Fotografía: Vlad Artazov
- No te entiendo…
- Hace ya tiempo que me preocupa que todas nuestras conversaciones comiencen con esas tres palabras.
- No desvíes el tema de conversación.
- Sólo digo que algún día "eso" debería ser el tema de conversación.
- Y por lo que veo has decidido unilateralmente que hoy sea ese día.
- ¿Acaso tú no habías decidido ya que fuera otro?
- Así no llegamos a ningún lado...
- Eso es lo malo. Que ya no hablamos por el placer de hablar. Pareciera que cada vez que lo hacemos tuviéramos que llegar a algún lado. Y yo no tengo claro querer moverme de aquí.
- Bueno… Está bien. No lleguemos a ningún lado. Pero hazme un sitio aquí…
Pues es una conversación de silencio y no aclarar, pero a veces es imperioso seguir ahí, sin importar qué tanto está entendido en cada instante.
ResponderEliminarUn abrazo
Albada, uno de los enemigos del aprendizaje que enfrentamos mucho es tener que tener todo claro todo el tiempo... mal compañero. A veces hay que dejar de entender y escuchar más lo que sentimos, suele ser más fiable.
EliminarUn abrazo grande
No importa la conversación mientras sigan juntos, ahí. Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra Figueroa, a veces es mejor dejar de lado las conversaciones, y a veces es mejor no seguir haciéndoles el quite, porque por algo surgen.
EliminarUn abrazo grande
Van a necesitar mucho paracetamol y grandes dosis de paciencia.
ResponderEliminarBesos.
Sobre todo paciencia, Xavi. De no tenerla, auguro mal presente y peor futuro.
EliminarBesos
La predisposición a que la cosa mejore no es la misma por las dos partes, desde luego. Una está preocupada y a la otra le da lo mismo.
ResponderEliminarTus diálogos tienen mucha enjundia.
Besos.
Tal vez sí, Macondo. Quizás simplemente tienen diferentes formas de intentar que la cosa mejore...
EliminarMuchas gracias
Besos
Con lo que me gustan a mí los desvíos... Empezar por la Puerta del Sol y acabar en Las Seychelles 😊
ResponderEliminarLo que no me gusta tanto es andar buscando tres pies al gato
EliminarJuncal, me hiciste reír con tu primer comentario, jajajaja.
EliminarLo de buscar tres pies al gato es un juicio que no ayuda a enfrentar ninguna conversación.
Besos
Hoy, qué larga o qué corta puede ser esa conversación, según la intención y el temple que se tenga para afrontarla o no hacerlo.
ResponderEliminarTienes razón, Fackel, puede ser muy corta o eterna, depende de cómo la enfrenten.
EliminarBesos
Hay que prepararse para lo inevitable...tenemos que hablar.
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja, Alfred. Tú también me hiciste reír. Qué miedo da ese tenemos que hablar. Y a veces es, también como dices, inevitable.
EliminarBesos
Encontrar el sitio en el que habitar las horas, que sea refugio y plataforma desde la que proyectarnos, eso es los que vale, lo demás es anécdota.
ResponderEliminarUn beso.
Que sea refugio... Y cuidarlo, Ilduara. No es tan extraño que el lugar que comienza como refugio termine como prisión.
EliminarBicos
El final es apoteósico, Alís... lo importante es eso finalmente, estar en el lugar soñado.
ResponderEliminarLa imagen es muy adecuada para el micro, me ha encantado el conjunto.
Mil besitos con cariño y feliz día, linda ❤️
Auroratris, mientras por encima de todo apetece estar con la otra persona ya hay mucho ganado. Es cuando ese espacio compartido se siente incómodo cuando hay que empezar a preocuparse.
EliminarMuchas gracias por lo que me dices y también por observar la foto. No es al azar que sean clavos y estén sobre un martillo...
Besitos
Si lo pensamos bien , porque siempre tenemos que hablar por una razón , porque no hacerlo de forma libre sin tener un motivo de conversación ..una entrada que da que pensar ..Me gusto Alis . besucos .
ResponderEliminarQuiero pensar, Campirela, que cuando en una relación se plantea ese "tenemos que hablar" no significa necesariamente un desastre, ni que no existan también esas conversaciones de hablar por hablar y disfrutarlo. Cuando hay una convivencia hay que conversar también de temas menos agradables, pero que permiten sentar las bases para cuidar la relación. (Uy, que me enrollo)
EliminarBesitos
Con lo fácil que es decir: cuéntame tus cositas. Y escuchar lo que te dicen. 😊
ResponderEliminarAsí se habla durante horas... Es mágico. Pero eso tu ya lo sabes...
Hace mucho tiempo me pasó algo parecido a esta conversación... (la de tu entrada)... Y la verdad que es muy triste cuando de contarlo todo pasas a no saber que decir o sientes que ya no te escuchan con la misma atención que antes y por eso, empiezas a callar... Y cada vez se hace más grande el silencio.... Incluso, empieza a incomodar...
Pero ya está bien de ir atrás en el tiempo, vuelvo al ahora.
¿Hablamos?
Beso y risa, mi niña.
Aunque luego no te cuenten esas cositas y te sonsaquen las tuyas, jajajaja
EliminarEsta conversación incluye muchas otras conversaciones, que se han tenido y que no, que probablemente se evaden porque es más fácil huir que enfrentar las situaciones incómodas. En este caso, del texto, parecen pesar más todavía las ganas de estar. No siempre ocurre así.
Beso
a tu dentro.
ResponderEliminarnunca saliste
Eliminarártico, ya ansío tu reestreno.
No imaginas la ilusión que me hace verte por aquí. Creo que lo voy a celebrar.
biquiños
Hablemosss, el silencio termina por apagarlo todo y como diría Vetusta Morla:
ResponderEliminarNo quieres hablar del tiempo
Aunque esté de nuestro lado
Y hablas para no oírme
Y bebes para no verme
Yo callo y río y bebo
No doy tregua ni consuelo
Y no es por maldad lo juro
Es que me divierte el juego
Maldita dulzura la mía
Maldita dulzura la mía
Maldita dulzura la mía
Maldita dulzura la nuestra
Besines utópicos.
Irma, gracias por traerme este trozo de canción. Me encantan los dos primeros versos (No quieres hablar del tiempo aunque esté de nuestro lado). Y creo que tiene mucho que ver con mi texto.
EliminarBesitos
Ambos textos, el tuyo y el de Laura, encierran una realidad que se da más de lo que quisiésemos... entre algunas personas. Que no tiene que ser necesariamente la que comparte tu vida cotidiana.
ResponderEliminarHay momentos, situaciones, personas, sentimientos que, ayer fueron. Y hoy, sin tener muy claro por qué, ya no son iguales.
No es que haya "merma" en el cariño o en el respeto. Pero eres consciente de que mucho ha cambiado...
En algún tramo del camino, algo se ha quebrado... Algo ha producido cierta decepción. Y es ahí donde las palabras de Laura cobran todo su significado: "...cuando de contarlo todo pasas a no saber que decir o sientes que ya no te escuchan con la misma atención que antes y por eso, empiezas a callar... Y cada vez se hace más grande el silencio.... Incluso, empieza a incomodar..."
Gran abrazo a las dos.
Ernesto, ¿por qué tengo la sensación de que con tu comentario quieres decir algo más? Tal vez me equivoque (aunque no suele pasarme, jajajaja. Es broma).
EliminarUn abrazo grande
jajajajajjaja... Tal vez...
EliminarHaga como tú, digo algo pero no lo digo todo...
Tus sensaciones, de toda índole, no dejan indiferente a nadie. jajjajajaja...
Buen finde amiga Alís.
Nadie dice que sí le dejan indiferente. Y lo demuestra...
EliminarPor eso de decir algo y no decirlo todo...
Otro abrazo
hablar por el placer de hablar. Esa es la cuestión. Lo malo es cuando lo que se dice, busca algo que no es tan placentero e incomoda.
ResponderEliminarBesos.
Juan L. Trujillo, en la vida hay tiempo para los dos tipos de conversaciones. Aunque una relación debe examinarse cuando ya no se dan esas conversaciones en las que ni cuenta te das de cómo pasa el tiempo y sólo hay de ésas para "solucionar" cuestiones.
EliminarBesos
En todas las relaciones se producen desencuentros comunicacionales, a veces basta un silencio y volver a empezar con una disposición más abierta. Otras es el principio del silencio definitivo.
ResponderEliminarMe encantó tu forma de expresarlo en este diálogo.
Besos.
Mirella, entre lo que decimos, lo que creemos que decimos, lo que nos dicen, lo que creemos que nos dicen y lo que entendemos y dejamos de entender... el milagro es que no haya desencuentros comunicacionales. La disposición con que se toman las conversaciones y las ganas de llegar a entenderse son imprescindibles.
EliminarMuchas gracias
Besos
No me gustan demasiado las conversaciones programadas.
ResponderEliminarMe parecen mágicas esas que tienen dos características: Se sabe cuando empiezan pero no cuando acaban y se serpentea por todos los temas que van apareciendo.
guille, será deformación profesional, pero me gustan todo tipo de conversaciones (aunque algunas me resultan terriblemente difíciles). Siempre hay un modo de tener incluso la más complicada, sólo hay que tener ganas de entenderse y, sobre todo, escucharse.
EliminarPor supuesto, esas conversaciones que son un placer, que se alargan sin darte cuenta del tiempo y que te hace disfrutar de la presencia de la/s otra/s personas son mis preferidas.
Un abrazo
Parecieran andar en círculos, menos mal, que al final parecen coger una línea recta.
ResponderEliminarBesos.
Una línea recta, Amapola Azzul, que yo imagino horizontal...
Eliminar;)
Besos
A veces uno quiere quedarse ahí pero la otra persona ya no, o a veces no sabe ni lo que quiere. Son todo un tema las relaciones.
ResponderEliminarTe abrazo fuerte.
Gilo, cuando la otra persona ya no quiere estar da señales de ello que son claras y contundentes. El problema es cuando no sabe ni lo que quiere y además no es consciente de ello. Ahí la relación se vuelve muy, muy difícil.
EliminarSon un temazo las relaciones. A mí me apasiona escribir sobre ello. Hay tantos matices...
Un fuerte abrazo
El final creo promete un entendimiento.
ResponderEliminarSolo les falta coincidir en las ganas.
Saludos
alasdemariposa, no sé si un entendimiento o una tregua. Sí me parece, al menos, un buen augurio en cuanto a que permite generar un mejor contexto emocional del que había.
EliminarUn abrazo grandote
Algunas discusiones empiezan así, por cuestionar hasta la primera palabra.
ResponderEliminarSalu2, Alís.
Dyhego, y si no hubiera palabras, sería cuestionado el silencio... Cuando hay ganas de no entenderse, se logra. Es lo más fácil de lograr.
EliminarBesos
A ver si lo entiende...
ResponderEliminarBss
De barro y luz, a ver... y no sé yo.
EliminarBesos
El hambre agudiza los sentidos y, por lo tanto, uno puede reflexionar mejor sobre las relaciones. Me seduce la creación del texto, la situación que se establece y los caminos que se abren para que el otro sienta en su piel. Aunque hay apoteosis al final, la provocación ya ha sucedido ...
ResponderEliminar¡Espero no extrapolar en mi lectura!
Un abrazo
No sé si has extrapolado en tu lectura, José Carlos Sant Anna. Y aunque así sea, hazlo por favor. Me encanta cómo analizas el texto. Es muy enriquecedor para mí.
EliminarUn abrazo
¡Cuántas veces ocurre esto! Las conversaciones entre parejas se deterioran porque no se encuentra sitio en ellas.¡Cuánta razón!
ResponderEliminarRita, es difícil cuidar la relación, debemos todos poner de nuestra parte. Hay posibilidades si partimos teniendo claro de estar donde queremos estar. Eso ya es un buen principio.
EliminarBesos
"No lleguemos a ningún lado. Pero hazme un sitio aquí…" Lúcido último verso, Alís, verso, porque no es una frase, porque es casi un poema en sí.
ResponderEliminarAbrazo fascinado.
Carlos Perrotti, es que al final (y al principio) eso es lo que importa. ¿Queremos estar en el mismo lugar o no? Hablar de futuro no tiene ningún sentido cuando el presente está en duda.
EliminarNo sé tú, pero a mí me gusta más sumar los aquí y ahora. Lo demás son puras elucubraciones sin ninguna garantía.
Un abrazo, aquí
Hay momentos para suspender los conflictos, de esa manera.
ResponderEliminarBesos.
Demiurgo, ¿sabes?, me inquieta conversar con alguien que considera que un conflicto es algo malo. Yo creo que son oportunidades de mejora, aunque para eso requiere de la intención de ambas partes.
EliminarDicho esto, a menudo es conveniente aparcarlos y recordar por qué queremos solucionar los conflictos.
Besos
Como siempre ella dice la ultima palabra...
ResponderEliminarBeso
Erik, tu comentario dice más de ti que del texto, jajaja.
EliminarEn los diálogos que escribo, salvo cuando aparecen los nombres de los protagonistas (por ejemplo los de Fernando y Laura) me cuido mucho de que no se identifique el género de ninguna de las partes, de modo que pueden ser un hombre y una mujer, dos hombres y dos mujeres. Por lo tanto, ese "siempre ella dice la última palabra" parece autobiográfico, jajajaja
Beso
Forma parte del placer de publicar los diálogos ver en comentarios cómo asignáis roles...
Eliminar;)
Otro beso
Buena resolución final Alís, algo paradójico, otro poco inevitable.
ResponderEliminarBeso!
Frodo, parece que me atraen las paradojas de la vida
EliminarBeso
En mi rinconcito, si EL no te lo da, lo encontrarás ...
ResponderEliminarTe espero...
Besos, y sin ni tener que pedirlo.
A tu rinconcinto voy entonces!
EliminarBesos, Eva
Y gracias