No sé si estoy para esto.
Ni sé para qué estoy, en realidad.
Más ganas me dan de no estar, si no fuera que vivo estando.
No existe antipirético para esta fiebre que me enferma el alma.
No fue buena idea llegar sin careta a este baile de máscaras.
Desnudarme sólo lo empeoró.
Reúno los retazos raídos de lo que aún es mi dignidad para cubrir mi vergüenza.
Recibo la penúltima hostia antes de alcanzar la salida.
Me duele, aunque no debiera, porque viene de una mano que ni conozco ni lo deseo.
Tal vez duela porque ésta no la esperaba. Las otras tampoco.
No conozco a nadie en realidad en esta fiesta (ni siquiera me reconozco) y la música que suena no me mueve, ni me inspira.
Cubro las orejas con mis manos temblorosas para dejar de escuchar sus pensamientos.
Enjugo mis lágrimas. No las merecen.
Ya las derramaré cuando esté sola (como si no lo estuviera ya). Por mí, por los muertos, los sueños suicidados y las apuestas perdidas.
Y herida de muerte emprendo el camino del olvido.
Entrego mi vacío como peaje y me vuelvo nada.
Nada fui. Nada soy.
Sólo este dolor y su eco.
Y un desencanto insondable.
Y un desencanto insondable.
todo lo que me ha rozado
ResponderEliminaro todo lo que he rozado
nunca serán ya
nada.
eres un bálsamo, ártico
Eliminarbiquiños
"No fue buena idea llegar sin careta a este baile de máscaras..." Entre Dylan y Pessoa: "Entrego mi vacío como peaje y me vuelvo nada..." No te dejes desanimar, Alís. Tienes tanto para dar.
ResponderEliminarAbrazo sin hostias.
Gracias, Carlos Perrotti. ¿Dylan y Pessoa? Demasiado generoso eres. Intento no dejarme desanimar, unos días lo logro y muchos no.
EliminarAbrazo sin rebeldía
Siempre estamos solos... muy solos, lo que ocurre es que no queremos verlo.
ResponderEliminarMimos para ti.
Y un beso.
Es cierto, Xavi, no quiero verlo.
EliminarSigue mimándome. Me hace bien.
Beso
El explícito título no hace más que adelantar un duro texto. Muy bien descrito, por cierto. Deja acongojado. Ojalá no te sientas así de verdad.
ResponderEliminarBesos.
Macondo, a veces no siento exactamente lo que escribo, sino que me pongo en el lugar de otros. En esta ocasión, sí.
EliminarGracias
Besos
Encolle a alma a túa entrada de hoxe. Soedade, un espello do que fuxir, unha escura realidade que coma un grillete nos ata e nos revolve o máis recóndito do subconsciente.
ResponderEliminarUn bico.
Ilduara, foi escrito nun mal día (iso parece claro, non sí?). Supoño que porque se xuntaron varios así.
EliminarBico
Un bello poema que, no quisiera, conformase realidad alguna...
ResponderEliminarGran abrazo Alís.
No siempre, Ernesto, pero normalmente suele haber algo de verdad en todo lo que escribo, sea mi verdad o la de otros.
EliminarUn abrazo
Pues yo en mi tozudez, seguiré defendiendo la idea de que tenemos la obligación de ser felices. Sí, ya lo sé. Es difícil navegar con los vientos contrarios, pero que haya navegantes quiere decir que no es imposible.
ResponderEliminarNo dejes de defender esa idea, Noxeus. Como no me gustan las obligaciones, prefiero no pensar en la felicidad como una de ellas, pero sí necesitamos buscarla. Si no, ¿para qué seguir?
EliminarBicos
Lo que duele o nos hace daño es aquello que queremos los demás solo son gotas en el mar ..Y la soledad tampoco hay que tenerle tanto miedo ella es nuestra mejor consejera si sabemos acercarnos a ella no con desesperación sino con alegría y amor ..Un bonito texto donde se pueden sacar muchas conclusiones . ABRAZOS .
ResponderEliminarCampirela, todos somos una gota en el mar, insignificantes en cuanto gotas, pero grandiosos en cuanto en esa gota encerramos toda la esencia del mar... Y necesitamos de otras gotas para formar océanos.
EliminarMuchas gracias por tus palabras
Abrazo grande
Espero que el sentimiento sea pasajero y si no lo es, que lo superes pronto. El poema es bellísimo pero pega duro.
ResponderEliminarBesos, Alís.
Miguel Díaz, ¿superarlo no lo convierte en pasajero? Todo pasa, para bien y para mal.
EliminarMuchas gracias
Besos
Hay mucha dureza en tus palabras pero debería obligarte a ser feliz.
ResponderEliminarYa sé que puede resultar dificil, pero hay que ocuparse en intentarlo.
Besos.
Juan L. Trujillo, te juro que lo intento y a veces, en algún momento, lo logro. Pero nada es eterno...
EliminarBesos
De Quien Menos te lo esperas... Me ha tocado tu sentir, Alís. Lo Triste de estar solo es que te hagan sentirlo... De ahí las máscaras y las corazas de cartón piedra.
ResponderEliminarMil besitos con abrazo para ti ❤️
Lo triste de estar solo es que te hagan sentirlo... Supongo que algo de eso hay, Auroratris, siempre tan certera.
EliminarBesitos
wo... nice article
ResponderEliminarThanks, arenapublik
EliminarNo estamos solos. Sentimos individualmente. cada cual lo suyo.
ResponderEliminarPero cerca hay personas que nos quieren.
A veces -no siempre- nos fallan quienes no deberían.
A veces se lían a repartir hostias gentes que ni conocemos ni ganas. Y nos toca recibir.
Entonces hay que volver los ojos a quienes nunca nos han fallado, esas personas, las imprescindibles, de las que tan pocas hay.
De las que tan pocas hay...
EliminarMe ha hecho llorar tu comentario, guille. Con eso te digo todo
Beso
Me encanta la icónica hostia, como redención a un pecado que se itera, pero ahora no volverá a repetirse, luego no habrá hostia para disculparlo, porque carne y alma entrarán en el mundo de la nada. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCarlos Augusto, pienso en esa carne y alma entrando en el mundo de la nada... parece un buen lugar para habitar, y a veces creo estar ya ahí.
EliminarUn abrazo grande
Tristísimo y me llega tanto por eso. También estoy muy triste.
ResponderEliminarUn enorme abrazo, Alís.
Mirella, la tristeza debemos transitarla para poder trascenderla. Pero, ¡qué difícil se hace a veces! ¿Verdad?
EliminarUn abrazo gigante también para ti
No fue buena idea llegar sin careta a este baile de máscaras.
ResponderEliminarMe ha encantado no, lo siguiente.
Saludos
alasdemariposa, tal vez sea la frase que más refleja cómo me siento y cómo me cansa.
EliminarGracias, siempre
Un abrazo enorme
Una entrada verdaderamente poética,no estamos preparados para ciertos golpes de la vida por mucho que queramos.
ResponderEliminarBesos.
Amapola Azzul, me considero bastante experimentada en golpes, en recibirlos. Pero siempre hay alguno que llega por sorpresa y me desmorona, sin ser necesariamente el más grande.
EliminarBesos
Solo estamos de paso, a veces llegamos a ser algo para alguien, pero normalmente entre tanta hipocresía y falsedad acabamos solos.
ResponderEliminarBesos!!
Rosana Martí, frente a esa hipocresía y falsedad es mejor que estemos solos, ¿no? Sin embargo, y pese a cómo me siento, sigo creyendo en las buenas personas, que las hay.
EliminarBesos
Terrible el desencanto de lo que no se merece atención alguna, pero a lo que hemos dedicado nuestro ser.
ResponderEliminarAlfred, creo que el desencanto o la desilusión son las sensaciones que más me tiran abajo. Me cuesta lidiar con ellas, aunque hasta ahora he podido lograrlo siempre. ¿Por qué habría de cambiar?
EliminarBesos
Es que hay días...
ResponderEliminarBeso
Erik, me hiciste recordar a Bukowski cuando decía:
EliminarNo era mi día,
ni mi semana,
ni mi mes,
ni mi año.
Ni mi vida.
¡Maldita sea!
Beso
Tampoco tú has tenido un buen día por lo que leo.
ResponderEliminarO quizá solo es una manera de vaciarse de lo que no llena.
Sea lo que sea, mi niña, te abrazo fuerte y espero que estés bien.
Te escribo.
Un beso enorme ❤
Ay, Laura, ¿dónde hay que firmar para que sólo sea UN mal día?
EliminarMe quedo en ese abrazo, si me lo permites, hasta que paseN
Beso
Duele esta entrada, y mucho.
ResponderEliminarOjalá estés ya mejor.
Mi abrazo y todo mi cariño, que es mucho.
Gracias, Carmela, por la forma de acompañarme.
EliminarBesitos
Me ha llegado muy hondo. Está impregnado de mucha tristeza y dolor (y su eco). Cuando se va sin careta, y el pecho descubierto, es lo que tiene... te duelen más las hostias de la vida.
ResponderEliminarBss
Merche, el tema es que no sé ir de otro modo por la vida. No quiero aprender tampoco.
EliminarSabes que me gusta verte por aquí ¿verdad?
Besitos, a montones
Alis, tus letras me llegan profundamente amiga. Te mando un abrazo y mis saludos llorones. Cuídate mucho Alis.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra Figueroa
EliminarUn abrazo gigante para ti
Triset declaración de intenciones y de saber el lugar donde se está. Alejarse y salir del baile de esa aventura que resultó inútil y dolorosa, es lo mejor. Olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo
Albada, ¿conoces la sensación de tener la posibilidad de ir a varios bailes y que en todos te sientas igual (de mal)? Eso me está (¿estaba?) ocurriendo. Tal vez no sea tiempo de bailar...
EliminarUn abrazo grande
Cuando la música que suena no mueve ni inspira ... está el vaso ya colmado.
ResponderEliminarJuncal, como que se me colmó toda la cristalería...
EliminarBeso
Me gusta mucho este poema, y el verso "Entrego mi vacío como peaje y me vuelvo nada". Las máscaras son así, pero todos los sentimientos encuentran uno u otro lugar :)
ResponderEliminarAbrazos!
Patricia K, los sentimientos son lo último en irse, creo yo. Siempre encuentran donde arraigarse.
EliminarGracias!!
Un abrazo
Me ha encantado la franqueza, con todas las figuras que empleas y que dicen tanto, y que a tantos nos significan de una u otra manera.
ResponderEliminarAbrazos Alís.
Muchas gracias, Gildardo, por tu mirada. A veces pienso que debería dejar esta franqueza para otro espacio, que éste no es el lugar, pero no lo logro...
EliminarUn abrazo
Me sumo a las voces de quienes te piden que no caigas en la desesperación, que no te dejes vencer por el desánimo y que la soledad es nuestra compañera fiel, por lo que es mejor llevarse bien con ella. Intuyo que únicamente estás liberándote de las cadenas que todavía te atenazan.
ResponderEliminarSiempre serás importante para quienes te seguimos y nos duele tu tristeza.
Besos, Alís, con muchos ánimos y mi apoyo incondicional.
Estrella Amaranto, mi madre siempre destaca mi carácter de luchadora, y ella me conoce, así que por algo lo dirá. Y no me gusta tirar la toalla, pero mientras dura la batalla con el desánimo me cuesta, me duele, me desgarra y sufro. No sé si compensa ganarle.
EliminarBesos
Julio David, ¿sufre la oruga cuando se convierte en mariposa? Supongo que sí, pues ella desaparece
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanta la etiqueta: Diario de convalecencia. Ya da un poquito de esperanza, porque es verdad que hay veces que todo se emborrona, se pone negro oscuro y una se siente "herida de muerte emprendo el camino del olvido"
ResponderEliminarPero eso...también pasará.
Un abrazo Alís
Loles, esa etiqueta la inauguré hace poco más de un año, cuando me quitaron el útero. Sabía que la convalecencia sería más difícil en lo emocional que en lo físico, y así ha sido o está siendo. Este texto se sale un poco de esa etiqueta, en realidad, pero lo incluí porque creo que aún me afecta.
EliminarEn todo caso, me gusta la mirada que traes al respecto. No veía ese lado optimista que dices y creo que tienes razón. Mejoramos convaleciendo.
Muchas gracias
Un abrazo gigante
Sabes? a veces duele ser tan transparente, una cualidad que siempre, siempre aplaudiré, puede ser que andar sin máscaras ni corazas por la vida nos haga más vulnerables, seamos más propensos a recibir más de una hostia, pero también muchos abrazos, mucho cariño y más comprensión de la que en un principio pueda parecer
ResponderEliminarMe gustan las personas transparentes, esas que se caen y lo dicen, esas que lloran y no tapan su dolor, esas que cuando necesitan gritar lo hacen porque también sonríen cuando lo necesitamos, nos regalan abrazos cuando no los pedimos ( y siempre son bienvenidos), esas que callan cuando intuyen que necesitamos silencio, esas personas, como tú que van a pecho descubierto a pesar de los pesares, porque sin duda saben ( sabes) que siempre habrá otra hostia de la que te volverás a levantar radiante
un abrazo y un beso inmenso
MaRía, cada vez me levanto un poco menos radiante, para qué nos vamos a engañar. Pero no sé andar de otro modo por la vida, principalmente porque no quiero aprender otra manera de hacerlo.
EliminarTe agradezco tus palabras, tu compañía, tus mensajes (aunque no responda, tenme paciencia). Espero que en el próximo viaje ya sí nos demos ese abrazo que llevamos años postergando.
Bicos, a moreas
Sí, lo de recibir hostias y no saber a veces ni de dónde vienen ni por qué es una sensación que creo esperimentamos todas las personas. En ocasiones si que experimento el vacío que dejan. Saludos.
ResponderEliminarEmilio, las que no sabemos de dónde vienen creo que son las peores, por inesperadas. Del por qué nos llegan... como creo que nada las justifica, nunca he encontrado un porqué.
EliminarGracias por mostrarte
Bicos
Una penúltima???
ResponderEliminarAún te queda ese penúltimo trago... ¿?...
Que nos queden muchos... pa celebrar... eh??
Te dejo ranchera...
https://www.youtube.com/watch?v=EtV6y4UA7DA
Te hace un trago???
:)))
Y un beso.
Eva, precisamente esa canción es una de las que escuché cuando estaba escribiendo este texto, jajaja. Sincronía.
EliminarMe hace un trago e incluso dos. Anotémoslo!!
Besos
Ah, digo la penúltima precisamente por el paralelismo con los tragos: me dijeron que nunca pidiera el último, que ése es el de antes de morir...
EliminarCon las hostias ocurrirá lo mismo, digo yo. Nunca estamos libres de que nos caiga alguna (ojalá metafórica).