Fotografía: Falsaria
- Quizás mañana
- Ya. Te duele la cabeza, ¿no?
- No, no es eso.
- Mira cómo estoy. No me dejes así.
- En serio, no puedo. No insistas.
- Venga, cariño. Sabes cuánto me gustas y cómo me pones…
- Ya sé. Ya sé. Cada cosa que hago emana una pulsión de sensualidad y bla, bla, bla
- Todo lo que te digo es verdad.
- Te creo. Mejor dicho, creo que así lo sientes, pero no me siento sensual. Ni bonita. Ya no…
- ¿De qué hablas?
- Me estoy poniendo mayor, gorda, flácida… No soporto verme desnuda.
- ¿Qué dices, tonta? Estás cómo siempre. No, mejor. Estás tan bella como siempre y más sabia.
- ¡Tú quedaste anclado al pasado! Y hace ya tantos años del pasado…
- Venga, que hoy es tu cumpleaños. Celebrémoslo.
Las manos de Francisco eran más elocuentes que sus palabras. Ellas convencieron a Alicia. Mejor dicho, la derritieron. Y de nuevo, por un rato, ella volvió a sentirse bonita y sensual.
Somos unas críticas feroces con nuestro cuerpo. Al final el hombre ni entiende el concepto piel de naranja, por ejemplo, ni le molestan esos pequeños michelines, de hecho ni los ven. Lo has relatado de forma muy peculiar, en un diálogo perfecto
ResponderEliminarAlicia tiene al lado a un ser que la encuentra bella, como siempre.y debería entenderlo así. Un abrazo grande y feliz domingo
La esclavitud de tener que sentirse siempre hermosa, la presión social para ser perfecta.El amor y la ternura rompen cadenas de esclavitud y abren nuevos horizontes ante nosotras.
ResponderEliminarFelicidades por el relato, es precioso.
Un beso.
Ya lo tengo!!!
ResponderEliminarFrancisco es ciego!!!
Je.
Para restar aspereza al tema, cosa que el interesado parece que no encuentra, le saqué una sonrisa a la última frase. Se le disparó el modo picardía a la lectura, Alís ;-)
ResponderEliminar* F e l i c i d a d e s *
Un beso
A mi este post me ha pasado. He visto como personas con una autoestima escasita se venían abajo por comparaciones, por no verse guapas y por su puesto sin confianza en que otra persona le diga que lo son.
ResponderEliminarUna lástima esto pero mas común de lo que se piensa. Y afortunamente el tipo, Francisco, sabe ver toda la belleza que hay en esa mujer. Y hacersela ver a ella. Por que por ahí hay cada gilipollas que ya le valdría.
Y a quien no le ha pasado eso alguna vez?... me gusta Francisco.
ResponderEliminarBesos
Hola Alis, cuando no tenemos confianza en uno mismo, existe un sentimiento arraigado en cada persona de todas las culturas y sociedades de nuestro mundo, que de alguna manera no somos lo suficientemente buenos. A veces la desesperada necesidad de aprobación siempre esconde una muy baja autoestima. Hemos nacido para Amar y para gozar, sufriendo, quejándonos y manteniéndonos en la vana espera, no vamos a lograr nuestro propósito esencial. Vivir plenamente solo depende de nosotros mismos.
ResponderEliminarUn cálido abrazo.
¡Vaya... Cuanta claridad en el programa! Parece un bonito guión como regalo de cumpleaños.
ResponderEliminarFranqueza y desparpajo no faltan.
Habría que felicitar a los protagonistas...
¡¡Felicidades!!
Abrazos Alís.
No queremos ver el deteriodo físico que la edad conlleva, pretendemos disfrutar como si tuvieramos el nectar de la eterna juventud, cuando lo que intentamos es repetir una y otra vez esoso buenos momentos de sensaciones explosivas, que poco a poco van desfalleciendo.
ResponderEliminarBesos.
Ay, Francisco me encanta. Él sí que sabe.
ResponderEliminarA veces somos tan crueles con nosotras mismas. Primero el acné, luego los cambios físicos, las primeras canas, las primeras arrugas... Qué suerte tener a alguien que sepa vernos con los ojos de la memoria y del corazón.
Me ha encantado.
Un abrazo Alís.
(Y feliz cumpleaños jjj)
Pat
Felicidades!, espero que lo hayas pasado bien.
ResponderEliminarBeso grande
ResponderEliminarAlbada Dos: Difícil no ser feroces con nuestro cuerpo cuando todos los discursos culturales, sociales, familiares nos gritan que no damos el tipo. Hablo por mí, claro. Gracias por tus palabras. Un beso
Ilduara: La fuerza del amor y la ternura, menos mal que existe. Gracias. Un beso.
Toro Salvaje: Jajajaja. Sé que no es lo único que pensaste. Quizás lo más fácil de decir. ;-P. Un beso.
ResponderEliminarJuncal: Siempre viene bien un poco de picardía, ¿no? ¡¡Gracias!! Un beso
Bubo: Deduzco que eres parecido a Francisco. No esperaba nada distinto ;-) Un beso
Laura: ¿Y a quién no le pasará alguna vez? jajaja. A mí también me gusta Francisco. Besos
ResponderEliminarCristina: Coincido en que depende de nosotros. Y nosotros somos quienes somos y nuestras circunstancias... y nuestros miedos, nuestros patrones, nuestras derivas... Y ahí aparece el conflicto que nos puede mantener ocupados un tiempo. Qué bueno volver a verte por aquí. Un abrazo grande
Ernesto: ¿Escandalizado? A los protagonistas no sé, pero a mí sí que estaba de cumpleaños, así que ¡¡muchas gracias!! Un abrazo
Alfred: Y seguramente no se trata de repetir esos buenos momentos, sino unos nuevos adaptados a la realidad. ¿O no? Besos.
ResponderEliminarMadrilenials: Tal como lo cuentas, no somos crueles a veces sino siempre, sólo que por diferentes razones, jajaja. Coincido en que es una suerte tener a un Francisco cerca. Gracias y gracias!!! Besos
Horacio: Muchas gracias. Tuve que trabajar, pero fue un cumpleaños tranquilo y agradable. Beso grande
A Francisco no lo sueltes, eh?
ResponderEliminar;)
Besos, Alís.
ResponderEliminarLa Zarzamora: En cuanto lo encuentre, jajaja. Besos