Fotografía: Alís Gómez
Nunca te entregaste del todo pese a tu docilidad. Naciste espíritu libre, y lo conservaste siempre. Ni siquiera tenías edad para perderlo o dominarlo. Mirándote me reconocía en ti. Esa hembra aparentemente indolente, que no se deja poner collar, pero que vuelve siempre cuando necesita ternura, dulce, callada y mansa.
Eras una rubia hermosa, de aspecto delicado, ágil y valiente. Te recuerdo trepando al peumo de un salto, desde muy pequeña. Tu impulso explorador no conocía la palabra miedo, y si te lo encontrabas lo enfrentabas.
Por las noches te enroscabas a mis pies, y dormías plácidamente. Siempre después de sacarte de la habitación de las niñas. Te encantaba meterte en la cama con Violeta. Ella te llora recordando que siempre la acompañabas cuando tenía miedo. “Y me acariñaba”, dice ella. Tú ya sabes cómo te llora.
Julia te llora a ratos. Cuando te vio en la clínica rompió en llanto pidiéndote que volvieras a casa. Tras acariciarte en silencio un rato, volvió a llorar pidiendo que no sufrieras más. Es la última que terminó su dibujo, porque quería que fuera perfecto. Está muy triste y tranquila, porque ya descansas.
Ilustración: Alba Garrido Gómez
Alba lleva días llorándote. Estuvo presente desde que apareciste agónica, te acompañó a la clínica, intuía como nosotros que este momento llegaría. Lo hizo con una madurez admirable, se permitió su pena sin dejar de cuidar a sus hermanas, de cuidarme. ¡Tú sabes cuánto te quiere!
Yo intenté estar entera para acompañarlas, y me rompí cuando quedé a solas contigo. De nuevo a mitad de camino, conmovida con sus lágrimas. Violeta escribió en su cuaderno “Mi gata murio oy!!!!” y esbozó una cara llorando. Sujetó el cartel contra la ventanilla del auto todo el viaje. Necesitaba gritarle su pena al mundo.
Cartel: Violeta Garrido Gómez
Como hago yo ahora. Grito al mundo la pena de decirte adiós, las gracias por estos dos años de satisfacciones y el amor que te ganaste con tu independencia tierna y amorosa. Enlazo estas palabras con la pena de perderte a ti, la pena de volver a perder, con el dolor de un nuevo adiós.
Gracias, Ágata.
PD. Lucas también está triste. Está acostado a mi lado. No quiso salir en todo el día. Todavía no ha ronroneado.
Ah, que triste amiga....que triste es perder un ser querido, si, porque ellos son parte de nuestra vida, los amamos y cuando se van dejan un gran vacío, para mi, ellos, las mascotas, son parte de la familia. Me duele leerte amiga. Saludos.
ResponderEliminarLo siento mucho. Alís. De corazón. He pasado por este momento demasiadas veces, con mis gatos, los de mis amigos, los de mi vecindario, pero la pena, el dolor o como quieras llamarlo siempre es nuevo e idénticamente distinto en todos los casos, como son los gatos, por otra parte, todos gatos pero ninguno igual a otro ni ordinario, como decía Colette.
ResponderEliminarTe mando-les mando un fuerte abrazo. Y me gustaría pedirte si por favor me dejás subir a mi sección gatuna tu conmovedora entrada, Ágata, mi bella Ágata. No dispongo de mucho espacio, tal vez sean algunos párrafos, la subiré durante tres días como hago en todos los casos y luego sí lo subiré en una entrada compartida (Bolsa de Gatos) con todas las demás entradas de este mes...
Quedo a la espera de tu permiso. Otro aún más fuerte abrazo.
Imagino tu pena. Es más fácil empatizar cuando uno ha vivido ese trance... Además me pilla en momentos en los que tengo que prepararme para una pérdida y no me va a servir de nada cuando llegue el día. Catorce años de complicidad es/son mucho tiempo para llevar ese vacío con resignación.
ResponderEliminarLo siento, Alís.
Y felicidades a esa niña pintora.
Ánimo Alís.
ResponderEliminarUn abrazo.
En ese dibujo exacto están todas las vidas de Agata. En ese "oy" está el lamento por lo que no ha de volver y sin embargo se queda con nosotros para siempre. En tus palabras vive ese cariño sin mancha que solo un animal puede darnos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Alís.
Llegó, compartió y se fue...
ResponderEliminarLo que haya sido capaz de generar en quienes la habéis vivido, quedará en el recuerdo.
Abrazos Alís.
Alguien con quien compartimos tanto nunca se va de todo, fue un espíritu libre y de ese modo nos acompaña.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Siento mucho la perdida, tan mimosos y tiernos son los gatitos,
ResponderEliminarque se les coge cariño, mucho amor .
Es preciosa tu entrada , siempre estara como un angelito
Un abrazo
.
Ah! También me gusta la foto de Alís Gómez 🙂
ResponderEliminarLos gatos no son mascotas tan amistosas como los perros, pero nos acompañan de manera más inteligente e independiente.
ResponderEliminarLamento que se haya ido, pero os queda esos ratos incomparables. Un abrazo
:(
ResponderEliminarBeso y abrazo enormes Alís, a ti, y a las nenas, que saben expresar estos sentimientos sin duda muchísimo mejor que yo...
Un abrazo!
ResponderEliminarBeso enorme.Por acá se nos fue el año pasado,para esta fecha también una de mis gatas,la que miraba llover. Donde descansa ahora, hay flores que saludo de tanto en tanto.
ResponderEliminarAbrazo
Hasta teniendo siete, llega un día que ya no hay más :(((
ResponderEliminarBss
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras, por vuestra comprensión, compasión y empatía. Volvemos a la normalidad, poco a poco. Los más tristes: mi gato Lucas y Violeta. Aceptando.
ResponderEliminarSandra Figueroa: Son familia, sí. Y ésta se trastoca cuando faltan. Gracias. Un abrazo
Carlos Perrotti: Muchas gracias por llevar a Agata a tu blog. Es un bello homenaje. Un abrazo grande
Juncal: Siento que estés esperando una pérdida. Aprovecha el tiempo que queda. Y gracias de parte de la niña pintora. Es una artista, yo soy incapaz de dibujar como ella ni a sus doce ni al medio siglo. La foto muestra, en mi opinión, cómo era Ágata. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarToro Salvaje: En eso estamos. Me reconforta tu abrazo.
XuanRata: Qué bonito lo dices! Gracias. Un abrazo.
Ernesto: Así es. La huella que deja es lo que nos hace quererla tanto. Un abrazo
ResponderEliminarIlduara: Nos seguirá acompañando en la memoria, sin duda. Un abrazo
Precious: Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo
Albada Dos: Me encanta el modo de querer de los gatos, lo hacen porque quieren. Gracias. Un abrazo
ResponderEliminarLa Zarzamora: Muchas gracias, Eva, de mi parte y de las niñas. Besos
Alfred: Gracias. Otro de vuelta
ResponderEliminarHoracio: Sé como quieres a los gatos. Qué bello que la tuya se haya convertido en flores. Un abrazo
De barro y luz: Y todos duelen! Besos
Lo siento Alis, es que se les coge tantísimo cariño, yo aun echo de menos al mio y mira que han pasado años....
ResponderEliminarBesos para ti y para las niñas.
ResponderEliminarLaura: Muchas gracias!! Todavía la vemos y la escuchamos, y poco a poco vamos aceptando su partida. Un beso grande de mi parte y de las niñas.