Año tras año, el otoño regresa y redime tu recuerdo. Con el crujir de cada hoja seca que piso se van borrando las heridas, los traumas y los sueños rotos.
Piso una hoja, escucho atenta y me deleito con su sonido, y se deshacen con ella cada paliza, cada bofetada sin control que me has dado, cada patada cuando ya no podía levantarme del suelo y más que tus golpes me dolía tu violencia hacia mí, cómo se despedazaba tu imagen de héroe y descubrir que a pesar de todo no podía odiarte.
Piso otra hoja, escucho atenta y me deleito con su sonido, y se deshacen con ella cada insulto, cada vejación, cada vez que me llamaste puta, cada vez que ponías en duda mi capacidad para lograr mis propósitos, cada vez que me condenabas a un futuro cerrado por mi condición de mujer, cada vez que vulnerabas mi dignidad.
Piso una hoja más, y otra, y otra… escucho atenta y me deleito con su sonido, y empiezo a resucitar los tiempos buenos, los tiempos en que me sentía segura a tu lado. Los pies encogen, mis manos encogen, y siento cómo una de ellas es tomada por tu mano grande. Vuelvo a ser la niña, vuelvo a aquellos otoños parisinos en los que la felicidad consistía en escuchar el crujido de las hojas secas bajo mis pasos en nuestros paseos cada mañana de domingo.
Año tras año el otoño regresa y redime tu recuerdo.
Triste y muy sentido esta evocación de un pasado que marcó fuertemente un alma ,que luego creció y el mundo pudo ser testigo de ese crecimiento ...me impactó ,besos
ResponderEliminarMuy triste pero esperanzador texto. El maltrato en casa, sea de la pareja o del padre en la infancia, es un horror. La manera en que, con cada pisada, se revive, para soltar, el pasado, me ha parecido genial
ResponderEliminarMuy buen texto. Un abrazo, y por las pisadas en París en otoño
Jo...
ResponderEliminarEl otoño debería soplar con fuerza y alejar para siempre esos terribles recuerdos.
Un beso.
Otoño esa estación donde pienso que los recuerdos nos envuelven, al igual que también los sueños repletos de esperanzas
ResponderEliminarNostálgica estación que en ocasiones es un poco conciencia traicionera que nos lleva al pasado para confirmar lo vivido y lo que jamás debemos de volver a vivir
No sé, si divago, pero te aseguro que hoy , en este momento un escalofrío me recorre la piel, será que en esta primavera que nace me trajiste recuerdos de algunos otoños
biquiños rula :)
El crujido de aquella disciplina tan mal entendida ha sonado en mi memoria ...
ResponderEliminarEl otoño es una estacion de nostalgia
ResponderEliminary con sus tonos ocres es melancolica, romantica
Laten esos recuerdos y nos llegan
Un beso preciosa
Espero que ese dolor del pasado se desvanezca con la caída de las hojas que pisas y que crujan dando alaridos ante su castigo.
ResponderEliminarHay dolores inhumanos, situaciones que te marcan a fuego y restos de un naufragio irrecuperables.
Un beso.
El otoño es muy nostálgico, un abrazo Alís.
ResponderEliminarNo se si se merece esa redención.
ResponderEliminarLas relaciones tóxicas marcan las vidas de quienes las sufren.
Pero aquí estás brindando belleza, Alís...
ResponderEliminarSiempre pensé que nada es estático sino dinámico y no lineal. No porque te hayan maltratado, golpeado o denigrado serás igual o le harás lo mismo a los demás, no por eso tendrás ese mandato... Mira el ejemplo de Beethoven. Maltratado, golpeado (a patadas su padre le destrozó los tímpanos), denigrado, burlado, calumniado, etcétera, etcétera... pero él sólo creó belleza. Ni más ni menos que como te pasa a vos.
Magnífico texto, amiga, redime que nos lo hayas confiado.
Abrazo tan pero tan grande...
Alis doy gracias por tu fortaleza, por la mujer que hoy eres.
ResponderEliminarY por lo que aún tienes por vivir.
Te abrazo muy fuerte y deseo que tu vida que hoy es tan libre siga floreciendo.
Abrazucos princesa :0)
Feliz primavera!!!
ResponderEliminarSaludos
Dolorosos recuerdos que se van con cada hoja seca que cruje bajo mis pies......saludos. Duele leerte.
ResponderEliminarUna redención inmerecida, mejor dar una patada a las hojas y que salgan al vuelo los recuerdos insanos.
ResponderEliminarBesos.
Qué texto tan estremecedor. Como en el juego del tiro de cuerda, hay una tensión en él que no termina de resolverse, entre el dolor y la necesidad de superarlo. Nada se borra en realidad pero el otoño es hermoso y a él nos agarramos.
ResponderEliminarRedimes y perdonas, toda esa experiencia y ese dolor, te ha hecho ser la gran persona que eres hoy. De eso estoy segura...
ResponderEliminarMe enseñas tanto con tus escritos, que por más que lo intente... No llegaré nunca a explicarlo como se merece.
Te abrazo fuerte, apretando apretando... ❤
ResponderEliminarOdalys: Todos cargamos con recuerdos que marcaron nuestra alma. Cuando logramos identificar cuáles y cómo lo hicieron, podemos enfrentarnos a ellos y resolverlos. Lo malo son los que nos marcan sin que seamos conscientes. Muchas gracias por tus palabras. Un beso
Albada Dos: Necesitamos soltar lastres para avanzar y sólo depende de nosotros hacerlo. En eso estoy. Muchas gracias. Un abrazo grande
Todo Salvaje: Debería soplar con fuerza para alejar todo lo que nos atormenta, sí. Que también soplen vientos fuertes para tus monstruos. Muchas, muchas gracias. Un beso grande
ResponderEliminarMaRía: Si el recuerdo de todo lo terrible que hemos vivido nos sirve para que no vuelva a repetirse, bienvenido sea. Me encanta que "divagues", como tú dices. Siento que me entiendes bien. Moitos bicos
Juncal: Somos hijas de una época, de una generación, y no podemos evitarlo. Verlo así ayuda en parte a aceptarlo e incluso a perdonarlo. Besos
Precious: Me encanta el otoño. Es, sin duda, mi estación favorita. Tal vez porque tengo mucho de melancólica. Un beso grande
ResponderEliminarIlduara: ¿Sabes una cosa? Durante muchos, muchos años recordé cada una de las palizas que me dieron: fechas, lo que me dijeron, cómo fueron... Hace unos años perdoné y he ido descubriendo que se fueron desvaneciendo los detalles. El perdón es el que fue desvaneciendo el dolor, el perdón me liberó a mí más que a él. Un beso grande
Loverlyriam: Y a mí me encanta revolcarme en la nostalgia. Un abrazo
Guille: Creo que sí se merece la redención. Y sobre todo YO me merezco su redención. Como le dije a Ilduara, yo soy quien más gana perdonando, pues me libero. ¡Hay tantas cosas que marcan nuestras vidas! No queda otra que aprender a vivir con ello y, a ser posible, identificarlas y sanarlas. Gracias. Un abrazo
ResponderEliminarCarlos Perrotti: ¡¡Me encantó tu comentario!! Tienes una mirada especial para apreciar lo bello de la vida, espero que ella siempre te recompense por ello. Un abrazo enorme y lleno de gratitud para ti
Loola: Yo doy gracias por encontrarme en el camino con personas con sentimientos como los tuyos. Un abrazo grande
alasdemariposa: jajajaja, por ahora me centraré en intentar tener un feliz otoño. Feliz primavera para ti
ResponderEliminarSandra Figueroa: Se mezclan los malos y los buenos recuerdos. Y eso es la vida ¿no? Un abrazo grande.
Alfred: Ninguna redención es inmerecida, creo yo. Todos debemos tener la oportunidad de equivocarnos y redimirnos, si no nos llenamos de odio y éste no es buen compañero para la vida. Besos
XuanRata: Me gusta el símil del juego de cuerda, que refleja a la perfección los muchos años en que esa tensión ha estado presente. En éste, va ganando el lado bueno, por fin. Muchas gracias, tus comentarios me gustan tanto como tus textos. Siento que los escribes con el mismo interés, y lo agradezco. Besos
ResponderEliminarJulio David: Bienvenido a la casa de la señorita contradicción, jajajaja. Y sí, intento mirar el lado bonito, aunque a veces se me escapan los malos pensamientos. Otro abrazo igual de apretado (como venganza, no vayas a creer, jajaja)
Laura: Ay, eso que me dices me llega al corazón. Te has convertido en una persona muy especial para mí. No creo poder enseñarte nada, creo más bien en tu avidez por aprender. Si me permites, me quedo en ese abrazo apretado. Y te beso
Me gusta que digas eso porque yo siento lo mismo.
ResponderEliminarTan lejos y tan cerca. ❤
Conmueve. Estás escribiendo muy bien.
ResponderEliminarBeso grande
ResponderEliminarLaura: Me alegra que sea mutuo (así lo sentía). Y me emociona. Beso gigante
Horacio: Muchas gracias. Que seas tú quien me dice eso me halaga. Un beso grande
Admiro a la protagonista de tu texto por su altruismo.
ResponderEliminarPersonalmente, no sería capaz ni mientras viva.
Que lo perdone Dios, que para eso está.
Y con tu permiso, te pediría que me definieras lo que es para ti el perdón...
Hace unos años le dediqué unas 15 entradas y les pedí una definición a mis seguidores.
Ninguna se parecía a la siguiente ;)
Un beso grande, Alís.
ResponderEliminarLa Zarzamora: Eva, en primer lugar te contaré que he aprendido que cuando me perdono me libero a mí misma más que a quien perdono, que a menudo ni sabe que estoy molesta, enojada o dolida, o no le importa. Perdonar tiene varios pasos: primero aceptar que lo que ocurrió, ya ocurrió y no puedo cambiarlo, y tampoco debo seguir permitiendo que me reste energías ni me envenene la vida. Y en segundo lugar comprender que quien me hizo daño lo hizo porque eso fue lo que pudo hacer en ese momento, por las razones que sean. Perdonarlo es no usar en su contra aquello que he perdonado, pero no implica ni que tenga que retomar la relación con esa persona, ni siquiera olvidar. Perdono y si lo considero oportuno, sigo mi vida olvidándolo/a, o reconstruyo la relación si eso quiero. Pero esa herida ya no me limita más, no me vuelve a restar libertad. Y eso no significa que no deba hacerme cargo de las secuelas que haya dejado, pero desde otra emoción (la aceptación). No sé si te sirve. A mí sí. He perdonado, me he liberado y he empezado a olvidar sin darme cuenta.
Besos, Eva