
Bicos con salitre
y a Diciembre.
ResponderEliminar(y a ti. biquiños
Dime tu nombre y te haré reina en un jardin de rosas.
ResponderEliminarSaludos Alís.
Que hermoso post.
ResponderEliminarCasi se siente la tranquilidad que trasmiten las flores, el otoño, el invierno.
Si, al parecer en las cosas más mínimas, las menos imaginadas hay un mensaje para cada ser humano. Pero a veces vamos muy apresurados. Esperar, y ser detallistas.
Ricardo Miñana
ResponderEliminarGracias por tu visita. Sería mejor que estuvieras ausente por vacaciones, pero bueno… aquí seguiré. Un abrazo.
Paseante
El viaje me sentó bien, es cierto. Pero en su conjunto, no sólo el trayecto en avión, jaja. De todos modos, no te fíes, no creo que lo de bucólica me dure mucho. Besos.
De cenizas
Muy buena metáfora. Que no se nos olvide cuidarlo… Besos.
Anamorgana
Y sin embargo, a veces nos empeñamos en buscar la felicidad en las cosas más complicadas. Luego nos frustramos, claro. Muchísimas gracias. Besos.
Ella
Es hermosa ¿verdad? Un regalo de mi camelio. Bienvenida.
Toro Salvaje
ResponderEliminarSaber esperar significa en realidad confiar, en que algo bueno vendrá, en que lo malo cambiará, en que hay motivos por los que vale la pena seguir… Deberías intentarlo. Besos.
Dani
Mi jardín se encargó de sacarme del error… Besos admirados.
Claudia
Es muy generoso conmigo. Besos.
Mariette
Pues vente para aquí… Tenemos todavía invierno para rato. Besos (jeje)
Enrojecerse
Es que me gusta el invierno… ¡¡¡aunque me muero de frío!!! Jajaja. Besos.
Marieta
ResponderEliminarAún no sabiendo lo que nos espera hay que confiar en que algo bueno vendrá. Y sí, es esa flor taaaan gallega. Ya ves, tuve que esperar a vivir en Chile para tener una en el jardín. Bueno, es que nunca antes tuve jardín, jajaja. Bicos.
Asturiela
El paraíso está en cualquier lugar. Empiezo a creer que lo llevamos dentro. Gracias a ti. Un besote.
Mannelig
Muchas gracias. Me alegro de que te haya gustado. Un beso.
Lucrecia Borgia
Supongo que he tenido suerte, porque nunca he tenido motivos para odiar a los suegros (ni los de antes, ni los de ahora), pero sí para admirar las camelias. Besos
REL
Me gusta imaginar al rosal seco y pelado pensando en la rosa. Y la tendrá, claro, porque piensa en ella. Bicos.
Delfín Loco
ResponderEliminarEs que hay muchos motivos para que guste el invierno. A mí se me ocurren también otros menos poéticos, pero tanto o más placenteros… Gracias. Besos.
Mercedes
Es que en todas partes hay algo que nos hace felices. La única pega es no poder juntar todas las partes en una (¿ves? empiezo a no estar tan positiva, jajaja). Besitos frescos.
Taty Cascada
Uhmmm, estoy tentada a cambiarte el camelio por el rosal azul… pero sólo por unos días ¿eh? Jaja. Besos.
Espérame en Siberia
Siberia seguro que tiene muchas sorpresas de invierno… Besos.
Tecla
Para ser sincera, un jardín no muy cuidado también da sorpresas. Quizás más, porque esperas menos de él. No es que me despreocupe de él, es que no tengo buena mano. Pero me siento afortunada. Hablo en sentido real y figurado. Besos.
Luis
ResponderEliminarMuy cierto. La primera lección que nos da es paciencia. Un abrazo.
Sabela
Es un poco de todo este texto, porque eso somos ¿no? Vida, huella y recuerdo… y más. Gracias a ti. Beso grande.
Alice
¿Cuántos camelios florecerán sin que nadie se sorprenda, o agradezca o al menos los disfrute? Bienvenida.
Nela
Te digo lo mismo que a Mariette. Si lo echas de menos, vente para aquí. Pero eso sí, bien abrigadita. Besitos.
Horacio
Es verdad que a veces perdemos la paciencia. Pero para eso hay que tenerla ¿no? Gracias, Horacio. Besos.
Walden
ResponderEliminar¡Cómo te echaba de menos! Extrañaba tus comentarios (y extraño tus textos), pero supongo que es por vacaciones. Creo que para esperar debemos tener una razón, sino ¿para qué valdría? Y no tengo la menor duda de que sabes saborear las pequeñas cosas cotidianas. No te pierdas mucho tiempo. Un beso.
Aldabra
¿No será la flor de la canela? Jejeje. Ahora la estoy escuchando. ¿Ves? otro momento para disfrutar. Gracias. Biquiños.
Esme
Colgarse de una nube también es muy agradable. Ya contarás. Besitos.
Sommer
Siempre hay flores que alegren la vista. Incluso en el desierto (que estos días anda florido). Besos.
Juncal
Y gracias a ti, también. Disfruto mucho tus comentarios, y de manera consciente. Porque ser conscientes es lo que nos prepara para valorar las nuevas estaciones. Todo. Besos.
Mar
ResponderEliminarSin corazón nada podrían hacer todas las camelias del mundo ¿verdad? Besitos.
Marisa
Los años enseñan. La experiencia demuestra la importancia de las pequeñas cosas frente a los grandes gestos. Gracias. Biquiños.
Rochitas
Muchísimas gracias por sus palabras, muy generosas. Un abrazo.
V de Tierra
No me pondré en plan detective, pero eso de que “quiso suicidarse” me suena a delito, jejeje. Pero ese rosal no sólo te dio una sorpresa, también una lección: querer vivir es la mejor medicina para recuperarse. Besos.
Fonsilleda
Esos brotes encierran la ilusión de la promesa. En tu invierno leeré sobre tus camelias. Y seguro que lo disfrutaré. Bicos.
Titajú
ResponderEliminarSí que es un regalo. Ponen color al invierno y ya parece que lo es menos (aún gustándome, se agradece). Bicos.
LuluZiña
Lo inesperado sorprende más, es lógico, pero exige que andemos con los ojos y el corazón abiertos. Muchas gracias por tus palabras. Besos.
Joyce
Bueno, sí, casi todo… algo siempre se queda en el camino. Pero si observamos bien, seguro que nos llega más de lo que esperamos y compensa las pérdidas. Besos.
Eva
Mi mano es pésima para la jardinería. Por eso, como a ti, a cada flor que nace le estoy doblemente agradecida, porque son un verdadero regalo. Besitos.
Nómada planetario
Y cada tiempo tiene sus placeres, así siempre estamos “cubiertos” a poco que observemos. Besos pacientes.
Chousa da Alcandra
ResponderEliminarO meu gusto polo verde (falo da cor, non da naturaza) é reciente e significativo… Deduzco que estás na praia. Disfruta. Bicos abrigados.
Inquieto
jajajaja, y a diciembre. y a ti también. Biquiños
Carlos Fox
¿Ves? A eso me refiero, sólo hay que saber esperar. De nuevo me llevaste a recuerdos, buenos, de muchos años atrás. Un abrazo.
Fero
Lo que hay que aprender es a observarlo todo, también los pequeños detalles, que esconden grandes disfrutes. Gracias. Un beso.
... Todo llega, para el que sabe esperar.
ResponderEliminarMe llega, ese pensamiento
Como siempre, hermoso, deberias publicar todo lo escrito
Un abrazo
BB