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Tú ni me ves
Tú ni me ves, pero yo a ti sí. Todos los días, a la misma hora. Sé casi todo de ti sólo observándote. Sé cómo eres por la ropa que te pones, por cómo te sientas, cómo te mueves, lo que haces y lo que no. Sé cómo te sientes, qué te gusta leer, cómo te va con esos jóvenes que te escriben mensajes que te hacen reír y también con los que no te contestan. Lo sé por tu forma de mirar compulsivamente la pantalla de tu móvil y el desaliento que se posa sobre tus hombros cada vez que lo haces.
Tú ni me ves, porque mis arrugas se han convertido en una máscara de invisibilidad. Me ha costado asumirlo, porque casi todo me resulta un poco más difícil ahora. Pero tiene alguna ventaja, como poder observarte detenidamente cada día sin que siquiera te des cuenta de ello. Los años también me han enseñado a disfrutar más cada momento y a no perder el tiempo cuando la vida me sonríe y se desnuda para que la ame una vez más.
Tú ni me ves, porque soy viejo. Y no sabes que mi falta de resistencia la compenso con mi experiencia. Si supieras cuántas formas de amar creativas he conocido y las ganas que tengo de seguir aprendiendo… Quizás deberías saber que en mis últimos años no permitiré que ningún miedo o aprensión me quite la oportunidad de vivir. Me comprometo con cada sueño que llega porque sé que podría ser el último. Y últimamente sólo sueño contigo.
Cuánta sabiduría desperdiciada.
ResponderEliminarAsí nos va.
Besos.
Demasiada, Xavi
EliminarBesos
Pues rechazar la senectud, la que está fresca todavía, es una necedad.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana
Una absoluta necedad, Albada
EliminarUn abrazo grande
Lo viejo, cargado de historia, puede ser muy seductor.
ResponderEliminarBesos.
Alfred, a mí desde luego me lo parece.
EliminarBesos
No hay nada mejor que la experiencia
ResponderEliminarde los años, de vivir una vida larga.
Desde muy joven he pasado largas horas
charlando con personas mayores
y es maravillosa la sabiduría que se
acumula y que sin querer nos enseña
grandes cosas.
Un besote.
A. Javier, y no sólo la sabiduría, sino limitaríamos su valor sólo en la experiencia. Es también la energía, las ganas que no se pierden, la forma de ver la vida... bueno, tal vez todo esto que digo tenga que ver con la sabiduría, jaja.
EliminarUn besote para ti
La edad da cierta invisibilidad, es cierto, pero sólo para los ojos que no saben ver.
ResponderEliminarBss
De barro y luz, afortunadamente a ver también se puede aprender.
EliminarBesos
Un poco obsesivo me parece a mí, pero él sabrá.
ResponderEliminarBesos.
Macondo, jajaja, fijo en un cartel tal vez no tenga muchas otras opciones. Si nos desprendemos de la foto, sí, algo obsesivo parece. Pero muchos logros parten con una obsesión ¿o no?
EliminarBesos
Con los años vamos acumulando experiencias y sabiduría. Los hay que también acumulan tristeza y rencores, pero no es el caso de nuestro observador irredento.
ResponderEliminarUn abrazo,
Josep Mª, me gusta que lo definas como irredento. Yo creo que con los años (en algún texto por publicar lo escribí) vamos superando algunos miedos, rencores, "trancas", pero otros van creciendo. Supongo que forma parte de los efectos secundarios de vivir.
EliminarUn abrazo
Los años nos dan esa experiencia y paciencia con esas dos herramientas vemos y sentimos la vida de otro modo pero igual de ilusión, ella es la que mantiene viva esas ganas de vivir ..Me ha parecido muy bonito la serenidad de observación ..
ResponderEliminarMuy buenos días y feliz semana Alís.
Campirela, con lo de la experiencia estoy de acuerdo. Con lo de la paciencia no tanto, y hablo por mí: era mucho más paciente antes. Ahora me aguanto, que es distinto, jaja.
EliminarMuchas gracias
Besitos
Lo que veo en la mirada del señor es ganas de aprender. Y de sorpresa, claro.
ResponderEliminarUn saludo.
Naranjito, admiro profundamente a las personas mayores que siguen siendo aprendices. Huyo de quienes creen que ya están de vuelta de todo.
EliminarUn abrazo
Viejos son mis zapatos. Yo prefiero decir que soy un joven de "largo recorrido". Y en contra de los que se suele decir: "No deseo llegar a viejo"
ResponderEliminarNoxeus, me gusta lo de largo recorrido. Voy a empezar a utilizarlo. Yo no sé adónde quiero llegar (me vendría bien tener al menos una idea aproximada), pero a donde sea me gustaría llegar sintiéndome a gusto (ya no es poco desafío).
EliminarBicoss
Ya sabes lo que siempre digo: Si no me ve me reajuntare con quien si lo haga.
ResponderEliminarguille, dicho así parece como si pusieras todo el poder afuera. Yo, quizás porque llevo ya tiempo trabajando en ello (por ahora con escasos resultados), creo que también depende de nosotros hacernos ver.
EliminarBesos
La edad da sabiduría muchas veces, pero no siempre...
ResponderEliminarEste personaje por otra parte es un poco sicópata jajajaja 😂😂😂.
Muy bueno el relato.
Paula Cruz, es cierto que cumplir años no es garantía de nada. Créeme que no ideé al personaje como psicópata, sino todo lo contrario. Seguramente no lo logré.
EliminarBesos
Vieja la ropa...
ResponderEliminarBesos
Erik, la mía seguro que sí. Tengo fotos de hace treinta años en que llevaba las mismas prendas que tengo ahora, jaja (algunas, no todas). Veamos el lado positivo: ¡¡aún me sirve!!
EliminarBesos
El tener arrugas no siempre es símbolo de vejez. Hay que profundizar más y apreciar el indicador real de la juventud.
ResponderEliminarBicos
Joaquín, como con todo lo que queremos definir, primero hay que acordar bajo qué criterios lo hacemos.
EliminarBicos
Un final sorprendente. La verdad es que a veces una tiene la sensación que es solo el cuerpo el que cumple años, mientras la mente y las ganas de vivir permanecen intactas.
ResponderEliminarUn abrazo, Alís
Rita, y yo quiero que pensar que las ganas de vivir también cumplen años y se manifiestan de una manera diferente. Al menos yo me recuerdo más alocada cuando era joven, o al menos eran otro tipo de locuras las que hacía.
EliminarBesos
Me comprometo en cada sueño por si fuese el último.
ResponderEliminar¡Feliz semana!
Manuel Díaz, y ese compromiso no debiera ser fruto de la edad, porque nunca sabemos cuál será el último sueño. El final no llega siempre por orden de edad.
EliminarBesos
Que precioso blog, llegué por casualidad, como ocurren las cosas bellas. Te sigo.
ResponderEliminarRachel, bendita casualidad entonces. Es cierto que así ocurren las cosas bellas, seguramente porque no son esperadas y suman el factor sorpresa.
EliminarBienvenida.
Un abrazo
El alma no envejece. Un saludo
ResponderEliminarSusana, yo creo (casi estoy segura) de que el alma sí envejece, aunque no va necesariamente ligado a la edad.
EliminarUn saludo
Imágenes que inspiras... y qué bien te has inspirado esta, Alís. Lo que podríamos aprender del exceso de madurez... es como abrazar el lazo de la cometa para volar allá donde vaya, por si fuese el último vuelo.
ResponderEliminarMil besitos, niña ♥
Auroratris, para ser sincera, a veces me sorprende lo lejos que me llevan las fotografías que me inspiran. A veces me pregunto qué tendrá que ver lo que escribí con la imagen, jaja. Y no sé si existe eso del exceso de madurez... de años sí (yo tengo un exceso de años, jajaja), pero de madurez... Deberíamos siempre disfrutar cada vuelo como si fuera el último, porque podría serlo independientemente de nuestra edad.
EliminarMuchas gracias. Tus comentarios me tiran de la lengua, jaja
Besitos
Seguro que es así, nos ven, nosotros a ellos no..que pena.
ResponderEliminarLa imagen que has elegido ya es todo un poema.
Lo entiendo así, espero haber acertado.
Un abrazo Alís
Carmen Silza, la imagen, como tantas otras, me eligió y no yo a ella. Y sí, cuántas veces ni nos enteramos de quién está tan atento a nosotros... A saber de qué nos perdemos por ello.
EliminarBesos
El ultimo sueño no sabe de edad.
ResponderEliminarSoñemos bonito!
Feliz tarde.
Totalmente cierto, alasdemariposa. El último sueño puede ocurrir en cualquier momento. Y tendemos a olvidarlo.
Eliminar¡Soñemos bonito!
Besos
Es aleccionador y vivificante que a pesar de las arrugas no pasamos desapercibidos.
ResponderEliminarLo que veo en la fotografía, son la ansias de vida y de seguir aprendiendo, de un señor educado y un poco "socarrón".
Besos.
Juan L., me gusta la socarronería, sobre todo si mantiene la educación. Y me gusta también todo lo que se esconde detrás de las arrugas.
EliminarBesos
"...a no perder el tiempo cuando la vida me sonríe y se desnuda para que la ame una vez más." Me encantó esta frase, Alís, qué buen relato.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Mirella. También me gustó la idea de la vida amante, desnudándose para entregarse a nosotros. Creo que resultó ser la frase que más me gusta del texto, así que gracias por destacarla.
EliminarBesos
Cuánta sabiduría más allá de las líneas de la piel…
ResponderEliminar“Me comprometo con cada sueño que llega porque sé que podría ser el último”.
Una certeza maravillosa, así como tu texto, mi querida Alís.
Abrazos enormes 💙
Ginebra, recuerdo que hace ya bastantes años mis amigas me miraban extraño porque les decía que estaba enamorada de José Luis Sampedro. No me entendían por su edad y para mí era el hombre más atractivo del mundo. A veces debemos saltarnos nuestras propias barreras para descubrir lo que nos puede hacer felices.
EliminarMuchas gracias
Un abrazo gigante
A veces me pregunto qué tiene de bueno envejecer... muchas veces me respondo en positivo,otras creo que al final no tiene nada de bueno. Quizás lo mejor sea que ya las cosas se puedan relativizar, que le restes importancia a las cosas que de verdad no la tienen, y que la mirada pueda ir más allá de lo que es solamente físico.
ResponderEliminarMe encantó este relato Alís, es muy íntimo y entrañable.
Un beso grande!
lunaroja, supongo que lo bueno de envejecer (o algo de lo bueno) es haber vivido. No se envejece de un día para otro, sino sumando experiencias que, con suerte, dejan aprendizajes.
EliminarMuchas gracias. Me alegra que te haya gustado
Un besote
Qué cosa tan subjetiva vivenciar el Tiempo aunque no exista nada más objetivo que el paso del Tiempo. Tu prosa se vale de un personaje invisibilizado por la gente y que puede ser a diario encontrado en cualquier calle, tu prosa lo escudriña y lo comprende... y hasta lo dota, diría, de un atributo propio de la experiencia, no entregarse a envejecer. Te acuerdas de la película? Los árboles mueren de pie.
ResponderEliminarAbrazo por siempre joven.
carlos perrotti, creo que absolutamente todo lo que vivenciamos es subjetivo. La objetividad es una utopía para nosotros, que nos creemos seres racionales e inteligentes, pero que raramente podemos ver más allá de nuestra propia mirada. No, no recuerdo la película. ¿Ése es su título?
EliminarUn abrazo de 52 años
A tônica deste breve relato está no olhar. Duplo olhar. O do autor, que a tudo observa; e o olhar do personagem, o senhor, que a tudo registra. Na conjunção dos dois olhares, pode-se acrescentar o do narrador. Narrador onisciente, por detrás da árvore, tudo vê, tudo sabe. É da perspectiva deste olhar que conhecemos o olhar do “senhor”. Se sobrepondo a tudo isto, está a beleza da linguagem, o modo de traduzir os dois olhares, na poesia que se reveste a narrativa. É a linguagem plasmada neste quadro em cores e linhas bem delineadas que extasia o leitor.
ResponderEliminarMuitos beijos,
José Carlos Sant Anna, me gusta cómo distingues esas dos miradas. Yo añadiría una tercera: la de quien no ve, la mirada ciega (que es más común de lo que me gustaría). Aunque finalmente todo se reduce a una sola mirada, la de quien narra la historia, porque no puede (no puedo) desprenderme de mí misma por más que intente meterme en la piel de otro.
EliminarGracias, sigo adicta
Muitos beijos
No cabe duda de que sabiendo todo eso con solo mirar, eres apta para trabajar en los servicios de espionaje de cualquier país. Como agente doble; o incluso triple.
ResponderEliminarCabrónidas, me considero una persona observadora (lo he sido más de lo que soy), pero no me imagino trabajando como espía, y menos como agente doble o triple, jajaja. Imagino que para eso se requiere de una gran memoria. Es como cuando sales con varias personas a la vez: cómo no meter la pata, qué dije a quién, jajaja. Aunque tal vez sólo se trate de probar...
EliminarUn abrazo
Qué bonito éso que has escrito.
ResponderEliminarBesos.
Muchísimas gracias, Amapola. Me gusta que te guste
EliminarBesos
A veces nos piensan, otras nos ven, otras nos saben y otras nos intuyen.
ResponderEliminarY puede que alguna vez falle el atino con lo que imaginan a lo que realmente es.
Me volé con la marquesina y con la marquesa...ha llegado el momento de irme a dormir. Besitos de buenas noches. 🌹
Laura, y otras veces ni nos piensan, ni nos ven, ni nos saben y menos aún nos intuyen, aunque lo aparenten e incluso aunque lo crean. Las posibilidades son múltiples. Tranquila, salí de la clase bastante negativa, jajajaja. Este curso es para mí como para ti tu jefe. Tal vez también me haya llegado el momento de irme a dormir. No descansé mucho estos útimos días.
EliminarBesitos de dulces sueños, porque debes estar hasta roncando, jajaja
El cuerpo, muchas veces, trata de poner bridas a la mente, la carga de negatividad, pero ésta lucha por sacar adelante brotes de juventud que disfrazan el aspecto físico para estar en condiciones de amar.
ResponderEliminarEl chispazo en el amor no atiende a edades, ni a razas, ni a clases sociales. Y que bien sienta ir contra convenciones cuando lo dicta el corazón.
Un beso.
Ilduara, me consuela que hay muchas formas de amar y no sólo las que manifestamos cuando tenemos cuerpos lozanos. De hecho, creo que cuando el cuerpo tiene más limitaciones nosotras somos más capaces de amar, más y mejor.
EliminarEl amor tiene el don de desafiar todas nuestras creencias y convenciones, sean del tipo que sean. Al menos, así lo vivo yo.
Bicos
Cada pelo blanco que crece es una experiencia de vida
ResponderEliminarSi los "maduros" o mayores somos invisibles a sus ojos,no saben lo que se han perdido en aprendizaje
Por lo demás,el amor es tan sabio...Cuando se ama,se ama al cien por cien
Y él,sigue pensando en ella...Este final,es ,no sé cómo decirlo:Precioso o triste?
Besucos
Gó
Gó
Gó, no sabría elegir entre precioso o triste, porque no creo que sean excluyentes. De hecho, yo siempre veo mucha belleza en la tristeza. Muchos de tus poemas son prueba de ello.
EliminarDe niña creía que ser viejo era estar más cerca de la muerte. Pronto descubrí que la muerte no repara en edades, así que la vida es igual de desafiante tengamos la edad que tengamos. Lo que a mí sí me cambia es la energía para enfrentar los desafíos.
Besitos
Se daría cuenta la chica que la vejez la acechaba?
ResponderEliminar"Los años también me han enseñado a disfrutar más cada momento y a no perder el tiempo cuando la vida me sonríe y se desnuda para que la ame una vez más." Qué bonito!
Besitos juveniles!
Merche, me parece muy poderosa tu pregunta. Sobre todo porque primero pensé que te referías al viejo que la mira, pero en realidad creo que aludes a su propia vejez, que acecha desde muy pronto (más allá de la edad). De hecho, si me fijo en la fotografía, lo veo más joven a él que a ella.
EliminarGracias. Esa frase, sobre todo la vida desnudándose, también me gusta a mí. No ocurre tan a menudo que me gusten mis frases.
Besitos maduros (no por ello menos frescos, jeje)
Efectivamente, amiga, me refería a la propia vejez que nos acecha desde el momento que nacemos, pero de la que no nos percatamos hasta que nos vamos acercando a ella.
EliminarAunque no te gusten a menudo tus propias frases, tiens muchas ideales, jiji.
Recibo tus frescos besos maduros y te mando miles de besos atemporales
Merche, imaginaba que a eso te referías. Y gracias por leerme siempre con tanto cariño.
EliminarBesitos, de todo tipo, para elegir
El amor siempre llegara a cualquier edad, el corazón no envejece. Al leerte un viejo recuerdo aflora en mi..... Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, espero que el recuerdo que aflora sea bueno. Y confío en que, efectivamente, el amor llegue a cualquier edad.
EliminarUn abrazo grande
El corazón no sabe de edades...
ResponderEliminarY se nos está yendo toda una generación : la de los guardianes de la memoria.
Besos, Alís.
Eva, si lo pensamos bien, siempre hay una generación que se nos está yendo. Mi madre me decía hace unos años, cuando íbamos al entierro de un tío: "Hija, es natural. La vida es así. Primero nos tocó ir a entierros, luego a comuniones, después a bodas... y ahora toca entierros. Es normal". Pero es cierto que ahora se está yendo de manera rápida y masiva. Y ya que no podemos acompañarlos, ojalá al menos podamos verlos para aprenderlos y recordarlos.
EliminarBesos, muchos
Me gustan las personas detallistas, las que te ven realmente, las que justamente pueden decir cuál es tu color favorito porque siempre vas vestida con él; si te gusta ‘esperar’ porque han visto tu expresión aquella vez en la estación de tren... si te gusta la música, los libros o qué... Me gustan las personas que son obseevadoras...
ResponderEliminarY, sobre todo, siempre he dado muchísimo valor a la experiencia sobre la resistencia... 😏
Besitos!
AlmaBaires, eso es escuchar al otro. No sólo registrar las palabras que nos dice y, al interpretarlas, creer que sabemos qué nos dijeron. Escuchar también es observar, sentir, oler, tocar...
EliminarLa experiencia puede convertir cinco minutos en la eternidad, mientras que la resistencia puede convertir toda una noche en un martirio. ¿Imaginas? Malo y resistente, ¡qué horror! jajajaja. Ay, me hiciste imaginar-recordar demasiado, jaja.
Besitos!
Alís:
ResponderEliminarpasar desapercibido. Tiene su punto positivo y su punto negativo, claro. Viene bien para los momentos "voyeur" que todos tenemos. Pero se sufre si no cuentas para nadie.
En fin, seamos positivos.
Salu2.
Dyhego, yo siempre hablaba de sentirse necesitado, y creo que es más preciso como lo dices tú. Se trata de saber que cuentas para alguien. ¡Tan vital, tan necesario! Positifos, claro, nunca negatifos.
Eliminar;)
Besos
Bellísimamente existencial. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Carlos Augusto. Me gusta cómo lo describes.
EliminarUn abrazo