Llevo tiempo esperando esa correspondencia... ¿O no soy yo el destinatario de tus palabras? Claro que lo que sigue, eso de poco que decir...
Lo que no acaba de entender muy bien... es la tercera! No sé, me estoy haciendo un lío...
Si la letra del papel es tuya, tienes una bonita letra... Con personalidad. Claro que para saber eso no es necesario conocerla. Basta con charlar contigo cualquier tarde.
Lo del gato..., al gusto. Como decíamos ayer, es más útil una cabra... Afina más la vista, nos prepara para ver mejor el mundo... ¡Conocer su finalidad!
Que ya veo que no siempre es así... Esos folios arrugados, desechados, entre pitillo y pitillo parecen querer decir algo...
Bueno, hasta aquí mi juego de palabras... Todo lo anterior, literatura. Y es que tienes el don de provocarme... :))))))))
Ernesto, si no recibes carta probablemente no eres el destinatario, jajaja. La letra es mía, sí (gracias). Prefiero ser gato que cabra, aunque de ambos tengo, jajaja. Y en cuanto a mi vista, cada día está peor. Mal de lejos (al futuro ya ni miro, para qué?) y peor de cerca...
¡Hola! Después de leer la entrevista en el blog de Macondo tenía que pasarme por aquí. Me encanta la foto, el libro me representa, ahora mismo tengo a mi gata en las piernas y a mi otro gato intentando usurparle el sitio. Me has creado una necesidad y en cuanto pase esto lo miraré. Yo te recomiendo uno(que quizás conozcas) de un escritor chileno afincado en Gijón, que por desgracia nos dejó hace unos días, Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar. Tengo reseña en el blog porque es precioso, se supone qu ees infantil pero yo lo he leído.
Por certo, en tu foto, esos folios arrugados son de lo más evocador. Te deseo muy feliz martes y siiiii, gallegos y asturianos, primos hermanos, además tú tienes los ojos como toda la familia de mi abuelo, azul cielo. Yo salí a la otra rama, jejeje.
Marigem, me llama la atención sin conocernos todavía cuántas cosas en común tenemos. Incluso ese libro de Luis Sepúlveda, que tengo y firmado de su puño y letra (coincidí con él hace años en la feria del libro de A Coruña). Esos folios arrugados fueron lo primero de la foto, quiero decir que quería hacer una foto de folios arrugados, lo demás lo fui añadiendo para "completarla". Ese libro es porque últimamente es el que tengo más a mano (además de los libros de los cursos que estoy haciendo).
Bienvenida a este espacio. Espero que te sientas a gusto. Tenme un poco de paciencia, pero pasaré por tu blog.
Si alguien está esperando esa carta, poco le importarán las palabras escritas; se contentará con haberlas recibido y recreará mentalmente un encuentro con palabras dichas en alta voz. Un abrazo.
Es cierto, Josep Mª. Recuerdo la época en la que escribía y recibía cartas. Cuando llegaban no importaba el contenido (en principio, que después sí, jaja), bastaba con la alegría que generaba.
Hay silencios que cuentan mucho.Así que tener poco que decir, ya es decir suficiente.
Gracias por tu visita y por tu comentario, Alís. Mi texto, aunque nacido en y desde el confinamiento, tiene un componente de ficción importante, de ahí que ciertas expresiones o frases tenga más un objetivo literario que biográfico. Me alegra mucho que te haya gustado. Besazos.
Raúl (qué alegría verte por aquí). Gracias por fijarte en lo que, en realidad, generó esta entrada: ese tener poco que decir.
Me alegra que tu texto sea ficción. Tus textos siempre son literarios y algunas de sus frases despiertan recuerdos y momentos que sí tienen mucho que ver con mi propia biografía. Ésa es su magia, supongo, que sin haberlos vivido puedas sentir y transmitir esas sensaciones. Siempre me gusta todo lo que leo de ti.
Rosa Mª, sólo puedo agradecer desde el corazón tus palabras y la manera en que te dejas tocar por las mías. No niego que haya algo mío en eso, pero hay mucho tuyo y en tu manera de leerme.
Graias también por lo que dices de la fotografía. No soy buena haciéndolas y esta vez me atreví porque no me convencía lo que hallaba en la red. Me alegra que te haya gustado.
Merche, al buzón seguro que nunca llegará. Tal vez logre llegar al destinatario... ¡Cómo me alegra que te guste la foto! Me daba pudor publicarla, jaja
Todo lo que escribas Alís, aunque te parezca poco, seguramente será bien recibido por el destinatario y ¿quién sabe?... probablemente una cosa lleve a la otra.
Gracias, Miguel!! Aunque no creas que todo destinatario recibiría feliz una carta mía... Lo de que una cosa lleve a la otra me recuerda la típica frase de "para una amistad o lo que surja",jajaja. Siempre me hizo gracia ese "o lo que surja".
...Y si se escucharan, mejor? Todo diálogo fracasa en ese aspecto, incluido el diálogo corporal. Hay como un ensimismamiento expresivo o del lenguaje, no sé bien cómo decirlo. Ya casi nadie escucha nada... Y a veces de tanto expresar se llega a decir nada. Por eso escribo. Porque agotado lo que tengo para decir prefiero que me hablen.
carlos perrotti, a veces creemos que escuchamos y en realidad sólo estamos escuchando nuestra propia interpretación de lo que nos están diciendo. Me gusta escuchar, y a veces no me dejan... (me hacen preguntas y preguntas).
Alis, Me abandono nas cordilheiras, frescas e fundas, de olhos fechados deixando que os nossos corpos falem... Distância abolida... algo começa... risos! E muitos beijos,
Muchas veces sucede que tenemos ganas de hablar y no tenemos nada para decir o al revés, pero en este caso sería cuestión de dejar hablar a esos cuerpos, que seguro se entenderían mejor que con las palabras. Besazo al alma, muakkkk.
Paula Cruz Roggero, cuando tenemos ganas de hablar pero no tenemos nada que decir, seguramente sería mejor quedarnos callados. Intuyo que en ese caso las ganas son, en realidad, de otra cosa.
¡Qué curioso! He pensado mucho esta semana sobre el lenguaje de los cuerpos. Sin duda tenemos mucho que mostrarnos ahora que estamos más escondidos. Saludos!
Me encanta la foto, sobre todo ese estrujamiento del papel que es el reflejo del estrujamiento de nuestros pensamientos hasta que dejamos de estrujarnos y entonces todo aparece claro y fluido. Cuando aparece. Y el ojo del gato, a punto de abalanzarse sobre la bola de papel para darle un poco de juego... Por cierto, yo también soy fiel seguidor de la religión gatuna. Supongo que ya lo habrías imaginado.
XuanRata, que tú me digas que te encanta la foto me da un subidón que ni imaginas. No encontraba la imagen que quería y decidí crearla yo, pero con el móvil y con mis nulas habilidades para la fotografía me costó atreverme a publicarla. Así que gracias. Y sí, los papeles estrujados era lo único que sabía que sí o sí debía aparecer en la fotografía. No había pensado si te gustaban los gatos, aunque los he visto en alguna de tus fotografía, pero no me sorprende que seas amante de ellos. Una razón más por la que me caes tan bien.
Ocasiones como esta que describes, tan bien en tan poco, demuestran que hay lenguajes mas allá de las palabras, que deberíamos aprender todos.
ResponderEliminarUn beso, Alís.
Carmela, pensaba al escribirlo en cuando las ganas son más que cualquier otra razón. Incluso en cuando están presentes sin ninguna razón.
EliminarBesos
ay amiga...es que hay palabras que casi mejor no invocar. Los cuerpos, miradas, o labios, suelen ser mejores diccionarios
ResponderEliminarUn abrazo y por un día con lápiz y papel, poco más para volar, pero mejor con una man ocerca
Albada, a veces las ganas de escribir no son tal, sino en realidad las ganas de compartir, de estar con el otro.
EliminarUn abrazo grande
Es tan necesario que callen las palabras y que los cuerpos tomen el relevo y clamen en silencio.
ResponderEliminarUn beso.
Ilduara, las palabras a veces son un simple sucedáneo.
EliminarBicos
Llevo tiempo esperando esa correspondencia... ¿O no soy yo el destinatario de tus palabras? Claro que lo que sigue, eso de poco que decir...
ResponderEliminarLo que no acaba de entender muy bien... es la tercera! No sé, me estoy haciendo un lío...
Si la letra del papel es tuya, tienes una bonita letra... Con personalidad. Claro que para saber eso no es necesario conocerla. Basta con charlar contigo cualquier tarde.
Lo del gato..., al gusto. Como decíamos ayer, es más útil una cabra... Afina más la vista, nos prepara para ver mejor el mundo... ¡Conocer su finalidad!
Que ya veo que no siempre es así... Esos folios arrugados, desechados, entre pitillo y pitillo parecen querer decir algo...
Bueno, hasta aquí mi juego de palabras... Todo lo anterior, literatura. Y es que tienes el don de provocarme... :))))))))
Gran abrazo Alís.
Ernesto, si no recibes carta probablemente no eres el destinatario, jajaja. La letra es mía, sí (gracias). Prefiero ser gato que cabra, aunque de ambos tengo, jajaja. Y en cuanto a mi vista, cada día está peor. Mal de lejos (al futuro ya ni miro, para qué?) y peor de cerca...
EliminarEs demasiado fácil provocarte...
Un abrazo grande
...De provocarme la fina ironía de la tierra nuestra!
ResponderEliminarErnesto, lo que también llamamos retranca galega...
EliminarOtro abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarDespués de leer la entrevista en el blog de Macondo tenía que pasarme por aquí.
Me encanta la foto, el libro me representa, ahora mismo tengo a mi gata en las piernas y a mi otro gato intentando usurparle el sitio. Me has creado una necesidad y en cuanto pase esto lo miraré. Yo te recomiendo uno(que quizás conozcas) de un escritor chileno afincado en Gijón, que por desgracia nos dejó hace unos días, Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar. Tengo reseña en el blog porque es precioso, se supone qu ees infantil pero yo lo he leído.
Por certo, en tu foto, esos folios arrugados son de lo más evocador.
Te deseo muy feliz martes y siiiii, gallegos y asturianos, primos hermanos, además tú tienes los ojos como toda la familia de mi abuelo, azul cielo. Yo salí a la otra rama, jejeje.
Marigem, me llama la atención sin conocernos todavía cuántas cosas en común tenemos. Incluso ese libro de Luis Sepúlveda, que tengo y firmado de su puño y letra (coincidí con él hace años en la feria del libro de A Coruña).
EliminarEsos folios arrugados fueron lo primero de la foto, quiero decir que quería hacer una foto de folios arrugados, lo demás lo fui añadiendo para "completarla". Ese libro es porque últimamente es el que tengo más a mano (además de los libros de los cursos que estoy haciendo).
Bienvenida a este espacio. Espero que te sientas a gusto. Tenme un poco de paciencia, pero pasaré por tu blog.
Un abrazo
Si alguien está esperando esa carta, poco le importarán las palabras escritas; se contentará con haberlas recibido y recreará mentalmente un encuentro con palabras dichas en alta voz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, Josep Mª. Recuerdo la época en la que escribía y recibía cartas. Cuando llegaban no importaba el contenido (en principio, que después sí, jaja), bastaba con la alegría que generaba.
EliminarUn abrazo
😄 ¿ Como una dinamo para recargar baterías ?
ResponderEliminarPerdona si le pongo física a tu física 😘
Juncal, de eso se trata, de ponerle más física y menos filosofía, jaja. Aunque estos tiempos de confinamiento parecen más de letras...
EliminarBesos
A veces el silencio habla por sí mismo.
ResponderEliminarBesos.
Amapola Azzul, tienes toda la razón. De igual modo que cuando no hay mucho que decir ya es señal suficiente...
EliminarBesos
Se abrigarían y arrullarían entrelazados.
ResponderEliminarBicos, Alís.
Joaquín, todo son elucubraciones... hasta que esos cuerpos no estén juntos, difícil saber qué se dirían
EliminarBicos
Tal vez... si hablaran los cuerpos...
ResponderEliminarSí.
Besos.
Xavi, siento mucha curiosidad...
Eliminar:)
Besos
Acertado el mensaje, a veces las palabras se nos quedan cortas para decir tantas cosas que sentimos ..Un abrazo en este raro martes ..
ResponderEliminarCampirela, se quedan cortas incluso para averiguar qué sentimos. Los cuerpos son mucho más sinceros.
EliminarBesos
Quizá sea eso, que hace falta q los cuerpos hablen,para que a las ganas de escribir se unan las de decir.
ResponderEliminarFeliz dia
alasdemariposa, es que a veces las ganas de escribir son, en realidad, ganas de otra cosa...
EliminarBesos
Cualquier gesto por comunicarse, vale su peso en oro, a su recepción.
ResponderEliminarBesos, Alís.
Alfred, siempre que el/la receptor/a tenga ganas de comunicarse también...
EliminarBesos
El orden de factores no altera el producto.
ResponderEliminarBesos.
Macondo, tú ya estás pensando en la tercera frase ¿verdad?
Eliminar;)
Besos
Hay silencios que cuentan mucho.Así que tener poco que decir, ya es decir suficiente.
ResponderEliminarGracias por tu visita y por tu comentario, Alís. Mi texto, aunque nacido en y desde el confinamiento, tiene un componente de ficción importante, de ahí que ciertas expresiones o frases tenga más un objetivo literario que biográfico. Me alegra mucho que te haya gustado.
Besazos.
Raúl (qué alegría verte por aquí). Gracias por fijarte en lo que, en realidad, generó esta entrada: ese tener poco que decir.
EliminarMe alegra que tu texto sea ficción. Tus textos siempre son literarios y algunas de sus frases despiertan recuerdos y momentos que sí tienen mucho que ver con mi propia biografía. Ésa es su magia, supongo, que sin haberlos vivido puedas sentir y transmitir esas sensaciones. Siempre me gusta todo lo que leo de ti.
Un beso gigante
El magnetismo y su hermoso misterio.
ResponderEliminarTruesdale, así es, ese a veces incomprensible magnetismo.
EliminarQué alegría saberte de nuevo "en las pistas"
Un abrazo
Querida Alís,
ResponderEliminarcada vez que llego aquí, no puedo negar de qué manera me involucras con tus entradas.
¡Qué don el tuyo el conectar tanto!
¡Ojalá los silencios que nos dominan fueran fáciles de expresar!
¡Ojalá tantas fotografías fueran tan significativas como las que nos dejas!
Es posible que tu silencio no sea posible expresarlo, pero sí has conseguido romper el silencio de los que aquí han llegado.
Gracias Alís.
Saludos
Rosa Mª, sólo puedo agradecer desde el corazón tus palabras y la manera en que te dejas tocar por las mías. No niego que haya algo mío en eso, pero hay mucho tuyo y en tu manera de leerme.
EliminarGraias también por lo que dices de la fotografía. No soy buena haciéndolas y esta vez me atreví porque no me convencía lo que hallaba en la red. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo gigante
Que los cuerpos sean sinfonía de caricias y placer que ellos hablen latidos de amor.
ResponderEliminarUn beso enorme.
María Dorada, que los cuerpos se entiendan...
Eliminar;)
Beso grande
Amiga, esta carta intuyo que no llegará nunca al buzón, ni siquiera a ser carta. Dejemos que hablen nuestros cuerpos...
ResponderEliminarMe encanta la foto!
Besitos, dulce Alís.
Merche, al buzón seguro que nunca llegará. Tal vez logre llegar al destinatario... ¡Cómo me alegra que te guste la foto! Me daba pudor publicarla, jaja
EliminarBesitos
Todo lo que escribas Alís, aunque te parezca poco, seguramente será bien recibido por el destinatario y ¿quién sabe?... probablemente una cosa lleve a la otra.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Miguel!! Aunque no creas que todo destinatario recibiría feliz una carta mía... Lo de que una cosa lleve a la otra me recuerda la típica frase de "para una amistad o lo que surja",jajaja. Siempre me hizo gracia ese "o lo que surja".
EliminarQué contenta me pone verte aquí
Besos
Seguro que si hablan los cuerpos, no son necesarias las palabras.
ResponderEliminarBesos.
Juan L. Trujillo, es una buena manera de dar descanso a las palabras y a la mente.
EliminarBesos
A veces es el turno de las palabras, otras de los cuerpos.
ResponderEliminarAbrazos.
Patricia K, es cierto y no conviene cambiarles el turno...
EliminarUn abrazo grande
El lenguaje de los cuerpos, es insuperable...
ResponderEliminarBesos, Alís.
Eva, hace demasiado que no lo hablo (jaja) pero creo recordar que así era.
EliminarBesos
Y cuando no llegan a ningún lado...
ResponderEliminarBeso
Erik, en ese caso encuentran la nada
EliminarBeso
Se dirían cosas más interesantes...
ResponderEliminarprobemos.
❤
Besos.
Laura, no sé si lo más interesante sería lo que se digan o la forma de decirlo...
EliminarHay que probar, siempre
Besos
Menuda historia contarían si ellos hablaran... me ha encantado esta brevedad tan concisa que nos regala un billete para la imaginación.
ResponderEliminarMil beitos con cariño, Alís.♥
Auroratris, y tal vez escriban una historia que no nos guste, pero serán sinceros. Los cuerpos no saben mentir.
EliminarMuchas gracias
Besitos
Pues ya estaría todo dicho. ¡Cuánto se puede decir con unas pocas frases!
ResponderEliminarUn beso, Alís
Rita, no tener nada que decir ya dice mucho, en realidad. El llamado a los cuerpos es por si hubiera algo pendiente de lo que no somos conscientes...
EliminarBeso!!
Que bonito...me gusta! Yo diría al revés,tengo tantas ganas de decirte y tan poco que escribirte.
ResponderEliminarBesos!
lunaroja, tu versión es, a mi parecer, mucho más optimista.
EliminarMuchas gracias
Besitos
Tengo tanto que comentar y ahora el bloger me volatiliza los comentarios. ¡Que casualidad!
ResponderEliminarLo mismo este ni sale.
Abrazos.
Naranjito, éste salió, pero me quedo con las ganas de saber todo eso que querías comentar, jaja.
EliminarUn abrazo
...Y si se escucharan, mejor? Todo diálogo fracasa en ese aspecto, incluido el diálogo corporal. Hay como un ensimismamiento expresivo o del lenguaje, no sé bien cómo decirlo. Ya casi nadie escucha nada... Y a veces de tanto expresar se llega a decir nada. Por eso escribo. Porque agotado lo que tengo para decir prefiero que me hablen.
ResponderEliminarAbrazo con todos mis oídos.
carlos perrotti, a veces creemos que escuchamos y en realidad sólo estamos escuchando nuestra propia interpretación de lo que nos están diciendo. Me gusta escuchar, y a veces no me dejan... (me hacen preguntas y preguntas).
Eliminar;)
Abrazo dispuesto a escuchar
Uno de los más hermosos lenguajes: el de dos cuerpos que se aman…
ResponderEliminarPrecioso, mi querida Alís… No han hecho falta más palabras…
Abrazos enormes 💙
Ginebra Blonde, si se aman, seguramente la comunicación de los cuerpos sea fluida. Otra cosa es cuando eso no está tan claro...
EliminarMuchas gracias
Un abrazo gigante
Alis,
ResponderEliminarMe abandono nas cordilheiras, frescas e fundas,
de olhos fechados deixando que os nossos corpos falem...
Distância abolida... algo começa... risos!
E muitos beijos,
José Carlos Sant Anna, ten cuidado que hay muchas curvas. ¿Te atreves igual? Risos
Eliminare beijos, muitos
Muchas veces sucede que tenemos ganas de hablar y no tenemos nada para decir o al revés, pero en este caso sería cuestión de dejar hablar a esos cuerpos, que seguro se entenderían mejor que con las palabras.
ResponderEliminarBesazo al alma, muakkkk.
Paula Cruz Roggero, cuando tenemos ganas de hablar pero no tenemos nada que decir, seguramente sería mejor quedarnos callados. Intuyo que en ese caso las ganas son, en realidad, de otra cosa.
EliminarBesitos
Cuántas veces los cuerpos se expresan mejor que aquellas palabras que no encontramos o que no son las que manifiestan lo que sentimos.
ResponderEliminarBesotes.
Y sobre todo, Mirella, que los cuerpos no mienten y por tanto nos ayudan a aclarar eso que no tenemos claro con palabras.
EliminarBesitos
si los desiertos desertaran
ResponderEliminar.
ártico,
Eliminaresto debiera ser otra entrada. ¡Muy bueno! No me atrevo a añadir nada para no estropearlo
bicos
Qué bonito sentir que no hacen falta palabras para decir te quiero! Aligera los pasos y acorta distancias. ¡Corre!
ResponderEliminarUn abrazo Alís
Loles Miva, el amor a menudo se expresa más claramente con acciones que con palabras.
Eliminar(No puedo correr, ¡estamos en cuarentena!)
Besos
¡¡¡Genial!!! me he sentido identificado en más de una ocasión.
ResponderEliminarBss
De barro y luz, me alegra que lo sientas así. No sé si tanto que te haya pasado... salvo que tuviera un buen desenlace.
EliminarBesos
¡Qué curioso! He pensado mucho esta semana sobre el lenguaje de los cuerpos. Sin duda tenemos mucho que mostrarnos ahora que estamos más escondidos.
ResponderEliminarSaludos!
CleveLand, nuestros cuerpos están acumulando mucha información. Cuando nos abran las puertas... va a arder Troya, jajaja.
EliminarUn abrazo
Si el deseo de escribir es grande, puede haber mucho que decir. Tal vez.
ResponderEliminarBeijos.
Ulisses, tal vez las ganas sean en realidad de otra cosa y no de escribir...
EliminarBeijos
Julio David, podría servir tu idea.
ResponderEliminarMuchas gracias
Te envié un regalito de vuelta. Espero que te guste
Un abrazo
Me encanta la foto, sobre todo ese estrujamiento del papel que es el reflejo del estrujamiento de nuestros pensamientos hasta que dejamos de estrujarnos y entonces todo aparece claro y fluido. Cuando aparece. Y el ojo del gato, a punto de abalanzarse sobre la bola de papel para darle un poco de juego... Por cierto, yo también soy fiel seguidor de la religión gatuna. Supongo que ya lo habrías imaginado.
ResponderEliminarXuanRata, que tú me digas que te encanta la foto me da un subidón que ni imaginas. No encontraba la imagen que quería y decidí crearla yo, pero con el móvil y con mis nulas habilidades para la fotografía me costó atreverme a publicarla. Así que gracias. Y sí, los papeles estrujados era lo único que sabía que sí o sí debía aparecer en la fotografía.
EliminarNo había pensado si te gustaban los gatos, aunque los he visto en alguna de tus fotografía, pero no me sorprende que seas amante de ellos. Una razón más por la que me caes tan bien.
Besos
Son esos instantes en los que la tinta nos traiciona...
ResponderEliminarBesos, Alís.
Cierto, Eva. Y a veces hablando de más...
EliminarBesos!
Una nota, una palabra, un mensaje de texto, cualquier cosa escrita, siempre viene bien, creo.
ResponderEliminarSalu2, Alís.
Dyhego, a veces un simple hola es suficiente, porque abre la posibilidad. Otras veces puede resultar frustrante.
EliminarBesos