Comenzó como una sospecha, una intuición. Una leve incomodidad del alma casi imposible de detectar, menos aún de ubicar. Era esa molestia indescriptible al percibir que algo está fuera de lugar sin saber exactamente qué para poder ordenarlo.
Siguió como una desidia, un incipiente desinterés experto en disculpar lo inexcusable, una pereza estrábica que se apoyaba en las muletas de la comodidad, o de la esperanza, o de lo que sí funcionaba para saltarse las averías que desacompasaban el corazón.
Llegó luego la evidencia, como un muro invisible contra el que choqué una y otra vez intentando trascenderlo sin salir dañada, ilusa de mí, mientras me fui llenando de heridas, convirtiéndome en herida toda yo.
Fueron atropellándose las emociones. La frustración de la apuesta perdida, la culpa por el error no previsto, la rabia y la impotencia comandadas por el miedo, la tristeza por la pérdida inevitable, y el dolor del alma huérfana.
Ahora gobierna el desasosiego, un tirano que se impone cruel y sanguinario, como un gusano carcomiéndome, ocupándome, usurpándome. Alimentándose de mis últimos hálitos de vida, robándome las fuerzas que no tengo.
Y sospecho, con desidia, que este desasosiego evidencia el final.
La sombra de la duda, de la sospecha, de la intuición (que esa no falla nunca) de la inconformidad, sea lo que sea, cuando ves venir las cosas aunque no quieras y eso produce malestar...llega el momento de hablar ( ese momento cuando una mujer te dice: tenemos que hablar y ya te puedes poner a temblar)...y ese desasosiego previo al final, que acaba convirtiéndose en tranquilidad y autoestima, al final del final.
ResponderEliminarCreo que la que me fui mucho del tema soy yo, pero así lo entendí.
Te mando un beso grande y un fuerte abrazo (por si acaso)
♥🙂
Ay...! Me gusta.
ResponderEliminarNo es pereza; es que no encuentro las palabras para explicar porqué lo hace. Aparte, claro, de tu acierto en la disposición de ellas. Hasta el comportamiento estrábico centra la mirada del texto.
La cosa va creciendo de sospecha a evidencia.
ResponderEliminarDe leve incomodidad a frustración.
Un error no previsto que lleva a una pérdida inevitable.
Escribes tan bien que se te puede comentar con tus propias palabras, jajajajajajaja
No hay que disculpar lo inexcusable.
No hay que alejarse de lo que o quien nos atrae.
Al final todo depende de cómo se calibra la balanza.
Tus escritos no hacen pensar, obligan a pensar.
La resignación es una muerte en vida ,
ResponderEliminarTu relato podría situarse en varios enclaves, en diferentes acontecimientos, tu protagonista es mujer y está claro que esa intuición la venció antes en un preludio de muerte anticipada
Tiene tantos matices esta entrada que me incitas a imaginar unas cuantas "circunstancias" claro que me las guardo jajajaja
besitos
y buen finde
Me encanta me pasó tal cual
ResponderEliminary mientras para él era yo la culpable yo lo dejé con un adiós que pasa lo que pase... no me contactara mas... Y asi fue.
Y aquí estoy entera de nuevo. Un "buentexto" me gustó del principio al final. beso
ResponderEliminarDe sospecha en sospecha se descubren, nos descubrimos tal cual.
ResponderEliminarSaludos, de quien desde ahora te sigue.
www.guillercastillo.blogspot.com
Ay... cuántas inseguridades tenemos que nos hacen tan vulnerables, verdad?
ResponderEliminarAyyyyynnnnsssssssss
Besos.
Esa especie de carcoma que se te come por dentro.
ResponderEliminarBesos.
Impecable prosa, Alís, excelente mano, diría Cortázar, se florean tus palabras tan precisas inobjetables en un texto de punzante fluidez incesante como la duda que redunda en la sospecha, la posterior desidia y el desgano que conlleva la iluminada desilusión a la que uno arriba ante la evidencia y la posterior certeza... un texto (es más bien una crónica) que describe las diversas fases por las que debe atravesar el alma atribulada por la duda lisa y llana ante lo que ya sabe.
ResponderEliminarExcelente, amiga, te superas cada vez más... Abrazos hasta allá y de vuelta para acá, por qué no, sin cesar.
Excelente atmósfera, de un disconfor en aumento. La duda que va aclarando a certeza
ResponderEliminarMuy bueno el texto, con esso pasos evolutivos. Un abrazo
La cosa va creciendo poco a poco, al principio de manera imperceptible y al final terminando con la persona. Muy buen relato. Es un placer leer tus escritos. Un abrazo grande.
ResponderEliminarUn relato tremendo, una fatalidad inevitable expresada de una manera magistral.
ResponderEliminarSAludos.
La duda carcome.....hay que prestarle atención a la intuición, a mi nunca me falla, aprendí después de tanto desasosiego....saludos amiga.
ResponderEliminarEse desasosiego destroza el sistema nervioso. Desgasta más la incertidumbre que la evidencia, el no saber a qué te enfrentas que el enemigo cara a cara.
ResponderEliminarUn beso.
Ese que lo sabes, que lo sabes(intuición) ...
ResponderEliminarHasta que Lo Sabes(evidencia) .
Saludos
A veces, después de un "Fin" aparece un "Continuará"...
ResponderEliminarSaludos
Alis tengo por seguro que cuando el instinto habla,
ResponderEliminarhay que detenerse y escucharle,
ese nunca se equivoca.
Besitos mi vida,
Gracias :0)
detrás del desasosiego viene la calma ,viene el darse cuenta y el ver co. los ojos de la verdad ,y vienen también las ganas y la certeza que cosas mejores están por venir ,besos
ResponderEliminar
ResponderEliminarLaura: No te fuiste para nada del tema. De hecho, has sido muy clara y coincidente. Así lo entendí ;-) Un beso grande y gracias por el abrazo, me hizo/hace muy bien.
Juncal: ¿Hay que buscar las razones por las que algo nos gusta? Gracias. Beso
Guille: Calibrar la balanza es probablemente lo más difícil de todo, tiene que ver con el equilibrio y tengo tendencia a tenerlo precario. Gracias por tus palabras, y sí diré que no me gusta ni obligar ni sentirme obligada. Un abrazo
ResponderEliminarMaRía: Ay, tú y tu intuición. Tu primera frase me mató. Y me recordaste que no incluí en el texto la palabra resignación, cuando es probablemente el centro de todo: ella y sus consecuencias. Bicos!!!
Recomenzar: Me agrada saberte entera. No sé si los hechos son los mismos, intuyo que no, pero parece que te reconociste en las sensaciones, y eso es lo que cuenta. Besos
Guillermo Castillo: A poco que reparemos en cómo nos sentimos podremos ir descubriéndonos de a poco. Muchas gracias. Saludos
ResponderEliminarToro Salvaje: ¡Y qué miedo le tenemos a la vulnerabilidad! Sin ella sería imposible sentir, y me gusta sentir. Besos
Alfred: Hasta destruirnos si no la paramos a tiempo. Besos
Carlos Perrotti: Es más bien una crónica, sí. ¿Cómo puedo agradecer ya tus palabras? Mejor dicho, ¿cómo puedo expresarte mi agradecimiento? Un abrazo, gigante y sentido
ResponderEliminarAlbada Dos: Muchas gracias. De tus palabras deduzco que fui capaz de expresar lo que siento. Un abrazo grande
Rita: Así como la vida misma. Muchas gracias. Un abrazo
Manuela Fernández: Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo
ResponderEliminarSandra Figueroa: La intuición al principio susurra, pero si no la escuchamos acaba gritándonos y hasta golpeándonos si es necesario. Un abrazo
Ilduara: Desgasta no hacernos cargo de lo que sabemos aunque nos empeñemos en no escucharnos. Un beso
alasdemariposa: Se trata de aprender a escuchar las señales de la vida, a nuestras propias señales. Un abrazo
ResponderEliminarA do outro lado da xanela: Siempre, salvo tras la muerte, hay un continuará. Y hay quienes creen que también después de morir. Bienvenida. Bicos
Loola: Detenerse, escucharle... y hacerle caso actuando en consecuencia. Esta parte es la que más me cuesta, y tiene su precio. Besitos
Odalys: Son los ciclos de la vida, sus ritmos. Siempre viene la calma después de la tormenta, lo que no significa que le perdamos el miedo a la tormenta. Gracias. Besos
Como me gusta leerte, Alis. Como me gusta saber que has vuelto. Besos amiga.
ResponderEliminar
ResponderEliminar¡¡¡¡Antonio Misas!!!!!: Qué alegría verte por aquí. No imaginas cómo he echado de menos tu lectura, tus comentarios, tu impulso. Hace un ratito estaba disfrutando leyéndote. Deberías hacerlo más a menudo. Besos
Es un "instante"... ¡No la vida entera!
ResponderEliminarAbrazos.
ResponderEliminarErnesto: Afortunadamente, aunque el instante sea laaaaaaargo. Abrazo grande